18. CAMINO A CASA

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FP no paró de correr hasta que llegó a su escondite favorito. 

Siempre que necesitaba un momento de soledad, volvía a la cala secreta dónde besó a Alice por primera vez, para calmar y reordenar sus pensamientos. Era el único lugar dónde se sentía seguro y, últimamente, había pasado muchos ratos allí para esconder sus lágrimas de los demás y recomponerse a sí mismo.

FP caminó por la arena y se sentó frente a la orilla observando el romper de las olas mientras pensaba en Alice y en su pequeña disputa.

Desde que habían llegado a casa, su mujer no había parado de ayudarle en todo lo posible y darle un amor incondicional. Lo había cuidado, lo había consolado todos los días y no se había separado de su lado. Alice era su roca y, por eso, sabía que no había sido justo con ella en su discusión de antes.

Sin embargo, se negaba a afrontar la realidad y las verdades que Alice le soltó a la cara, por eso acabó huyendo hasta la cala. No estaba preparado para admitir que se había rendido sin ni siquiera intentarlo y no estaba listo para admitir que estaba tan decaído, que no parecía él.

FP lanzó un gritó enojado al mar, pues estaba frustrado consigo mismo. No podía evitar pensar que estaba fallando a todos los que amaba y no encontraba la forma de poder remediarlo.

Se sentía impotente ante todo lo que estaba ocurriendo en su vida y comenzó a notar cómo un ataque de depresión lo envolvía y lo hacía respirar con dificultad. 

FP enterró sus dedos en la superficie arenosa y apretó fuerte hasta que sus nudillos se pusieron blancos, mientras las lágrimas caían por sus mejillas y su cuerpo temblaba.

Estaba tan encerrado en su burbuja de ansiedad, que no era consciente de su entorno, ni de la voz que lo llamaba con urgencia y preocupación. Así que, sólo reaccionó cuando sintió los brazos de Alice envolverlo por detrás y abrazarlo.

Mi amor, por favor, respira- pidió Alice asustada al haberlo encontrado en ese estado. Sabía que su cala era el único sitio dónde podía encontrarlo, era su lugar de paz y reflexión en la isla.

Lo siento por lo de antes, no medí mis palabras y comprendo perfectamente que te duele demasiado todo lo que tiene que ver con JB- añadió arrepentida.

FP escuchó sus palabras mientras intentaba tranquilizar su respiración y, una vez lo consiguió, se giró hacía Alice para envolverla en sus brazos.

Alice se colocó en su regazo para mantenerse más cerca de él mientras los dos seguían sentados en la arena.

No es necesario que te disculpes por llevar razón- determinó FP mirándola con culpabilidad. 

Alice le devolvió la mirada mientras le secaba las lágrimas y le acariciaba la barba con cariño. Podía ver la vulnerabilidad brillar en sus ojos cafés.

Y no debería haberte gritado así, es sólo que... La incertidumbre de no saber qué pasará con JB me supera- explicó FP con un bufido decaído.

Tienes todo el derecho a sentirte abatido- aseguró Alice para consolarlo.

¡Pero yo no soy así!, ¡joder!- gruñó FP, que realmente se sentía muy impotente y enfadado consigo mismo. ¿Por qué no podía estar bien y reaccionar ante la situación?

Alice percibió su guerra interna y, verlo tan perdido, le hacía daño al corazón.

Lo sé, pero también sé que se trata de JB. Ella es tu niña y la amas mucho, así que es normal estar triste. Sin embargo, no puedes estar lamentándote para siempre- expresó.

No puedo evitar pensar constantemente en que la he fallado. No puedo dejar de ver su cara alejándose de mí. No tengo idea de dónde está, de si está bien o de si podré volver a verla. Saber que tuvo que enfrentarse a ese destino por mi culpa... me mata- confesó FP mostrando sus demonios.

Piratas 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora