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—¡George, qué casualidad verte de nuevo!

—No creo que sea una casualidad, compartimos esta clase, Dream.

—Tienes razón, lo había olvidado —dijo tímidamente—. ¿Llegué un poco tarde?

—No creo. Aún no empieza la clase. Te ves muy apurado. ¿Acabas de salir de otra clase?

—Sí... es que intento mantenerme concentrado todo el rato. ¿Qué hay de ti?

—Siento que si me inscribo a muchas clases me voy a saturar. Ya tengo suficiente con dos carreras al mismo tiempo.

—Entiendo. ¿Quieres salir hoy? O sea, sé que es muy apresurado,pero solo será una salida como amigos a menos que tú quieras otra cosa.

—No —dijo apenado.

—Está bien, solo salida de amigos, ¿sí?

—No es eso. Hoy es la boda de mi hermana y debo estar ahí.

Dream no había sentido nunca antes ese impulso tan grande de tirarse de un edificio y desaparecer.

—¡Es verdad! Lo había olvidado. ¿Y dónde será? Solo por curiosidad.

—En mi casa. Será solo para familiares cercanos.

Dream quiso seguir hablando con George, pero el profesor había llegado.

...

—Es obvio que no quiere que vayas.

—Si quiere, solo se hace el difícil. Estoy seguro que le agradará verme.

—Pues si están tan seguro ve —lo alentó Quackity.

—¿No me quieren acompañar?

—Ni siquiera te han invitado a ti, menos a nosotros —le dijo Sapnap, oponiéndose a la idea.

—Pueden fingir ser meseros o algo para que los dejen entrar. ¡Por favor!

—¿Tanto te gusta?

—Solo como amigo.

—Vamos, será divertido, Sapnap —lo ánimo Karl.

—Bien, iremos, pero si algo sale mal te echamos la culpa a ti Dream.

—¡Todo va a salir bien!

...

—¿Qué se supone que son? ¿Payasos?

—Malabaristas —le respondió Quackity intentando hacer malabares con unas pelotas, mas no duró bastante para que se le cayeran— en aprendizaje.

—¿Por qué habría malabaristas en una boda?

—La gente quiere divertirse.

—No importa. Distraigan al de recepción, voy a entrar.

Dream se escabulló por el jardín, mientras que sus amigos hablaban con el recepcionista, tratándolo de convencer que habían contratado a tres malabaristas. Al final, lograron entrar de alguna forma no muy legal que digamos.

—¡George! —lo llamó desde los arbustos.

—¿Dream? ¿Qué se supone que haces aquí?

—Quise venir a verte.

—¿En la boda de mi hermana?

—¿Te molesta?

—No creo que a mi padre le agrade verte aquí, mejor regrésate.

—Solo me quedaré un rato.

—Eeeeh...

George giró su vista incómodo hacia un lado.

—Amor, ¿cómo estás? —dijo un chico alto, dejando un corto beso en los labios de George—. ¿Con quién hablabas?

—Con nadie. Solo veía las flores. ¿No son muy bonitas?

Dream se quedó confundido. ¿Quién era ese tipo y por qué le había dicho amor a George?

—No más que tú.

—Awww, ¿puedes traerme un poco de agua, por favor?

—Ya voy.

Dream salió de los arbustos indignado.

—¿Quién es él?

—Mi novio.

—Para ser tu novio, no te ves muy cómodo con su compañía.

—No es tu problema. Ahora vete antes de que alguien te vea.

—Bien, solo te digo que ese chico no es para ti.

Cuando Dream estaba por saltar la valla nuevamente, se escucha un fuerte ruido como si un vidrio se hubiera golpeado contra el piso. Giró su vista hacia atrás y aquella pirámide hecha con copas ahora no era más que pedacitos de vidrio.

Sapnap, Karl y Quackity estaban justo alrededor y pudo imaginar la escena perfectamente. Seguro estaban haciendo malabares y como eran tan malos, una de las pelotas había golpeado la pirámide. Era de esperarse, no podían cuidarse solos.

—¡Oh, quién habrá hecho eso! —exclamó Quackity como si no hubiera sido su culpa—. Llamaré a alguien para que limpie.

Seguido a ello, salió corriendo, junto con los otros dos. El padre de George llegó a la escena y logró verlos a los cuatro.

—¿Qué hace usted en la boda de mi hija? —le preguntó a Dream.

—Yo... Soy sonámbulo y no sé cómo aparecí aquí.

—Más le vale que se vaya ahora y ni se atreva acercarse por acá.

—Sí, señor.

Dream salió corriendo detrás de sus amigos.

—Te dije que saldría mal.

—¡Cállate, Sapnap!

...

El rector entró a la sala y ya veía Dream que tenía una sonrisita en su rostro que no le traía mucha confianza.

—Señores, el día de ayer cuatro idiotas se colaron en la boda de mi hija. Voy a decir los nombres para que nadie olvide esta travesura. Karl —el nombrado se hizo pequeño en su asiento—, Sapnap, Quackity y Dream. Gracias a sus cuatro compañeros, hoy tendrán examen sorpresa.

—Señor, esto es injusto para mis compañeros —dijo Dream levantando la voz entre esos murmullos de sus compañeros—. La idea fue mía, si quiere castigar a alguien, es a mí. Sería muy inmaduro meter un tema personal en lo profesional.

—No hablemos de inmadurez, joven.

Dream estaba por seguir protestando, pero Sapnap lo sujetó de la mano, indicando que tome asiento y se callara la boca.

—El que no pase el examen, repite el semestre.

Quackity sacó su amuleto de la rosa de Guadalupe y rezó tres padres nuestros, a pesar de que nunca se había inscrito a esa clase.

...

—Profesor, ¿podemos pasar? —preguntó Dream tocando la puerta.

—No.

Igualmente pasaron los cuatro.

—Señor, lamentamos arruinar la boda de su hija. Le prometemos que no volverá a pasar.

—Entiendo. Están expulsados.

—¡Chingue su perra madre, a poco y ni estaba en su clase, pinche mamón! —gritó Quackity en español.

—¿Traducción?

—Dice que lo siente mucho y que no nos expulse, por favor.

—Igualmente están expulsados.

—Señor —intervino Dream nuevamente—, no puede expulsarnos por un evento privado. La universidad no lo aprobaría.

—Bien, vayan a terminar su examen. Ni se les ocurra ahora arruinar también la boda de mi hijo.

—¿Se va a casar? —preguntó Dream curioso.

—Algún día lo hará y espero no verlos cerca.

Cuatro Idiotas [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora