El Príncipe Oscuro

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Aunque las clases han comenzado el verano aún no se ha terminado, por esa razón tus compañeros de clase y tú habéis quedado para disfrutar de un buen día de playa.

A ese viaje se ha unido Midoriya.

Tu amiga te ha confesado que desde el día que fuisteis al parque de atracciones se mensajeaban todos los días e incluso video llamadas o quedaban para tomar un café o ir a almorzar. Le dejas caer burlona que parece que se haya enamorado del chico pecoso y tímido cuando te susurra, para que nadie más os oiga, que están saliendo juntos.

La observas como si te dieses cuenta que vas sentada al lado de una completa desconocida, pero esa sensación desaparece cuando ves su hermosa sonrisa y mejillas sonrojadas. Quién la visto y quién la ve, piensas tras decirle que te alegras mucho por ellos y que esperas que todo les vaya bien. Después miras hacia atrás, unos dos asientos, donde Midoriya conversa con uno de tus compañeros animadamente. Sí. Sin duda es el chico perfecto para que tu amiga vuelva a confiar y creer en el amor. Él la hará feliz. La cuidará, la mimará y la amará como nadie. Están hechos el uno para el otro.

Sonríes regresando la mirada a la ventanilla para disfrutar del paisaje cuando la sonrisa del Príncipe Oscuro rebota en las paredes de tu mente y su dulce voz provoca que se te forme un nudo en el estómago. ¿Qué te dijo aquel día? No le oíste bien y no le has vuelto a preguntar pues no os habéis visto. Dabi ha vuelto a desaparecer. Otra vez. Pero sí te envía sus más que deseados mensajes dándote los buenos días y las buenas noches.

Mensajes que calientan tu corazón y avivan el alma.

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Por fin habéis llegado a la playa. ¡Hay mucha gente! Pero por fortuna encontráis una zona dónde os podéis instalar todos sin tener que dividiros por grupos.

Colocáis las sombrillas, las toallas y antes de que te dé tiempo a quitarte el fino vestido de lino, alguien te agarra por las piernas para cargarte sobre su hombro y zambulliros juntos en las frías aguas donde las burbujas cosquillean tu piel.

Al salir, buscando al gracioso que te ha hecho tal pesada broma tu voz se queda atorada en la garganta y tu enfado se transforma en una sonrisa divertida.

-Por qué no me sorprende nada que estés aquí.

-Vaya, me estoy quedando escaso de ideas para sorprenderte, princesa.

Dabi se echa el pelo hacia atrás mientras el agua resbala por su rostro, su cuello... Lleva una camiseta roja pegada al cuerpo. Te sientes decepcionada porque querías verle en bañador, lo sabemos todos pillina.

-Es cosa mía o ¿Me persigues allá donde voy?

Preguntas saliendo del agua para quitarte el vestido. Miras de reojo por si Dabi no te quita ojo pero está distraído mirando a otro punto de la playa. Sigues su mirada y a lo lejos ves al idiota de su amigo, Hawks, junto con otros chicos y chicas.

-Se ve que hemos tenido todos la misma idea de venir hoy.- dice con un tono de voz algo distinto.

No solo su voz es distinta. Todo en él parece que ha cambiado. No deja salir su lado más provocador y sexy, al contrario, está en modo atento, dulce, tímido. Y no se aparta de tu lado a pesar de haber venido con vuestros amigos.

Disfrutáis del resto del día bañándoos, hablando sentados bajo la sombrilla, jugando al vóley enfrentándose su clase contra la tuya.

Risas. Diversión.

Todo está yendo de maravilla.

Está siendo un día demasiado divertido y estás viendo a un Dabi totalmente distinto cuando está con sus amigos. Te gusta. Te gusta cada vez más. Mucho más.