Capítulo 15

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Alice había vuelto y esta vez de definitivo.

Dan estaba saltando en un sólo pie desde su regreso.

Lo raro, nadie hablaba sobre Jasper y yo sabía que él también había vuelto.

Lo podía sentir.

Me regañé mentalmente cuando sentí emoción.

Últimamente no podía dormir bien. Me acostaba en la madrugada y me levantaba muy temprano en la mañana.

Tenía algunas ojeras, las cuales mamá atribuía a las trasnochadas juveniles.

Finn, seguía paseándose por mi habitación con el condenado teléfono y ahora era más frecuente.

¿Con quién hablaba y porqué usaba códigos?

J, A, D...

¿Eso qué era? ¿Un código? ¿Una abreviatura? ¿Un qué?

Intentaba no sonar dramática cuando le contaba a Dan sobre que nuevamente me estaban acechando.

Sólo que está vez creía saber quién era.

Me asomaba por las noches por mi ventana y podía sentir a el despeinado entre los árboles. Sabía que era él.

Me olía a extraña perfección.

Una noche ya arta de la sensación de ser observada, lancé con todas mis fuerzas la gigante chaqueta marrón de Jasper, el peluche de ovejita y la nota hecha una bola arrugada, por la ventana gritando un: —¡Toma tus cosas y déjame!.

Mi hirvió la sangre al ver todas las cosas desechadas nuevamente en mi habitación la mañana siguiente.

Estaban muy bien ordenadas en la mesedora.

¿Te gusta apostar? —le volví a gritar al aire la siguiente noche. —¿Cuanto a que te quemo el costoso pedazo de cuero?.

Esta iba en serio.

Como advertencia, quemé la nota en la misma ventana.

Sonreí satisfecha una vez que las cenizas se fueron directo a los árboles con la brisa.

Que no crea que escondiéndose lo iba a perdonar, si es que eso quería él.

Enseguida me puse a investigar cómo escuchar la conversación de alguien a través de otro teléfono. Lo había visto por las películas.

Claro, cuando Finn recibió su diaria llamada, no me funcionó el truco y frustrada, una vez que se paseó por mi cuarto, le arrebaté el teléfono.

—¡Dame, traidor! —le grité asustandolo.

—¡No! ¡Dana! —intentó quitarmelo.

—¡Que me dejes! —le volví a gritar. —¡Tú! —exclamé para el teléfono. —¡Deja el malvado acoso que me da rabia! ¡No sabes por cuánto he pasado para que tú nada más llames a Finn y sepas todo de mí! ¡Si de veras quieres hablar, ven! ¡Enfrentame! ¡Yo con gusto te encaro! ¡Eres patético, Jasper Hale!

Y colgó.

Hecha una furia, le devolví el aparato a Finn.

Me ardía la garganta.

Sabía que él vampiro me había escuchado y también que me había colgado. Estaba completamente molesta.

En mí ya no había lugar para la tristeza, ya tuve mis días depresivos y los había superado con éxito.

—Dana, lo siento. —me dijo un arrepentido Finn.

Es que lo que me molesta era que todos sabían sobre Jasper y lo que hacía y con mucho gusto lo ayudaron.

Strong | Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora