3. ¿QUÉ HACES AQUÍ?

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Habían pasado cuatro días navegando y la Serpiente del Sur no se había encontrado con ningún tipo de imprevisto. Sin embargo, FP y su tripulación estaban constantemente alerta de cualquier peligro que pudiera acechar a su barco y estaban teniendo más cuidado que nunca con el mar.

FP miró al horizonte mientras mantenía el timón fijo y marcaba el rumbo. Apenas había descansado, pues quería llegar a la Cala de los Naufragios lo antes posible.

¡Capitán, las Venenosas y las Víboras están de camino!- informó Fangs acercándose. Acababa de recibir sus respuestas al mensaje que habían enviado a todos los clanes sobre la reunión de emergencia.

Las Culebras son las que quedan por contestar, pero en principio todos los clanes están navegando hacía la cala en estos momentos- añadió.

Eso son muy buenas noticias, Fangs. Sólo espero que no encuentren problemas para llegar y se mantengan con vida. El navío fantasma podría estar en cualquier lugar y, si se entera de nuestros planes, podría atacar- dijo FP preocupado y con el ceño fruncido al pensar en aquella terrible posibilidad. 

Somos piratas y nuestro deber es con el mar. Vamos a lidiar con está amenaza y llegaremos a la cala a salvo, capitán- tranquilizó Fangs con seguridad.

Espero que tengas razón, si no vuelvo con vida, mi mujer me estrangula- dijo FP riendo ligeramente ante sus últimas palabras. La verdad es que no podía dejar de pensar en Alice porque, hace un par de días, le había enviado una carta a la isla de las Serpientes para ver cómo estaba y todavía no había obtenido respuesta. Sabía que estaría enfadada con él, pero eso no era motivo para que lo dejara sin saber nada de ella, ni de sus hijos. Su silencio lo estaba matando.

Estoy seguro de que volveremos con nuestras familias, capitán- aseguró Fangs.

FP se quedó encerrado en sus pensamientos unos segundos más antes de decidir que necesitaba tomar un descanso.

Fangs, sigue el rumbo y enseguida vuelvo- ordenó FP, que tenía que mantenerse concentrado en el viaje, pero el hablar de su familia lo había desestabilizado. Pensar en Alice y en sus hijos lo hizo sentir triste y melancólico, pues les echaba de menos.

Fangs asintió acatando las órdenes sin vacilar.

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FP llegó a su camarote y lanzó su sombrero con furia sobre la cama. Odiaba tener que dejar a Alice y a sus hijos, sin embargo ese era el sacrificio que tenía que pagar por ser el capitán de la Serpiente del Sur y el Rey de los clanes piratas. Tenía una responsabilidad con los mares, con las Serpientes y con los clanes. No podía permitirse fallar, pues todos confiaban en él y tenía que velar por ellos pase lo que pase.

Se acercó al lavabo para mojarse la cara y despejarse. Ojalá el agua pudiera disolver todas sus preocupaciones por un segundo. 

Acto seguido, FP miró su reflejo. Se notó cansado, pero tenía que aparentar estar fuerte para su tripulación, por lo que respiró profundamente dispuesto a volver a cubierta.

FP iba a marcharse cuando notó un movimiento sospechoso en el armario, así que procedió a acercarse con sigilo a las puertas para abrirlas rápidamente.

Lucinda saltó asustada.

¿Lucinda?, cariño, ¿qué haces aquí?- preguntó FP arrodillándose frente a su hija pequeña para estar a su altura.

Lucinda se mordió el labio nerviosa. 

Te escuché y no quería que te fueras, así que vine contigo- confesó nerviosa. Había estado escondida desde que empezó el viaje por miedo a que su padre la encontrara y la llevara de vuelta a la isla de las Serpientes. Y, como era bastante sigilosa, se había movido entre la cocina y el camarote sin ser vista.

Piratas 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora