Strong | Jasper Hale.

Broken 3

Mala idea hacer una fiesta un jueves sabiendo que el viernes hay clases obligatorias.

Si nos acostamos a las tres y pico de la madrugada, de igual forma nos tuvimos que levantar a las siete.

Leah y Seth tranquilos porque se quedarían todo el día con mis padres. Pero lo que somos Finn, Dan y yo, desayunamos más dormidos que despiertos y nos fuimos a la escuela.

Yo manejé y a veces se pisaba el acelerador solo... Jejé.

En la escuela, varios estudiantes nos decían “Que buena fiesta” y yo nunca los había visto.

En la hora del almuerzo, nos sentamos en la misma mesa que Mike, Eric, Jessica, Angela y Bella, seguido de los tres vampiritos.

Mike se había dejado crecer más el cabello y ya no lo tenía bañado de gel, ahora intentaba imitar a Edward.

Dan, seguía su propio estilo como siempre. Tenía el cabello aún más largo y ya se le podían hacer más colitas. Se peinaba de una forma que inexplicablemente, nada podía quitarle su estilo. La brisa le favorece, también la iluminación.

Jessica ya no era tan insoportable y Angela más sociable.

Finn seguía casi calvo.

Eric igualitico.

Yo, con novio.

Pero en serio, creo que estoy más alegre. Sonrío más.

Siguiendo con las relaciones; Alice y Dan parecen que en cualquier momento se van a casar. Bella y Edward... Umm... Esa gente tiene unas tenciones más raras que- ¡Y eso que yo no leo la mente! Pero sé mis cosas.

Con Jasper llevamos la cosa relajada... La relación, no la cosa. La relación. En un principio nos estábamos apresurando mucho (sobretodo yo) y por eso pasó lo que pasó. Ahora estamos tranquilitos, amándonos.

¡Oh! Finn y Leah están muy bien. Ambos son muy serios con respecto a su relación. Los hijos les van a salir doraditos.

—Deja de pensar en bebés, Dana. —volteo como el exorcista hacia Dan. ¿Quién...?

—¿Cómo supiste? —le pregunté.

—Edward.

Yo ya había pensado que Dan tenía un poder psíquico, o algo. Y con razón sentí una punzadita en la cabeza.

—Chismoso, chico. —hablé en dirección al vampiro.

—¿Tú quieres tener hijos? —me preguntó sabiendo que sólo los inmortales con oído agudo nos escucharían.

—Quiero, si... Diana o Dylan... O los dos. —le sonreí con una pizca de picardía. —Pero no creo poder.

—¿Por qué?

—¿Recuerdas la vez que volé? —me refiero a la vez que Jasper me metió una patada que ¡Wow! Casi termino en China.

Se rió recordando claramente. Que bien que ya no sienta rencor.

—Te dejó mal...

—Sip. ¿Qué tal tú? —le pregunté de vuelta

Sonrió de lado. ¿Sabían que Dan tiene un don con los niños? Conmigo lloran como si les hubiera pellizcado, mientras que con él se ríen.

—Si me gustaría, pero Ali no puede. Y también había pensado en Diana y Dylan.

—¿Cómo que no puede?

—Los vampiros no pueden tener hijos, al igual que llorar. —me explicó.

Abrí mi boca notablemente sorprendida.