CAPÍTULO 14

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Su pecho subía y bajaba de manera firme, y el mero hecho de observarla, aplacaba el estado de ánimo de Oliver. Había pasado horas en quirófano siendo operada de urgencia, ya que Derek había dejado los músculos de sus piernas dañados; estaban desgarrados, pero habían conseguido rescatar el tejido muscular y ensamblar los tendones, por lo que quedaban a la espera de ver cómo prosperaría la recuperación. A él le habían enviado al taller; en media hora habían arreglado la abertura de alojamiento de su NP, implantándole una placa provisional de titanio en el cráneo. En adición, había otros daños secundarios en su carcasa, pero lo único que deseaba era que despertara la detective, así que había regresado pronto a la sala de espera del hospital prometiendo aparecer por allí en unos días para las reparaciones finales.

Oliver se fijó en un ligero movimiento de sus dedos, apenas un latido en las yemas; empujó el asiento a la cama para examinarlo mejor, sin ruido para no molestarla. Apoyó la barbilla en el borde de la cama y esperó: los nudillos temblaron, quería extender los dedos, y su respiración se aligeró. En un segundo, Vry desplegó el dedo índice hacia la nariz de él, queriendo atraparla, y Oliver se sobresaltó.

Un sollozo de dolor se escapó de la garganta de la paciente.

- ¿Estoy muerta ya?

Él disimuló una sonrisa, feliz de volver a escuchar aquella voz sarcástica.

-Si te duele algo, es que no.

-Me duele muchísimo.

Oliver avisó al doctor para que la reconociera después de su súbito despertar, y ella se dejó hacer durante un buen rato todo tipo de pruebas y preguntas para saber si no sufría ninguna conmoción; al finiquitar el examen, le comunicó a Oliver que lo esencial se hallaba en su lugar, aunque lo que más le preocupaba era cómo asimilaría Vry su rapto ahora que era libre. Oliver también creía que eso sería lo más duro, y teniendo en cuenta las limitaciones que habría de afrontar una vez abandonaran el hospital.

- ¿Podría quedarme en la habitación esta noche?

-Le vendrá bien, por ahora no le daremos nada de comer y debe expulsar la anestesia. Si sucediera algo, no dude en informar a las enfermeras de guardia.

-Adelantó la mano para estrechar la de Oliver-. Fue muy valiente por su parte lo que hizo.

Lo último que esperaba era un cumplido de aquel hombre que parecía demasiado austero como para exhibir sus sentimientos ante un desconocido. Oliver se limitó a encogerse de hombros, restando importancia al suceso, pero agradecido por las palabras.

-Era lo que había que hacer.

-Muy pocos hubieran podido hacerlo. Ninguno que no fuera un HTH.

Oliver recordó la patada, cómo había creído que Derek no la soltaría jamás. Había soñado en una carga de energía con la caída, y la imaginaba como un chapuzón en un estanque de patos. Él no había estado nunca en uno, y mucho menos había visto patos, pero eso no significaba que no se hubiera despertado alterado ante la imagen. ¿De dónde la había sacado? ¿Cómo sabía él que aquello eran patos? Había visto más gente alrededor, gente con la piel roja y seca, dos mujeres para ser más exactos, y sus caras eran conocidas.

- ¿Sería posible llamar a sus padres? Vry querrá que la acompañen cuando se sienta con fuerzas.

-No se preocupe, ya nos hemos puesto en contacto con ellos.

Oliver miró hacia el interior de la habitación. Vry se daba la vuelta bajo la sábana, incómoda por el dolor y por estar postrada en la cama.

-Disculpe, me gustaría...

-Vaya; tengo que seguir con la ronda. Procure que no se levante sola; es una mujer fuerte, pero debemos vigilarla por el momento. –Introdujo ambas manos en los bolsillos de su bata blanca-. Encantado de conocerle, Oliver.

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