» Capítulo 16.

6.1K 401 6
                                    

Jean entró a su casa sintiéndose un manojo de emociones revueltas. Su corazón seguía latiendole velozmente, las preguntas seguían en su cabeza y las respuestas se encontraban muy ausentes.

Respiró hondo y se obligó a serenarse.

— Ni siquiera le conoces, supéralo Brooks.

Se regañó a sí misma.

Subió las escaleras, yendo directo a su habitación, una vez ahí, notó la maleta improvisada que hizo cuando intentó irse del pueblo apenas logró librarse de los Salvatore.

Jean soltó un gran suspiro y colocó la maleta en la cama. Buscó un cambio de ropa limpio y lo puso al costado derecho de ésta.

Al entrar al baño, miró su reflejo en el espejo, sintió un repentino calor y con ambas manos limpió el sudor de su frente. Sus ojos se desviaron a la camisa de Stefan, ella hizo una mueca con sus labios y sin más, se la sacó, arrojándola al suelo. Repitió la acción con el resto de sus prendas y entró a la ducha.

•••

Los pulgares de Jean se movían veloces sobre la pantalla de su teléfono, la chica estaba investigando.

Luego de la ducha, salió por algo de comida. Optó por una pizza, era lo más rápido que podía conseguir, pensó en llevársela a su casa y comer ahí, pero ya había pasado suficiente tiempo encerrada como para volver a estarlo.

Un poco de aire fresco no le venía nada mal.

Ahora, mientras esperaba su pedido, ella buscaba en la red cualquier tipo de información sobre vampiros y especies derivadas.

— Es increíble que esté haciendo esto — se dijo a sí misma, a la par que ingresaba en un blog de un chico que aseguraba haber tenido un encuentro con un vampiro en un bosque.

Jean pensaba que seguramente sería puro cuento del chico, pero aún así entró, solo para saber hasta donde llegaría la imaginación del muchacho.

Ella iba a la mitad del relato, cuando escuchó su nombre ser pronunciado. Instintivamente puso su teléfono boca abajo, ocultando lo que leía.

— Eh, hola... — Jean dejó la frase inconclusa al no recordar el nombre del chico.

— Tyler — dijo él, dándole una ayudadita para recordar.

— Cierto, cierto, perdón. He estado teniendo la cabeza metida en asuntos que me tienen despistada.

— Y te apuesto que eso que leías trata sobre esos asuntos ¿no?

Ella frunció el ceño, asintió y ambos sonrieron un momento.

— ¿Se puede saber qué es?

La castaña dudó un momento antes de responder.

— Es complicado.

— ¿Asuntos familiares?

— No, es otra cosa muy diferente —  Jean chasqueó la lengua — no lo creerías.

Esto último lo dijo en voz baja, y aunque Tyler la escuchó perfectamente, no hizo ningún comentario.

Jean volteó su teléfono, presionó el botón de retroceso, no tenía caso que siguiera leyendo ese artículo —el cual sí resultó ser falso— y salió del navegador.

Los ojos curiosos de Tyler se posaron en la pantalla, distinguió la palabra en el buscador y velozmente su mirada se desvió a otro punto del lugar.

«Imposible» pensó él.

Sus ojos miraron fijamente a Jean por unos segundos, hasta que ella le notó y eso le obligó a romper el contacto visual.

» CONOCIENDO A UN SALVATORE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora