Capitulo 8

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Seung Jo giró la llave en la cerradura y volvió a la calle donde esperaba Ha ni. Ella sonrió como una niña que recibió un juguete muy deseado.

Dudaba que su compañía mereciera tanta celebración, pero quería seguir con ella todo el tiempo que pudiera. Esa había sido su motivación para aceptar la visita al Egypt Hall. Había incluido a Min Ha como dama de compañía. Para él.

Se le ocurrió que en el estudio no tenían dama de compañía y que él la ayudaba a desabrocharse la ropa. Pero en el estudio tenia su trabajo. La dama de compañía era su arte.

Parker había ido de nuevo a casa de su madre, que se mostraba encantada con su compañía. Eso tenia enfermo a Seung Jo, pero le había ayudado a tomar la decisión de pasar la velada con Ha ni. Si permanecía con ella, no estaría pensando en su madre.

La ayudó a subir al carro y se instaló a su lado.

—Le he dicho al cochero que nos lleve a Henrietta Street

—Perfecto —ella se colgó de su brazo—. Podemos cenar allí e ir luego al teatro.

Parker había anunciado que no asistiría esa noche al teatro. Ha ni y Seung Jo estarían libres de él.

Seung Jo se sintió sorprendentemente cómodo sentado cerca de Ha ni durante el breve trayecto hasta Henrietta Street. Después de pagar al cochero, ella lo tomó de nuevo del brazo y caminaron hasta la puerta. La luz de la tarde bañaba sus rasgos en gris, pero resultó igual de adorable que a la luz del sol. Seung Jo se preguntó cómo sería pintarla con muchas luces diferentes.

—Me alegro de que hayas venido —dijo ella cuando entraron en la casa—. Sube a mi habitación. Allí podremos quitarnos los abrigos y estar cómodos hasta que sirvan la cena.

Le dio la mano cuando subían las escaleras y, una vez en su habitación, cerró la puerta. Lo soltó para quitarse la capa y el sombrero, que dejó en una silla cercana.

Se volvió a ayudar con el sobretodo.

—Seré tu ayuda de cámara, puesto que antes me has hecho tú de doncella.

Seung Jo quedo paralizado; sólo deseaba tomarla en sus brazos y revolcarse con ella en la cama cercana. No podía haber nada más arriesgado que dejarse llevar por su atracción. Aunque hubiera rechazado a Parker, éste había expresado su interés por ella y se vengaría si Ha ni lo elegía a él en su lugar. A Seung Jo no le importaba enfrentarse a él, pero no quería arriesgarse a que se vengara en Ha ni o en su madre.

La joven dejó el sobretodo en la cama, libre al parecer de preocupaciones. Dejó también allí el sombrero y los guantes de él. Era una chica lista. Acababa de informarle de que la cama haría de momento de perchero, no de lugar para el placer.

Llamaron a la puerta.

—Ha ni —dijo una voz masculina—. Estamos tomando algo en el salón. Han regalado una botella de Madeira a una de las chicas.

—Maravilloso —ella miró a Seung Jo. --- ¿Quieres un vaso de Madeira antes de la cena? Los demás residentes son muy amistosos.

—Haré lo que tú quieras.

Ella lo miró a los ojos.

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