Broken 6

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Confirmando por décima vez en el Google maps que efectivamente seguimos en Forks -el Forks prohibido para los vampiros gracias al sol- decidí levantarme de la suave alfombra, cerrar la laptop e ir a comer.

Este lugar parece una casa de hadas en medio de un bosque de brujas... No es que Forks sea feo, ni nada parecido. Sólo es que es muy sorprendente el que pueda haber un lugar con el clima completamente diferente.

Bajé las delicadas escaleras de madera con detalles de flores, y pude observar a Adán acabando con la comida.

—¡Ay! ¡Que hambre! —exclamé en un tono bastante alto. Lo suficiente para que papá saltara fuera del refrigerador y para que mamá gritara un:

—¡Nadie toque mis donas de mermelada! —desde la planta de arriba.

Papá, quién tenía intenciones de probar una, me miró mal al descubrirme riendo. —Falta de lealtad, Dana. —me apuntó antes de subir las escaleras soltando varias quejas.

Doy brinquitos hasta la cocina y tomo una pera de la canasta junto al lavaplatos.

—¡Danita! —volteo hacia la puerta de la cocina. ¿Ya dije que me encanta el concepto abierto de esta casa? Es que, desde la escalera puedes ver la sala, el comedor y la cocina. Tiene ventanas grandes que permite tener todo el lugar fresco e iluminado. —¿Pasamos un días de hermanos?

Sacó una canasta pequeña detrás suyo y la sacudió en mi dirección.

—¿De verdad? —tomé una pera para él.

—Sip. Además, los señores también necesitan su tiempo solos... Y nosotros también. ¿Vamos?

Felizmente sigo a mi hermano. Rodeamos la casa y nos sentamos en el pasto bien cortado luego de sacar y poner la manta. Más tardamos en sentarnos cuando el celular de Dan empieza a sonar.

—Alice. —resume viendo la pantalla. Vuelve a guardar el aparato en su bolsillo y lo miro con duda.

—¿No le vas a contestar?

—Nop... —me responde empezando a comer. Okay pero... ¿verdaderamente no le va a contestar a su adorada Ali?

Ahora mi celular es el que suena. Miro a Dan y niega con la cabeza. Ignoro la llamada y seguimos con nuestro picnic.

...

En la noche todos nos reunimos en la sala de la casa para jugar algún juego "pacífico". No se si el UNO pueda ser considerando "pacífico".

—¡ESTÁS HACIENDO TRAMPA! —le grité a Dan, a quién mágicamente se le habían desaparecido más de la mitad de las cartas.

—¡Envidiosa!

—Dana, uno no puede ser bueno en todo. —soltó mamá buscando paz.

—¡PERO ES QUE PARECE QUE DAN TIENE LA SUERTE METIDA EN LAS...!

—¡DANA! —saltó papá sin dejarme terminar. —Ni Jasper con Toda su educación te ha podido corregir.

¿Disculpa?

Mamá empezó a reír y Dan aprovechó para repetir el tedioso "agarra cuatro". ¡Claro, como él sólo tiene tres y yo seis!

Tomé las dichosas cuatro cartas y- ¡Oh! Empecé a reírme. Me había tocado dos cartas de +4, una de un 5 amarillo y otra de perder el turno.

—Menos mal que no las quería agarrar... —dijo Dan para seguir con la partida.

Nos segundos después Adán perdió el turno por causa de su propia esposa, Dan me sacó otra carta de +4 PERO yo le saqué dos más. No se metan conmigo. Soy peligrosa.

Al final ganó mamá, quién iba sin prisa pero sin pausa. Analizando los movimientos de todos.

En el segundo juego de la noche y último, jugamos dominó. Yo no sé jugar eso. Osea, creía saber pero resulta que eso no es de sólo poner los mismos números con los mismos números y hacer una figura genial con todos los dominos; o hacer una fila de ellos para ver cómo se caen todos. No. Eso es analizar y deducir qué números tiene cada quien y ganarse los "puntos" de los demás... No entiendo.

Ah, en ese juego Hannah se alocó al ponerse en equipo con Dan y "nos quitó la cabeza" a todos.

La mesa sonaba durísimo cada que papá ponía un dominó de forma enojada en ella. Susto.

...

A media noche, Alice llamó a Dan y Jasper me llamó a mi.

«¿Por qué no me contestaban? Prometieron estar en contacto. ¡La próxima vez voy a buscarlos!» se escuchaba a la desesperada vampira gracias al altavoz.

—Lamento mucho la intensidad de Alice. Ella casi va para allá. —dijo mi vampirito al otro lado de la línea.

—Bueno, Dan ni le prestó atención. Está pasando la segunda pubertad. —Jazz rió y me lo imaginé sonriendo. Me enamoro.

—¿Cómo estás?

—¿Cómo estás tú? Ni me llamas. —fingí estar herida. Hasta pucherito me salió.

—No te llamo porque respeto tus momentos en familia, pero eso no impide que no esté ancioso sin tí... Te extraño. Incluso extraño tu olor... Tu sonrisa, tus ojos, el rubor de tus mejillas... incluso el latir de tu corazón y calor de tus manos. Pero debo esperarte.

¡DESEARIA HABER GRABA LA LLAMADA! ¿Por qué es tan lindo? Si pudiera sentir el fuerte latir de mi corazón en este momento y el calor acumulado en mis mejillas. Esas palabras me hacen querer tenerlo aquí conmigo. Por otro lado... ¡exagerado! Apenas llevo ¿qué? ¿Dos días sin verlo? Lo amo.

—¡No seas cruel conmigo!

—¡¿Lo soy?! —preguntó entre suaves risas.

—¡Sí! ¡No digas esas cosas justo cuando no puedo abrazarte! ¡Eso es cruel! —si... También soy exagerada.

—No me disculparé por eso, señorita.

Si mi mente y corazón fueran una computadora, en este momento mostrarían un: ZXNISKA ERROR DOCDNKEKD ERROR KQA939'?39_82919$(39 ERROR 929&?")#OWKCKSS.

—Baboso.

—¡Oye!.

Dan, gracias por enseñarme e inculcarme la palabra "baboso". Salva vidas y las destruye.

Terminé mi llamada con Jasper y Dan apareció en la habitación. Se lanzó de cabeza a la cama.

—Alice casi me mata. —fue lo primero que soltó. —Me dijo que no la volviera a ignorar ¡pero ni siquiera hacía eso! Sólo estaba pasando tiempo con mi hermana.

—¿Se molestó?

Me miró mal. —No. Ni un poco. —resopló.

—Seguro sigue preocupada con eso de nuestro futuro.

Se sentó y sacudió la mano restándole importancia. Se está convirtiendo en mi.

Strong | Jasper Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora