Sanación

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La lucha era intensa, el cielo se había cubierto de nubes que amenazaban con llover, Harry había derribado a varios contrincantes, pero ahora estaba batallando con un escurridizo mortífago, ya lo tenía contra un árbol pero este comenzó a correr, haciendo que el elegido fuera tras este.

Antes de darse cuenta ya se habían alejado bastante, fue en ese momento que la lluvia se soltó, cosa que aprovechó el Mortífago para derribar a Harry tomándolo por sorpresa.

Ambos cayeron al piso y rodaron unos metros, el Mortífago un poco más delgado que Harry se deslizó lo suficiente para separarse del ojiverde y correr, pero el Elegido no se dió por vencido por lo que corrió tras él.

El enmascarado llegó a desesperación de comenzar una aparición, Harry viendo sus intenciones aceleró para alcanzarlo en el último instante.

El mortífago sintió la mano de Harry sobre su pie, por lo que al llegar a un lugar árido, rápidamente cambió de parecer para luego teletransportarse a un lugar extremadamente frío, con Harry colgado de él.

Al llegar ambos estaban tirados en la nieve, una suave ventisca inundaba el lugar y para mala fortuna de Potter, el Mortífago fue el primero en levantarse y empezó a golpear al auror.

Harry apenas reaccionó a tiempo para esquivar el golpe, aún con su varita en mano apuntó a su contrincante, quien al darse cuenta se abalanzó para quitársela.

Fue una lucha mas que física, ya que el enmascarado siendo más delgado logró quitarle la varita a Harry, pero el azabache golpeó su mano para que la soltara.

En segundos la varita fue arrojada unos centímetros, Harry aprovecho para golpearle, pero el Mortifago se levantó a tiempo para alejarse.

La nieve empezaba a afectar, los lentes de Harry se empañaban con facilidad impidiéndole ver con claridad.

— ¡Ríndete Potter! — exclamó el enmascarado.

— ¡Nunca! — respondió el auror con desición.

El Mortífago sacó su varita para apuntar al ojiverde que apenas tuvo tiempo para lanzarse sobre su varita, sin embargo no logró agarrarla ya que el hechizo le dio de lleno.

El enmascarado sonrió, entonces se acercó para tomar la varita de Harry y se la guardó, el elegido tocó su estomago sintiéndolo adolorido.

— Últimas palabras Potter — exigió el hombre con la máscara.

— ¡Accio! — gritó Harry abriendo su mano para jalar su varita, la cual le respondió y fue a parar a su palma.

— ¡Expelliarmus! — exclamó Harry.

— ¡Protego! ¡Expelliarmus! — reaccionó el Mortífago dándole nuevamente a Harry y tomando su varita, la cual había volado en el aire, luego su cara se distorsionó al ver al elegido levantarse con furia. Miedo fue lo que sintió, por lo que desapareció llevándose la varita de Harry.

El azabache no pudo alcanzarlo y quedó varado en medio de un paisaje lleno de montañas y nieve. Gritó desesperado al notar lo desprotegido que estaba, sin su varita no podía regresar y temió por su vida, ya que parecía que aquel lugar también reprimía la magia, pues intentó hacer magia sin varita y nada funcionó.

La nieve comenzó a caer con fuerza, por lo que Harry caminó en busca de algún lugar para resguardarse, en segundos la visibilidad era nula, lo que ocasionó que comenzara a angustiarse y a correr sin fijarse.

Varios metros después tropezó con la punta de una roca que lo hizo caer y rodar, llegando al punto de chocar con un refugió de cabaña, su cabeza golpeó con la fuerte madera, cayendo en inconsciencia rápidamente.

Nadie más que túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora