—Hay señal en el infierno, pero debo irme. ¡Chao!
Dice MinHo de manera divertida. Changmin suelta una ligera risa ante las palabras del menor. Sin embargo, cuando el sonido que indica que la llamada ha terminado, suena, Changmin rompe en llanto sintiendo la angustia y el dolor oprimiendo su pecho.
—En el infierno no, mi vida. En el cielo.
Cuelga el teléfono y camina derrotado hasta el sofá, donde se acuesta sin que sus lagrima dejen de derramarse. No recuerda cuanto lloró antes de quedarse dormido.
Se levanta sintiendo sus músculos entumidos y sus ojos ardiendo. Camina hasta el baño donde toma una ducha que no lo hace sentir para nada mejor y se pone presentable para el trabajo, a esas alturas, sus ojos se ven mucho mejor que cuando despertó.
—¿Como te sientes?
Pregunta YunHo al verlo entrar a la oficina. El aspecto físico de Changmin era notoriamente malo, por más peinado que estuviera su cabello, por más planchado que estuviera su traje.
—No lo sé.
Se limita a contestar antes de sentarse en su escritorio para prender la computadora. Sus hombros sienten el contacto de YunHo que pone sus manos ahí dando un ligero masaje.
—¿Has averiguado algo?
—No.
—Ok... Algo ha de salir.Con aquellas palabras, YunHo se retira a su propio escritorio.
Solo había una persona en el mundo a la que Changmin le confiaba ciegamente sus secretos. Esa persona era YunHo, el chico al que había conocido en la universidad cuando eran unos jóvenes de apenas 20 años.A sus 29 años, Changmin jamás fue tan cercano a alguien como lo era con YunHo.
Excepto Choi MinHo.
Choi MinHo, un joven de 21 años que conoció a los 24 años.
Era un chico de la carrera de enfermería, muy diferente a ChangMin que estudiaba dirección financiera.Aunque parecía una carrera tranquila y aburrida, Changmin no lo era.
Se aventuraba a muchas cosas y una de ellas, fue el fútbol. Disfrutaba de jugarlo en sus horas libres con los que lo entrenaban para representar a la universidad en ligas.
Por ello, un día entró a una de las canchas y pidió ser parte de un equipo. Todo fue bien, hasta que un tiro fue directo a su cara que fue impactada con mucha fuerza por el balón. Su nariz comenzó a sangrar y lo auxiliaron pero Changmin estaba muy mareado como para poder mantenerse en sus piernas, por lo que cayó al suelo asustando a los jugadores.
Fue llevado al módulo de enfermería donde comenzó a ser atendido. Se le revisó, se le detuvo el sangrado, fue limpiado y obligado a acostarse.—Vamos chicos—Habló una voz masculina—. Él se tiene que quedar pero ustedes no, despejen el área.
Cuando todo se quedó en silencio, Changmin abrió los ojos. Tardó un poco en enfocar la vista pero no se apresuró. Llevó su mano a su cabeza mientras intentaba sentarse, pero unas manos lo tomaron de los hombros.
—No, no, no. Quédate ahí unos minutos más.
—Pero tengo clase a las 3.
—Uy... No alcanzarás a llegar.Changmin miró al chico y le pareció jodidamente atractivo. Seguro estaba alucinando con un enfermero sensual, por que en esa universidad solo había enfermeras de más de 45 años.
—¿Puedes decirme tu nombre?
—Solo si me dices el tuyo.Mencionó con un ligero tono de picardía, uno que sonara a broma. Así, si el tipo no era gay, no tendría problemas, pero si sí lo era, sería notorio que era coqueteo.
El chico sonrió divertido y asintió.—Mi nombre es Choi MinHo, mucho gusto.
Le extendió la mano y Changmin sonrió grande al tomarla.
Ningún hetero haría eso... No con otro hombre.—Soy Shim ChangMin... Pero puedes llamarme Max.
—Bien—Soltó su mano y escribió el nombre en su libreta.
—¿Desde cuando hay enferemeros por acá? Suelo ver solo señoras.
—Estoy haciendo prácticas.
—¿Eso se puede?
—Regularmente no, pero este semestre se fueron dos enfermeras así que me permitieron estar aquí hasta que consigan sus reemplazos.
—Que afortunado soy.
—Así es. Te atendió el mejor de la clase. Ahora, espera ahí.Pidió retirándose.
Segunda prueba, aprobada. El tipo era gay. Que le abofetearan si no era así.
"que afortunado soy" era un coqueteo directo. Si el tipo hubiera sido hetero, la cosa se habría puesto muy incomoda y no fue así.Estar solo ahí le daba tiempo de pensar, ¿Podría considerar dar un paso arriesgado?
—Bueno, estas bien—Informó el chico al volver—Sin embargo, monitoreate las siguientes horas. Si el sangrado vuelve, tu vista se nubla o tienes más mareos, vuelve aquí.
—¿Ya me puedo levantar?
—Si así lo deseas.
—¿Y si no?
—Puedes quedarte ahí, hay camas disponible, son las 3 con 24 de la tarde y ya te estoy haciendo el justificante para la clase.
—Diablos— se levantó de golpe mareandose de nuevo —Todavía estoy a tiempo de llegar al examen.
—Cuidado— Advirtió MinHo mientras sellaba el documento — Toma, no corras demasiado o te sobreesforzaras.Changmin asintió tomando el papel y corrió ignorando la orden de MinHo. Llegó a su salón sintiendo su garganta seca y su cabeza explotar. Mostró el justificante al profesor y entró a hacer el examen.
Santo cielo... Debió hacerle caso.
Terminando el examen volvió a la enfermería, donde MinHo estaba hablando con la enfermera.
—Disculpa— Llamó desde la puerta— Yo...
—¿Todo bien?
—Si bueno... Es que corrí.
—¿Y ahora tienes...?
—Dios, siento que mi cabeza va a explotar.MinHo suspiró y asintió. Le dijo a la enfermera que en un momento volvía. Ella no tuvo problema y fue a ocuparse del papeleo. MinHo le pidió sentarse y comenzó a revisarlo de nuevo.
—Es el sobreesfuerzo... Te lo dije. Voy por la enfermera, ella te dará una pastilla.
—¿No puedes dármela tú?
—Por supuesto que no. Aún no tengo ese poder. Espérame aquí.Fue por la mujer que le dio un chequeo rápido y le dio el medicamento.
—Pues sería todo.
—¿Y si vuelvo a sentirme mal?
—Vienes de nuevo con la enfermera.
—La enfermera me provoca ansiedad.
—¿Como por...?
—Pues—Se encogió de hombros— No lo sé... Es un poco escalofriante.
—Pues entonces tendrás que esperar a mañana, por que ya acabé mi turno hoy. Estaba por irme.
—... Bien
—De acuerdo. Si te sientes mal, puedes llegar aquí a partir de las 11 hasta las 5.Tercera prueba, aprobda. Decirle indirectamente directo que quería verlo a él y no a la enfermera. Él le dijo a que horas encontrarlo. Estaba de acuerdo en tener otro encuentro.
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Teléfono [ChangMinHo]
Fiksi Penggemar-Hay señal en el infierno, pero debo irme. ¡Chao! Dice MinHo de manera divertida. Changmin suelta una ligera risa ante las palabras del menor. Sin embargo, cuando el sonido que indica que la llamada ha terminado, suena, Changmin rompe en llanto sint...