» CONOCIENDO A UN SALVATORE.

» Capítulo 23.

Damon apretó los labios en un intento de contener la risa, pero no pudo aguantarse por mucho tiempo, por lo que terminó soltando una estruendosa carcajada.

Jean, por su parte, le miró de mala manera, pero eso no inmutó al vampiro. Ella tomó una almohada y se la aventó, apuntándole directamente en la cara a Damon; este no se molestó siquiera en interceptar el objeto, al contrario, permitió que le golpease el rostro y cayó de la cama en un movimiento exagerado que solo hizo enfurecer más a Jean.

— ¡Cállate ya! — le ordenó la castaña, tomando otra almohada para abrazarla contra su pecho.

Damon se levantó del suelo, colocó la almohada en el filo de la cama y después se recargó en ella. Él permanecía hincado al costado de la cama y con la vista fija en Jean.

— ¿Cómo dijiste que se llamaba? — preguntó el pelinegro, conteniendo la risa de nueva cuenta.

— Ya sabes cómo se llama — replicó Jean, desviando la mirada del vampiro, la risa de Damon comenzaba a serle contagiosa y ella no quería burlarse.

— Oh, vamos. Repítelo una vez más. Para mí.

Damon le regaló su mejor sonrisa y su mirada más coqueta; a Jean se le aceleró el corazón y tuvo que desviar la mirada una vez más del pelinegro para controlarse. Él volvió a insistir y Jean suspiró rendida.

— Daniel Dennis — susurró Jean, sin siquiera verlo y Damon volvió a soltar otra carcajada.

Una tan fuerte que Jean pensaba que podrían oírla hasta el Grill.

—¡Cállate! — Jean le dio otro golpe en el rostro con la almohada — Ten tantito respeto por la gente.

Damon sostuvo con sus manos la almohada, reteniendo a Jean para que no le diera otro golpe. Ella forcejeó un poco con él, pero terminó perdiendo la batalla.

— No puedo creer que hayas salido con alguien que se llamara así — Damon se sentó e la orilla de la cama, quedando al frente de Jean — ¿Cómo le decían? ¿DD?

Damon volvió a reír.

— Ni hables, que tú tienes iniciales de videojuego.

Damon detuvo su risa, y miró a Jean con cara de fastidio.

— Lo dice la que tiene iniciales de boyband.

Jean arqueó la ceja y después ambos se soltaron a reír por sus pésimos chistes.

— No sé que es peor, tu chiste malo o que conozcas de boybands.

Jean rio cuando Damon giró los ojos divertido.

— No vivo en una cueva — se defendió Damon —. Y esta el asunto de que he vivido mucho tiempo, conozco casi todo. También tienes iniciales del cantante canadiense.

Jean negó.

— Basta ya. Dejemos esto por la paz.

— Me parece justo.

Damon le sonrió. Sus ojos azules estaban fijos en ella, disfrutaba de verla reír, a su parecer, Jean posee una sonrisa muy bonita y él podía verla por mucho tiempo y no aburrirse.

Damon sintió ganas de besarla, estaba tentando a tomarle las mejillas y plantarle un beso directo en los labios, pero recordó el acuerdo.

"Amigos hasta que se solucionen los líos".

Odiaba eso. Pero a la vez, se le hacía justo haber aceptado tal cosa. Su corazón estaba divido entre dos chicas. Tal y como había sucedido en el pasado. Había superado a una, pero otra más llegaba para ponerle su mundo de cabeza. Más de lo que ya está.