CAPÍTULO 8

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Oliver pasó gran parte de la mañana adecentando la habitación del motel, además de vigilando el descanso de la investigadora durmiente. Ella sólo se había levantado un par de veces para ir al baño, sin dirigirle la palabra, y se había vuelto a meter en la cama. Alrededor del mediodía, Marc Devan se había puesto en contacto con ella, Oliver los había escuchado hablar un par de minutos. Vry se disculpó por no haber acudido a trabajar, explicándole lo que había ocurrido la noche anterior, por lo que Devan decidió darle un par de días de vacaciones y ella los aceptó sin resistencia. Por el contrario, Oliver sabía que Vry no dejaría de trabajar, y esto se reafirmó cuando, a la hora de comer, la joven se vistió sin pedir ayuda y buscó un dulce en la bolsa de la compra recién hecha. Se lo tomó en tres bocados junto a otra pastilla para el dolor.

- ¿Esa es tu comida hoy? -Levantó una ceja en señal de desaprobación-. He preparado algo que te gustará más que eso que te llevas a hurtadillas.

-No tengo tiempo para comer y charlar.

-Anoche tenías tiempo para hacerlo.

Ella suspiró sonoramente. Quería que él percibiera su desagrado. La pantalla holográfica frente a la cama -conectada a su aparato comunicador- se encendió con un mensaje grabado, con un nombre por remitente que Oliver no conocía. Era un desconocido. Un hombre.

- ¿Un nuevo amigo? -Ella no quería caer en su juego, de modo que intentó pasar desapercibida-. ¿Por qué no vas a escuchar lo que ese Klay tiene que decirte? Parece muy urgente.

-Está bien. -Tomó asiento en la pequeña mesa junto a la única ventana de la habitación-. ¿Así mejor? ¿Qué es lo que te pasa hoy?

Oliver puso el plato sobre la mesa con una lasaña vegetal; la mayor parte de la receta se había hecho con sucedáneos, por lo que distaba de parecerse a lo que debería haber sido antiguamente. Por otra parte, se le veía buena pinta, por lo que Vry le hincó el diente sin más preámbulos.

-Klay trabaja en los Límites, es también parte de la red de DirtyDrake, alguien de confianza -dijo, a modo de disculpa-. Anoche estaba en el Bleserrs cuando comenzó la refriega, supongo que estará preocupado.

¿Qué era exactamente lo que Oliver estaba percibiendo? ¿Por qué estaba enojado? Era obvio que el tal Klay estaba preocupado por ella, aunque si lo pensaba bien, él hubiera actuado de otra manera. Principalmente, no se habría separado de Vry en el bar; y, en segundo lugar, no habría esperado hasta pasado el mediodía para contactar con ella. Desde su NP, Oliver escudriñó los nuevos sentimientos: estaba comparando su conducta con la de un completo desconocido. ¿Acaso pensaba que podía superar a un Nerus siendo él un HTH? En ocasiones, se sentía perdido, sin saber cómo reaccionar ante la nueva vida que estaba llevando, o las sensaciones sin antecedentes previos por las que estaba pasando. Jamás había vivido con una sola persona, era un humanoide gregario, como un animal que vivía en manada. Él encajaba con todas las definiciones de ese adjetivo: era un número más entre todos los HTH, al menos entre ellos no había distinción alguna; en añadido, sin quejarse y sin poner en duda las órdenes del mando, había ejecutado las órdenes ajenas a pesar de que los remordimientos no se habían hecho esperar una vez finalizada la tarea.

En los Límites, el HTH que mantenía el equilibrio entre todos ellos era Salman. Oliver había acudido en busca de su consejo en innumerables ocasiones, pero ahora ya no podía contar con él. Sería peligroso que él supiera lo que había hecho Charlie con su NP tras el incidente, pero eso no quitaba que le echara de menos. Siempre le había aportado calma, a pesar de ser un HTH casi prehistórico; Salman había sido el primero en poseer una inteligencia semejante a la humana, y como aberración le habían tratado al principio. Cuando los Nerus vieron que no era una amenaza, sino un aliado, dejaron de intentar destruir su NP y le dieron una distinción inventada por ellos que había quedado en el apelativo de Negociador. Aunque para los humanoides más viejos, Salman era conocido como la parca de acero debido a que era él quien decidía cuando los demás de su raza estaban obsoletos.

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