«Estaba aquí... No se había ido... Y no sabía si estaba feliz o decepcionado»
Gato.
Tras lo sucedido hacía varios días, llegó el sábado y tenía que trabajar. Vestirme de la manera que lo haría Lisa Campbell y seguir fingiendo que era esa persona.
Cuando llegué al club, me encontré con Guardián, quien, tras la escena de la última vez, me observaba con una ceja levantada.
—¿Ocurre algo, Guardián?
El hombre, alto y atractivo, se acercó a mí y me dijo;
—Llámame Venecia.
Tragué saliva y asentí, tratando de mantener mi papel y no parecer que era una policía novata. El hombre no me dijo nada más y me dio paso para que entrara al club, volviendo a guardar la puerta, en caso de que algo malo pasara y para que no entrase cualquier persona.
Como el recorrido ya me lo sabía de memoria, subí las escaleras, hasta llegar a la planta donde estaba el cuarto de Gato. Mi corazón comenzó a dar fuertes latidos de pensar en encontrarme al hombre que había asesinado a alguien delante de mí. De tan solo recordar aquello, mi mente se bloqueaba, pero debía seguir, debía hacerlo por esas personas que eran esclavas de esta mafia.
Me quedé de pie, frente a la puerta de Gato, mientras veía algún luchador saliendo de su guarida acompañado de una mujer o un hombre, y estaba segura que eran sus ayudantes. Un luchador no tenía más compañía que la de su ayudante.
Fui a acercarme al pomo de la puerta, cuando escuché la voz de una mujer dentro y mis puños comenzaron a cerrarse con violencia al escucharla.
—¿Quieres que sea así? —preguntó ella.
A lo que Gato respondió varios segundos más tarde.
—Hay que ser realistas... Si yo fuera ella, tampoco vendría —contestó, pero no del todo a lo que decía esa mujer y fue ahí cuando empecé a comprender que estaba hablando de mí.
O eso creía yo.
—Gato, no te preocupes, ¿vale? Seguro que estará bien...
Toqué la puerta, por si me encontraba a Gato y a esa mujer haciendo otras cosas que no desearía ver y enseguida, la voz de ese hombre, me dio autorización.
Abrí la puerta y la mujer que me encontré hablando con Gato era aquella con la que estaba acompañado el jefe de este lugar. Traté de recordar su nombre y cuando vi su belleza, lo recordé. Era Afrodita, quien guardaba distancias con Gato, pero también parecía tenerle cariño a ese hombre que era un luchador clandestino.
Tanto ella como yo nos miramos y no supe que sentir en aquel instante. Esperaba que no fuesen celos y menos por un hombre tan chulesco como Gato. Pero, a diferencia de mí, Afrodita me sonrió y pareció feliz de verme. No entendía nada y eso me empezó a preocupar.
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GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)
Mystery / ThrillerUna joven oficial de policía deberá entrar al mundo del boxeo clandestino en los suburbios lugares de Londres, haciéndose pasar por la ayudante del mejor boxeador de la ciudad; Gato. Nadie sabe su nombre. Nadie sabe donde vive. Nadie sabe nada de...