♪1♪

1.2K 31 46
                                    

Ese día era más luminoso de lo normal para Pedro. A lo mejor era solo por su estado de animo, pero hasta los extraños parecían más acogedores que nunca, y por eso le sonreía con explosiva alegría a toda esa gente que se cruzaba. Se trataba de el regreso de Serú Girán, ¿Cómo no iba a estar contento? Aunque ya había hablado con David de que se trataba de plata. Obvio. La plata siempre estaba de por medio; pero además se trataba de algo más, iba a ver a Charly.

Se le borró la sonrisa a mitad de camino y se quedó pensando, ignorando la carretera, volver a ver a Charly no era algo por lo cual estar feliz, para nada. Habían terminado su relación definitivamente hace tiempo y por una buena razón. Charly le había hecho mucho daño, y ahora, parecía que Aznar se había olvidado de eso ¿Cómo podía ser que le perdonara todo tan fácil? En el proceso de tratar de despejar su mente, dio un suspiro cansado y siguió su camino hacia el estudio donde seguramente iba a pasar unas pesadas y tortuosas semanas.

Llegó al estudio, que a la vez tenía formato de casa, hasta tenía un patio precioso, ahí se encontró con Lebón, que estaba sentado junto a una mesita, leyendo una revista, de la que levantó la mirada cuando llegó el más joven. Se paró y fue de inmediato a saludarlo.

-¡Pedrito! ¿Todo bien?-Intercambiaron unas palmadas amigables en la espalda.

-Sí, sí ¿Vos?-Trató de recrear aquella sonrisa que llevaba en la mañana, sin éxito.

-Todo piola-Hizo una pausa, y analizó la expresión amarga que llevaba su flacucho amigo-Eu ¿Por qué esa cara? ¿Te acordaste de Pat?

-Ja-Pedro fingió una risa medio seca y contestó:-No, nada de eso, no te hagás drama, David, estoy bien.

-Mmmmmh...-David entrecerró los ojos y se llevó la mano a la barbilla. Como si fuese automáticamente, fue a sentarse otra vez y le ofreció asiento a Pedro también, para estar frente a frente-Sentate, nene. Me vas a contar qué te pasa.

-David...No...

-Sentate.

-Bueno...-El más alto se fue a sentar. Apoyó las manos sobre la mesa un poco nervioso.

-Ahora contame-Lebón se inclinó en dirección al bajista-Soy todo oídos.

-Este...Es que, mirá...-Pedro enfocó sus ojos al cielo, ya los tenía un poco rojos y húmedos-No tenés por qué escuchar todo lo que me pasa, no hace falta, ¿Para qué?

-Es por Charly-El ruso arqueó una ceja-¿O me equivoco, pimpollo?

-Perdón, debés pensar que soy un...-Aznar se mordió el labio-Perdón por el vocabulario, pero un tarado...

-El único tarado acá es Charly-Replicó, David estaba listo para escupir veneno a diestra y siniestra-¿Me prometés algo? Si ese gil te llega a hacer algo, le das una soberana patada en el culo, y si no podés, decime a mí que lo re cago a piñas. Te juro que si te toca le voy a arrancar ese bigote mugroso y ridículo que tiene y se lo voy a hacer tragar. Y después, ya sabés, palo y a la bolsa-Le sonrió a Pedro cálidamente y estiró la mano para secarle una lágrima-¿Dale?

-Pfff...-Pedro sonrió tímidamente-Bueno...Dale.

En eso, llegaba Oscar con una bolsa en mano. Se dieron cuenta por su voz a lo lejos que se anunciaba:

-¡David, ya traje la yerba y eso!-Cuando se acercó lo suficiente cambió la cara-Pedro ¿Estás bien?

-¿Le puedo decir?-David le pidió permiso a Pedro, quien asintió-Es por Charly.

-¿Qué?-Moro hizo un gesto de no entender a lo que se refería el de pelo largo-¿Qué le pasó al mandangas?

-Nada, boludo-David rodó los ojos-Creo que Pedrito no está muy feliz de tener que verlo, por...Ya sabés qué.

-Ah, sí, sí-Fue a dejar la bolsa en la mesa-Voy a traer el mate, ya vuelvo y hablamos-Les dio la espalda y se fue momentáneamente.

Hubo un lapso de silencio incómodo entre Pedro y David, hasta que este último habló con un tono de hermano mayor preocupado:

-¿Pero vos no estabas re contento de hacer esto?-Se acomodó un mechón de pelo-¿Qué pasó, Pedrito? Yo entendí que Charly y vos quedaron en buenos términos.

-Es que...Yo le dije que estaba todo bien-Admitió Aznar-Pero no, ¿Y si es igual a cuando grabamos Tango? David, me da miedo, no quiero que eso se repita.

-Vos no te preocupes, yo le voy a parar el carro si se pone boludo, confiá en mí.

-Dale, gracias, no sé qué haría sin vos...

Cuando volvió Moro, pasaron un rato largo hablando sobre las diferentes novedades de su vida, echando un poco de chisme mientras tomaban mates con facturas...Bueno, en realidad era David el que se las estaba engullendo como si llevara siglos sin comer. El cielo empezaba a oscurecer un poco, eran las cinco de la tarde, tirando a las seis. Lebón preguntó lo que todos tenían en la mente:

-Che, Morito -Lo llamó mientras tiraba la yerba al pasto-¿Sabés si Carlitos viene ahora o cuándo?

-Hace una hora me dijo que estaba llegando-Oscar se encogió de hombros, como diciendo "Y bueno ¿Qué se le va a hacer?"-Lo esperamos un poco más y si no, empezamos sin él.

-Si no, empecemos ahora-Comentó Pedro, estaba rogando que Charly nunca llegara-David y yo ya tenemos canciones, después le mostramos lo que hicimos... Tampoco es una tragedia que no llegue hoy...

En ese momento, alguien hizo presencia en la escena, y habló. El corazón de Pedro parecía que iba a explotar en cualquier momento y el suelo se le movía, incluso sentía que las manos le temblaban y le sudaban frío. Con los ojos desorbitados y llenos de terror, miró al recién llegado.

-¿Decían algo de mí?-Dijo Charly con una sonrisa en la cara que hacía que David quisiera cumplir todo lo que había jurado hacerle-Saben que andar sacándole el cuero a la gente es de mala educación.

-Llegaste tarde ¿Vamos a trabajar o no?-Pedro lo interrogó con un tono robótico y frío, sorprendiendo a los otros tres. Estaba luchando para no desbordarse.

♪tango, uno de verdad♪ (Serú Girán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora