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Las clases del segundo trimestre han dado comienzo, y tal y como te avisaron, hay un nuevo profesor que os hará la vida imposible hasta Diciembre.

"Welcome to the madness. Welcome to the hell"

Fueron sus palabras nada más iniciar la clase de más de dos horas... Los estudiantes intercambiaron miradas curiosas, intrigadas y ocultaron sonrisas bajo sus manos. Idiotas. Esos serán los primeros en sufrir en sus propias carnes el fuego del infierno, pensaste al recordar los consejos de Midoriya.

1. No reírte de sus comentarios.

2. No apartar la mirada cuando te clave la suya bajo sus gafas.

3. No titubear si te pregunta con las intenciones de avergonzarte delante de toda la clase.

4. Permanecer muy atenta.

5. No llegar tarde.

Esa última era muy, muy importante.

Se ve que no has sido la única en recibir esos consejos pero más de la mitad de la clase no llegarán al final del trimestre, y si no me crees cuenta el número de estudiantes que hay, anótalos, y vuelve a contar cuando el profesor de por finalizada la asignatura.

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-Ha sido la primera clase y ya ha enviado un trabajo para finales de semana.- protestas colocando varios libros para consultar sobre la mesa.

Estás en la biblioteca.

-Eso es tan solo el principio.

Midoriya te está acompañando.

-Lo que no entiendo es que si la mayoría de estudiantes saben cómo es el profesor por qué eligen su asignatura para cursarla.

-Morbo ¿Tal vez? – responde el chico peliverde encogiéndose de hombros – Y cada año se vuelve más demoníaco.

-No me asustes.

Midoriya te sonríe dándote ánimos y toma asiento frente a ti para ayudarte con ese trabajo. No tiene nada que ver con ninguno con los que él tuvo que hacer el año pasado pero sabe cuáles son los fallos que debe evitar cometer para que el profesor no destroce el trabajo en sus narices.

Os sumergís en los libros, tomáis notas, absorbes todos sus buenos consejos. Midoriya es un buen profesor, sabe explicarte muy bien lo que no entiendes y si aún después de explicarlo sigues sin entender algo busca métodos divertidos para conseguirlo. Estás realmente encantada de tenerle allí contigo.

-Tener una cita en una biblioteca es bastante aburrido ¿No creéis?

No es necesario que te gires para saber a quién corresponde la socarrona voz a tu espalda. Si hubiese estado detrás de ti sin emitir sonido alguno le habrías reconocido por el olor a su desodorante que te vuelve loca.

-Aunque bueno, quizás habéis venido a enrollaros en el último pasillo, pero os recomiendo ir antes de las siete pues si os retrasáis tendréis que coger número para estar un rato a solas.

Le escuchas reír. Pones los ojos en blanco y te percatas de como Midoriya se encoge en su asiento. Se siente incómodo.

-¿Qué quieres, Dabi?

Tu voz suena dura. Enfadada. No piensas perdonarle tan fácilmente que te besase, por segunda vez, sin tu consentimiento.

Sí, te gustó y estuviste pensando en ese beso durante varias noches pero la rabia sigue ahí.

-He venido a estudiar.- dice sentándose a tu lado – No nos conocemos.

-Izuku Midoriya.

Le tiende la mano pero el Príncipe Oscuro no le imita. Eso te hace enfadar aún más.

El Príncipe OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora