Capitulo 5

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Ha ni tomó de mala gana el brazo de Parker. Las frases halagadoras que le dedicó él mientras caminaban no eran para ella más que un zumbido irritante.

Temblaba de rabia y apenas podía contenerse. No sabía quién la ponía más furiosa, si Parker por haberse entrometido o Seung Jo por no haberlo echado.

Ya pensaba en él como en «Seung Jo », pues sentía cierta intimidad entre ellos, aunque él todavía no se había relajado del todo en su presencia. Había sido una experiencia curiosa posar para él. Había sentido todas sus miradas, pero también había intuido que el papel, los colores y las líneas lo mantenían a distancia.

Si no hubiera llegado Parker, quizá…

—¿A qué hora posa para Seung Jo mañana? —le oyó preguntar.

Ha ni evitó contestar.

—Parece tratar con mucha familiaridad al señor Baek. ¿Cuál es su relación con él? —preguntó a su vez.

Parker soltó una risita.

—Seung Jo es hijo de una amistad. Lo he conocido casi toda su vida.

—¿Oh? ¿Esa amistad es su padre?

Parker tardó un momento en contestar.

—Es su madre. Aunque también conocí a su padre antes de que muriera.

—Entiendo —¿amigo de la madre y sólo un conocido del difunto padre? Ella quería más información—. ¿Cuándo murió el padre del señor Baek?

Parker agitó una mano en el aire, como si esa muerte careciera de importancia.

—Hará dieciséis o diecisiete años.

—Yo entonces sólo tendría seis —Ha ni quería recordarle su diferencia de edad—. El señor Baek debía ser también muy joven.

Parker frunció el ceño.

—Sí.

¿La madre de Seung Jo había sido una de sus conquistas? Eso explicaría la animadversión de Seung Jo hacia aquel hombre. Cruzaron Maiden Lane. Gracias a Dios, ya faltaba poco para llegar a casa.

—No me ha dicho a qué hora la espera Seung Jo —él hablaba como si intentara disimular su irritación.

—A las dos.

—Vendré a acompañarla

Ella se detuvo, le soltó el brazo y lo miró a los ojos.

—Señor, le suplico que no venga y, desde luego, que no vuelva a entrometerse en nuestras sesiones.

Él parecía enojado.

—¿Cómo dice?

—No venga —repitió ella, pronunciando cada palabra despacio y con claridad—. Ha arruinado la sesión. Ha interrumpido la concentración del señor Baek. ¿Acaso no se ha dado cuenta?

El rostro de Parker se puso rojo.

Ha ni forzó una sonrisa y cambió de táctica.

Mujer ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora