Los Granger

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Habían salido del ministerio directo a la casa de los padres de Hermione, por lo tanto, iban vestidos con sus uniformes.

Llegaron a la casa y Hermione había tocado a la puerta, cuando se dio cuenta que Harry, estaba un poco sudoroso por los nervios.

— ¡Harry! Tranquilo, mis padres te amarán — le aseguró la castaña, tomando su mano y depositando un corto beso en sus labios, lo que hizo que el pelinegro se tranquilizara.

La señora Granger abrió la puerta y los abrazó a los dos, cosa que hizo sentir a Harry un poco más tranquilo.

Entraron a la casa y Hermione, oficialmente los presentó.

— Mamá, papá, él es Harry Potter, mi mejor amigo y mi novio — dijo la chica, con una sonrisa enorme y un poco sonrojada.

— Hemos escuchado hablar mucho de ti jovencito — dijo la señora Granger, haciendo que Hermione y Harry se sonrojaran — no hay una sola carta y una sola visita que nos haya hecho en vacaciones, en la que Hermione no hablara de ti.

— ¡Mamá! — exclamó la castaña, sonrojada y notando que Harry, a pesar del sonrojo, tenía una leve sonrisa ladeada.

Luego del bochornoso encuentro, los Granger, los habían invitado a sentarse en la sala, para conversar un poco.

— Entonces, ¿A que te dedicas, muchacho? — preguntó el señor Granger.

— Soy auror. Jefe de aurores en el ministerio de magia. Somos algo así como la policía, atrapamos criminales — aclaró Harry, viendo la confusión en los rostros de los padres de Hermione.

Entonces la señora Granger se disculpó y se levantó para dirigirse a terminar de preparar la cena, trayendo a regañadientes a su hija con ella, pues sabía que ahora seguiría el interrogatorio que le haría su padre a Harry.

— Entonces, tú y Harry ¿Ya han...? — preguntó la señora Granger, no había terminado de preguntar, cuando Hermione ya estaba roja como un tomate.

— ¡Mamá! — exclamó la castaña, lo que hizo a su madre reír.

— ¡Oh! ¡Eso es un sí! — dijo su madre — cariño, se como te sientes por este chico desde que tienes quince años, ¿Creíste que no me daría cuenta, aunque no me lo contaras? Además, admito que es un chico muy apuesto — dijo ella, tranquilizando a su hija.

— Si, lo es — dijo Hermione, ahora con su mirada perdida hacia la sala y soltando un suspiro — pero Harry es mucho más...

— ¡Oh, cariño! Lo amas. Lo veo en tus ojos — dijo la señora Granger, enternecida por como hablaba su hija de Harry.

— Con cada fibra de mi ser, mamá — dijo Hermione, con voz firme.

— Solo voy a pedirte que te cuides. Sé que ya eres adulta y tomas tus decisiones, pero si aún no quieres hijos, cuídate cariño — pidió su madre, con tono dulce.

— Lo haré mamá, pero Harry es el hombre con quien deseo formar una familia y también quiero darle la familia que siempre ha deseado y nunca tuvo — Hermione dijo, esta vez con una pequeña lágrima deslizándose en su mejilla.

La señora Granger abrazó fuertemente a su hija luego de escuchar eso, pues varias veces les había contado acerca de la historia de este chico y ella quería demostrarle que merece una familia que lo ame y que lo ame por ser Harry y no el famoso Harry Potter.

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— Escucha, seré directo contigo muchacho — dijo el señor Granger, con tono serio. — Hermione es mi niña y siempre lo será. Su madre y yo sabemos de sus sentimientos por ti desde que tiene quince años, sabemos que los dos han sido los mejores amigos, también junto al otro chico Weasley, pero según lo que ella nos ha contado, eres tú a quién ama —declaró el padre de Hermione — Tendrías que verle la carita cuando habla de ti, como se le iluminan sus ojos y se le dibuja una sonrisa.

Nadie más que túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora