«Solo sabía que algo había pasado y él se había cerrado en banda»
Felina.
GATO
—¡Llévate a Felina! ¡Vamos!
Miré a mi compañero tirado en el suelo, desangrándose como si no valiera nada. Mi arrebato fue creciendo a medida que más segundos pasaba al lado de ese joven chico y deseé pegarle a esa persona que nos tenía a todos bajo sus órdenes. Al más cabrón de todos y quien era el culpable de todo aquello.
Apreté mis dientes con fuerzas mientras trataba de evitar salir corriendo para matar a Magnus con mis puños.
—¿Te sorprende?
Me giré rápidamente al escuchar aquella voz repugnante, el cual me daban arcadas cada vez que lo escuchaba. Y ahí, de pie en ese marco de la puerta, me observaba, mientras yo estaba de rodillas junto al cuerpo de Dreams.
Me levanté con rapidez, jurando que podría tener mi rostro más horrible que jamás nadie me había visto y me acerqué a Poeta, pero ni por asomo dio ningún paso atrás.
Me pegué a él, con los puños cerrados y deseando que fuese su peor pesadilla después de todo lo malo que le hizo a Dreams. Pero no solo a él, si no a todos los que trabajábamos para él, todas las cosas que me hizo cuando era un adolescente y a todas las personas inocentes que mató frente a mí, sin yo poder hacer nada. Por no hablar de las amenazas que me hizo minutos antes al combate sobre Lisa.
Magnus esperó, con ese rostro divertido que tanto le caracterizaba, esperando a ver cual iba a ser mi próximo movimiento, como si yo fuese un bufón y él un rey en su imperio. Cuando probablemente jamás llegaría más lejos de Inglaterra en esa asquerosa mafia que nos retenía a todos sin poder salir de esta. Y eso, a Magnus, le fastidiaba tener que quedarse en Inglaterra y no poder tener un poder mucho más vigoroso que el mandamás de esta oscura trama.
—Tu le mataste —susurré con los dientes apretados, sin dejar de mirar los ojos de aquel asesino, frente a los de otro asesino—. Tenía una vida por delante.
No esperé ni un segundo más, cuando moví mi brazo derecho para pegarle y Magnus no se movió ni un solo centímetro, muy confiado y 2 hombres, sus escoltas, entraron en el cuarto y me agarraron como pudieron. Pero yo tenía mucha más fuerza que ellos juntos y conseguí zafarme de ellos, hasta que el jefe sacó un palo redondo, largo y fino de madera. Frené al instante al saber lo que significaba y al ver lo desgastado que ya estaba aquella cosa, la cual le tenía tanto pavor al verlo.
Poeta sonrió de aquella manera burlesca y dijo;
—Charlemos un rato en mi despacho. Creo que no has entendido lo que te dije antes.
Sus 2 escoltas me empujaron como podían para seguir al jefe y tuve que hacerlo al ver aquel trozo de madera. Caminé hasta llegar a su despacho en la parte de arriba del edificio y aquel lugar, tan tétrico y lúgubre, me dio un escalofrío que odié sentir. Solo tenía recuerdos malos en ese sitio, los peores de mi vida.
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GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)
Misterio / SuspensoUna joven oficial de policía deberá entrar al mundo del boxeo clandestino en los suburbios lugares de Londres, haciéndose pasar por la ayudante del mejor boxeador de la ciudad; Gato. Nadie sabe su nombre. Nadie sabe donde vive. Nadie sabe nada de...