Capítulo 15: Dulce Oso Negro... Comadreja siniestra

976 103 33
                                    


Advertencia: sexo explícito en el capítulo (no se emocionen) XD


-.-


Himejima se podía considerar algo viejo aun que ni siquiera había llegado a sus treinta, era un guerrero experimentado, la guerra lo volvió un hombre cansado y compasivo, pero jamás un ciego.

No podía ver, pero eso no significaba que no supiera lo que ocurría dentro de su casa. Por esa razón no se sorprendió que al entrar a la habitación de Kaigaku se tropezara con el inmundo olor a sexo y sangre.

- ¿Qué quieres? – el menor contesto de mala gana, no le gustaban que interrumpieran su sueño.

- te propasaste con Agatsuma – fue más una afirmación.

- es de mi propiedad – se levantó de su cama, sin importarle estar completamente desnudo, tratando de pasar de largo el fastidioso discurso que el mayor tenía preparado para él.

- no use mi influencia como Pilar para que lo trataras así –

- ¿Qué te importa?... el no vale nada para la emperatriz, todos lo saben – por años había visto al mugroso arrastrarse siempre detrás de las faldas de aquella mujer, ahora que había perdido su interés, nadie lo protegería... esa asquerosa rata había perdido su suerte.

Un pequeño ratón, sin nombre, sin título... viviendo como un hijo más de la emperatriz solo porque perdió a su madre. Eso era una verdadera injusticia, mientras que a él le ha tocado luchar para poder llegar a ser el sucesor de Himejima, su madre también había muerto y solo le quedaba obedecer a su supuesto padre y lidiar con una tundra de niños que ni siquiera tenían parentesco con el...

Zenitsu era una pequeña rata con suerte que había escapado de su realidad por lo rápido que era para huir, pero aquello se estaba acabando y él se aseguraría de que no saliera del hueco en que pensaba enterrarlo.

El oso no tenía nada contra Zenitsu, por el contrario, le respetaba por la lealtad que sentía hacia Nezuko-sama. Pero Himejima no podía sentir más allá del respeto mutuo y tampoco metería sus narices más de lo que debía, después de todo, cumplir los deseos de su emperatriz era lo primordial.

- aunque haya perdido la gracia de la emperatriz, ese niño sigue estando bajo la protección del palacio real... no puedes matarlo, su abuelo fue un Pilar y como su único nieto la emperatriz no va a dejar que ese linaje se extinga – Himejima estaba bastante consiente de lo que la emperatriz quería para sus súbditos aun si ellos mismo no tenían idea.

- te equivocas Himejima-san... no tengo intenciones de matarlo – la sonrisa de Kaigaku salió algo siniestra, mientras se ponía de nuevo sus ropas – me interesa Zenitsu y su seguridad más de lo que crees –

-.-

Aun no podía creer lo que estaba pasando, se suponía que iba a ir por algo, estaba seguro de que era importante aún que ahora ya no sabía por qué.

Su boca soltaba gemidos, su cuerpo sudaba y su entrada se humedecía por cada estocada, se sentía realmente bien cada vez que ese miembro entraba y salía. Encajando a la perfección y haciendo que su cabeza explotara...

Sintió como sus piernas eran abiertas, dejando al aire su miembro erecto, las estocadas no paraban y sus gemidos tampoco, su rostro rojo hasta las orejas mientras las caderas contrarias no se dejaban de mover... el sujeto encima de él se lo estaba metiendo tan bien que no podía hilar frase alguna, escuchando el chapoteo de su entrada contra sus caderas.

:Uno para Todos:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora