—Eso me dijo, me fui enseguida—Le contó Pedro a David, haciendo memoria acerca de la tarde del día anterior.—La verdad que no entiendo...
Miraba para abajo y apretujaba sus propias manos. Mientras, David analizaba la situación, intentando mantenerse calmado, empleando lo que Luis le había enseñado. Miró al más joven y le contestó:
—Mirá, yo te sugiero que tengas en cuenta lo que te dijo, Carlitos es raro a veces. Pero también tomalo con pinzas—Le advirtió—Fijate que recién lo conocés a Julian, te puede estar diciendo cualquier cosa.
—Sí... Me parece que voy a hablar con Charly—Pedro pensó en voz alta.
—¿Seguro?—«No otra vez, por favor», pensó Lebón—Si querés yo le puedo hablar.
—No—Musitó el bajista casi sin dejarlo terminar de hablar—Esto es algo que yo tengo que hacer.
Los momentos posteriores a eso, transcurrieron como un mal sueño que apenas uno puede recordar. Pedro llegó a casa teniendo miedo y queriendo llorar desconsoladamente. Estaba más confundido que nunca, no sabía en las palabras de quién confiar. «Con Pat no me pasaba esto» se decía a sí mismo como si se estuviese regañando por volver a Argentina.
Dejó pasar casi todo el día,y después perdió un poco el tiempo mirando la pared, hasta que se decidió en llamar a Charly. Se inventó mil discursos en su cabeza y ninguno le convencía. Al final eso no importaba porque ya estaba llamando.—Hola—Saludó Pedro a secas.
—¡Pedro! Qué bueno escucharte—Charly iba a continuar hablando, sin embargo, Aznar lo interrumpió.
—Te quiero ver—Después de decir esto, Pedro tragó con dificultad, sentía como si tuviese una piedra en la garganta.
—...¿En serio?—Charly ya no sonaba tan emocionado, ahora también había una pizca de confusión en su voz—Que tu tono lo demuestre, querido.
—No festejes antes de tiempo. No es lo que vos pensás—Entonces, al verse en un aplastante silencio, el bajista decidió continuar: —¿Puedo ir para allá ahora?
—Eh...Como quieras, sí.
—Dale, ya salgo—Pedro acabó la llamada, después de eso, se permitió llorar un poco.
♪ ♪ ♪
La puerta que los separaba se abrió. Después ahí estaban ambos, frente a frente sin decir nada. Intercambiaban miradas cargadas de temor, como si fuesen a detonar una bomba al hablar. Con ganas de terminar ese horrible proceso de una vez, y con miedo de usar las palabras equivocadas para la ocasión, Pedro dijo:
—La otra vez, esa noche en el bar, ¿Me estabas espiando?—Miró fijo a Charly, que en voz baja, le contestó:
—¿Qué te dijo Julian?—Estaba temiendo lo peor, porque sabía cuánto lo odiaba Alves.
—¿Entonces sí?—A Aznar se le notaba la tristeza en la cara—Me estabas espiando, y después le dijiste toda esa mierda horrible a Julian. Charly, ¿Por qué?
—¿Qué? No, discutimos un poco, pero...A ver, ¿Qué dice que le dije?— Carlos comenzó a ponerse ansioso.
—Dijiste que si nos veías juntos otra vez nos ibas a matar a los dos —Pedro murmuró con la voz temblorosa—¿No fue así?
—¡No! Para nada—Las palmas de sus manos estaban empapadas y parecía que se le iba a reventar el corazón en ese mismo momento. «Esto es malo»—Pedro, tenés que creerme, Julian está mintiendo.
—Carlos...—Aznar no parecía creerle mucho. Cruzó las piernas y se abrazó a sus hombros. Apartó la mirada.
—¿Sí?
El ambiente era gris y oscuro, apenas se hacía presente un suave matiz lila. Una débil llovizna golpeteaba una ventana como la percusión de una amarga canción y fue el único que se escuchó por un momento. Un trueno a lo lejos hizo reaccionar a Pedro, que se esforzó por no estallar en lágrimas al hacerle aquella petición:
—No quiero que vuelvas a espiarme así... Tampoco quiero que te acerques a mí a menos que se trate de trabajo. Y mucho menos quiero que te acerques a Julian—Suspiró y miró al techo—Y ahora me voy. No trates de detenerme porque no vas a lograr nada.
—¿No querés esperar a que termine de llover?—Le preguntó García, sin mirarlo.
—Vine en auto—El más joven se preparaba para irse, le dio la espalda.
—Ah...Una cosa más, Pedro...
—¿Qué?
—Quiero cambiar. Te prometo que voy a ser mejor que antes—Le juró, ¿Estaba siendo realmente sincero?—Voy a aprender de toda las pelotudeces que hice, ¡Te lo prometo!
Pedro respiró pesadamente y antes de salir y cerrar la puerta, miró a Charly y le dijo:
—Ah, bueno. Te felicito.
Con un "No entendí un choto", Charly intentó continuar con su vida con normalidad, al menos hasta que todo eso de las entrevistas y shows comenzara. Y se le iba a hacer difícil, porque sentía que el universo conspiraba contra él. ¿O era el peso de sus acciones? Sea cuál sea la razón de todo lo que le pasaba, los días transcurrían, y tenía otras cosas de las cuáles preocuparse: se había quedado sin alcohol. Se dispuso a salir de su departamento cuando vio a un conocido que lo miraba de una forma que le pareció hasta tétrica.
—Julian, ¿Qué hacés acá?—Lo interrogó, disgustado por la situación. Empezó a caminar, el otro lo siguió.
—Me contó un pajarito que Pedrín ya sabe lo que pasó—Con un tono de falso pesar, le dijo:—Debe odiarte ahora, ¿Qué vas a hacer sin él? No vas a llegar muy lejos.
—¿Querés cerrar el orto?—Farfulló García en respuesta—Tu vida debe ser muy aburrida como para que gastes tu tiempo en esto.
—Hm, qué gracioso que sos, me muero de la risa...Escuchame, "querido". Yo a vos te voy a hacer mierda, y esto es nada más el comienzo—Le aclaró—Para cuando termine, Charly García solo va a ser un vergonzoso recuerdo en la historia de este país.

ESTÁS LEYENDO
♪tango, uno de verdad♪ (Serú Girán)
FanfictionEn principios de los años 90's, Serú Girán regresa al fin, y con ella, viejos problemas del pasado buscan cobrar peaje.