A la fría y oscura madrugada, Charly llegó al edificio dónde vivía. Al estar en su sala, y después de cerrar de un portazo, lo primero que hizo fue ir al teléfono. Se sentó en el suelo, y algo desganado, esperó a que lo atendieran. Al primer intento, nadie contestó. Volvió a marcar y se quedó agarrando el anteriormente mencionado teléfono con ambas manos y poniéndolo bien cerca de su cara.
—¿Hola...?—Escuchó la voz de Moro, que aparentemente, había estado durmiendo—Hola, ¿Quién es?
—Charly, perdón —Se disculpó García, apretando el teléfono con fuerza—¿Estás durmiendo?
—No...Ya no—Le contestó Moro con obviedad y algo molesto por la hora en que su amigo lo había llamado.
—Ah, otra vez, perdón. Quería hablar con alguien—Confesó.
—Bueno, ¿Qué pasa?—Oscar se dispuso a escucharlo.
—Es que...Vi a Pedro con otro tipo—Empezó Charly, estaba haciendo un gran esfuerzo para no mentirse a sí mismo o al baterista—Creo que estoy celoso.
—Ajá, ¿Qué más?
—Es que, ya sé—García pensó en que ahí mismo iba a perder esa imagen que tenía frente a todos—Que no tengo derecho a estar celoso.
—Eso es verdad—Respondió Oscar—A ver, ¿Qué más?
—No quiero olvidarme de Pedro, quiero estar con él de vuelta a toda costa—Ya no podía mentir, entonces dijo todo lo que le inundara los pensamientos en ese momento:—Pero... Esto es mi culpa y no me va a perdonar una mierda. Dios, Pedro me amó a pesar de todo, y yo hice todo para el orto, ¿Te das cuenta?—Soltó una carcajada—Igual, ¿Qué voy a cambiar arrepintiéndome? ¡Nada!
—A ver, a ver, vamos por partes—Moro pensó unos segundos—Tuviste una actitud que no estuvo buena y lo más seguro es que Pedro no cambie de opinión. También es verdad que no hacés nada con el arrepentimiento o la culpa—Antes de que Charly dijera algo, continuó:—Pero lo que podés hacer, es prestar atención para no cometer los mismos errores una y otra vez con otras personas, ¿No?
—Eh...—Charly se mantuvo fácilmente más de un minuto sin decir nada, pero aún así, se notaba que seguía ahí, Moro podía escucharlo. Finalmente, habló.—Es más fácil drogarme.
—Sí, ajá, como digas—Oscar suspiró con cansancio—Vas a estar bien en un mes o dos, calmate. Parecés un nene de quince años.
—Este...Moro—Murmuró Carlos.
—Decime.
—Gracias por escucharme, en serio—Dijo él, que cada vez bajaba más el tono de su voz hasta hacerla apenas audible al final de la frase.
—No te hagas drama vos—Contestó el baterista—Cuando necesites alguna otra cosa, me podés decir. Aunque tratá de que no sea a las cinco de la mañana otra vez—Rió un poco.
—Hm, sí, gracias otra vez—Charly terminó la llamada de inmediato. No pensó que estaba tan desesperado.
♪ ♪ ♪
Cuando el sol llegó a su punto más alto en el cielo, que ese día estaba precioso y despejado. Pedro apenas se levantaba para tener una de esas raras combinaciones entre desayuno y almuerzo. Poco después de eso, le llegó una llamada. Se trataba del guapo hombre al que había conocido la noche anterior. Julian quería verlo en una plaza de por ahí.
Aunque Aznar no estaba seguro de lo que hacía, aceptó de inmediato. Si era por olvidar lo que sentía por Charly, estaba dispuesto a hacer lo que sea que estuviese a su alcance. Se puso su mejor ropa y se arregló bien, quería impresionar a su posible pareja.Cuando llegó al punto de encuentro, lo vio. «Qué lindo...» Dijo Pedro para sus adentros, pero honestamente, por más que quisiera, Julian no le causaba nada. Sí, le caía bien, pero hasta ahí, esa famosa sensación de mariposas era inexistente. Alves se acercó a Aznar y lo saludó con toda la alegría del mundo.
—¿Y? ¿Cómo estás?—Preguntó Julian. Era una pregunta superficial, no había que pensar mucho la respuesta.
—Bien, ¿Vos?—Pedro soltó esa pregunta que siempre se hace en respuesta a lo anteriormente dicho.
Pasaron la mayor parte de la tarde paseando, yendo de acá para allá. Charlando de tonterías y cosas que no tenían mucho peso. Era divertido y agradable hasta que llegaban los momentos en los que supuestamente el romanticismo debía de nacer naturalmente. A Pedro le costaba fingir, y Julian se daba cuenta.
Y bueno, Alvez estaba buscando el momento correcto en el cuál decirle algo a Aznar, y al final, encontró ese momento. No le importaba hacerlo sufrir un poquito con tal de conseguir una herramienta para hacer sufrir el doble a alguien más.
—Pedro, te tengo que decir algo—Lo llamó al mencionado, y le hizo una seña para que se sentaran en una banca—Es serio.
—¿Eh? ¿Qué es?, no me asustes—El bajista se preocupó un poco de lo que el mayor le fuera a decir.
—Ayer, cuando me iba del bar, me encontré con Charly, te estaba siguiendo —Empezó a hablar con un tono sombrío.
—¿Cómo?—A Pedro por poco no le se bajó la presión cuando escuchó eso. Sintió pura ansiedad una vez más, aunque a la vez, algo de enojo—¿M-me estás jodiendo?
—No...Y cuando le pregunté por qué te estaba siguiendo así, me amenazó—Le aseguró Julian—Dijo que si te sigo viendo, no la voy a contar. Y que vos tampoco...
—P-pero...—Le bajó una gota de sudor por la cara—Charly no haría nada de eso, no le prestes atención, no va en serio...
—Se lo veía muy convencido, yo no sé—Julian le puso una mano en el hombro—Pero vos no te preocupes, no voy a dejar que se acerque a nosotros.
![](https://img.wattpad.com/cover/300344628-288-k919776.jpg)
ESTÁS LEYENDO
♪tango, uno de verdad♪ (Serú Girán)
FanfictionEn principios de los años 90's, Serú Girán regresa al fin, y con ella, viejos problemas del pasado buscan cobrar peaje.