El charco que despareció...

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Avenida Principal, siga por la derecha.

Decía un cartel antes de que Bartley girará por aquella calle, aquella calle oscura y no con un buen aspecto.

- El charco que desapareció -pensó- puede que sea por acá, puede que no.

Siguió caminando mientras miraba bien el suelo y que no se le escapara ni el más mínimo detalle con respecto a lo que él quería saber, puede haber información importante que se esté perdiendo.

No podía perder tiempo, cada segundo era valioso y como dijo aquella voz, el tiempo no lo esperara para que cumpla sus cosas. Muy pensante de un momento a otro siente un pequeño sonido al fondo de un callejón que se veía más oscuro aún, una puerta se abría poco a poco, el ambiente tomaba un aspecto raro pero el ignoraba y simplemente seguía avanzando hacia aquella puerta que estaba rechinando de lo vieja que se notaba.

- ¿Alguien por aquí? -susurró- espero esto no sea una broma.

- Y no es una broma-. Exclamó una voz gruesa mientras sostenía una vela que poco a poco derramaba su cera.

- ¿Quien eres?.- preguntó con voz temblorosa

- No tienes que temer, solamente soy esa persona que viene a salvar tu miseria de vida, todavía tienes corrección.- exclamó aquella voz que provenía del fondo de la habitación, aquella voz que desgarraba la garganta y parecía que fingía su tono de voz grave

- ¿Y quien crees que soy para que me digas que tengo arreglo?

- ¿Que quien creo? -soltó una risa- eres otro de la familia Bagric, tu familia fue lo peor que hubo.

- ¿Lo peor? -se sujetó de la pared- ¿que hicieron? vuelvo a preguntar.

- ¿Crees que tener una familia de asesinos en serie es poco?¿Crees que hacer pactos que no le sirvieron de nada es bueno? -encendió la luz y dejo su tasa de café en la mesa- Te falta mucho por aprender Bartley, poco a poco te iré diciendo la asquerosidad que convirtieron a tú familia, y eso que era de las mejores de acá.

- ¿Por dónde empezarás a explicarme? -le dió un golpe a la mesa- Esto ya se está poniendo feo.

- No tienes porque sentirte con miedo, hueles a miedo, hueles a remordimiento, pero también, hueles a esa esperanza de que tú no seas igual a ellos -se levantó de su silla, y tomándolo a los hombros empezó a mirarlo a los ojos- En tus pequeños ojos puedo ver la gran rabia que tienes contenida, tu inseguridad no te deja expresarla.

- No hab...-. dijo Bartley siendo interrumpido

- Sh, Sh, Sh, no sabes ni que vas a decir. Primero escucha, piensa y luego de que hagas eso me empiezas a pelear.

- Habla rápido entonces, también tengo cosas que hacer.

- A mi no me hables así -dio un giro rápidamente- Cuidadito con tu trato hacia mí, lo puedes pagar muy caro...

Bartley de la desesperación le da un golpe a la mesa y suelta algunas lágrimas, el hombre bajo el manto negro solo lo observa y se ríe de el.

- Me das lastima Bartley Bagric. Ve afuera y ves el charco, luego entras y me dices que es lo que ves -se sentó y espero a que el saliera- Dale rápido, tampoco tengo mucho tiempo.

Bartley salió de aquel cuarto oscuro y fué hacia afuera, con la duda completamente de que había en el charco, fue a mirarlo rápido.

- ¿Que pretende que haga el? -susurró mientras veía el charco- Espero que ésto funcione de algo.

Bartley... Tu destino te está esperando, ve a la tumba de tu abuelo y allí estarás como nuestra próxima herencia...

- ¿Que fué esa voz? -entró rápido a aquella puerta- Que loco...

- Lo sabía, ya ves que no te estoy mintiendo, Bartley tienes que confiar más en tí, ese es tu problema, confías más en otras personas que en tí mismo. Si tuvieras una buena confianza en tí, no estarías en este cuarto, estarías como un estúpido corriendo hacia el cementerio.

- ¿Eso fue real? -se miro las manos manchadas- ¿Ésto que fue?

- Claro que sí es real Bartley, no vives en un mundo de fantasías, no vives en un mundo donde todo se va a acomodar para que tú estés bien, vives en un mundo donde tú mismo te tienes miedo a tí, a vivir tu propia vida -tomó un sorbo de café- Aprende a vivir, aprende al menos como ser feliz. Te hace falta felicidad y sin felicidad eres alguien lleno de inseguridad, alguien lleno de complejos que jamás podrás superar, y no es por lo que sean imposibles, tú mismo te lo imaginas imposible.

Bartley estaba muy confundido, no sabía si esto era un regaño o solo simples consejos que le daba aquel persona. ¿Que consejo podría ser este? ¿Que tipo de consejo?

Desesperado después de todo, mira hacia el suelo y ve la cera esparcida por el suelo, tal vez podría ser una señal, sin lógica pero podría ser.

- ¿Que quieres de mí? -se le quebró la voz- ¿QUE CARAJOS ES LO QUE QUIERES DE MÍ?

- Cálmate Bartley, quiero que cambies, quiero que veas todos los errores que tienes y como no sabes solucionarlos, vives de tu propio temor y el miedo se apodera de tí cada vez que te quieres hacer el valiente.

- ¿Que quieres que cambie? -se secó las lágrimas- Me estás diciendo que soy un miserable que vivo del miedo, pues estoy aquí frente tuyo sin miedo y perdiendo el tiempo como no me digas nada de mi familia.

- Tu familia fueron asesinos, tu madre y tu padre fueron buscados por montones de años y tú simplemente eres algo que apenas y existe en ti mismo el deseo de codicia que tenían ellos -se levantó de su silla- Bartley, enfócate en la cosas que quieres lograr para tí mismo, es estúpido que sigas pendiente de alguien que sabes que no lo está de tí, deja de vivir en tu mundo de fantasías porque llegué yo para quemarlo por completo.

- No voy a dejar de vivir un mundo de fantasías, dónde para comunicarme contigo lo hago por medio de voces que no sé de dónde llegan, lo hago por medio de voces que son fantasía para cualquier persona que no sepa que está pasando -se levantó también de su silla- No puedo vivir fuera del mundo de fantasías, dónde en este mundo trato de curar mis errores y tú vienes y lo jodes todo.

- Ya ves, cada vez lo entiendes más rápido, ya estás entendiendo que el problema tuyo es que quieres crear tu propio mundo mientras tú y yo pertenecemos a la imaginación de otra persona -suspiró- Bartley, fin del día de hoy. Ve a tu casa rápido, mañana tienes escuela y no te quiero ver escapando, por eso te pasa lo que te pasa.

- Está bien, adiós...

- Te hablaré si te necesito para algo, probablemente te quería acá todos los días así que atento.

Saliendo de la habitación, Bartley mira su reloj y notó un gran fallo en él, el tiempo se estaba devolviendo y parecía que los días retrocedían.

Aquel inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora