-Despertar-

396 29 393
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Adrien

Me desocupé de Chloe y Sabrina. Las dos lerdas que no pueden ni con su existencia. Una vez libre retomé el resto de mis actividades: salir a correr, limpiar mi desorden y tomar una ducha. No estaba de ánimos para continuar en mi château así que una vez paro de llover, salí a caminar al centro de París.

Tenía mil euros adicionales en mi cuenta, en algo iba gastarlos.

Mimetizarme entre los transeúntes no era tarea sencilla, dado mi aspecto físico. Por eso optaba vestir discreto; una chaqueta de mezclilla azul con forro polar, camiseta negra, jeans grises y unas vans monocromáticas. Oculté mis ojos tras las gafas de aviador.

Suspiré pesado al ver a donde me han traído mis pies. Metí mis manos dentro de mi chaqueta. Le di un vistazo a la tétrica edificación al otro lado de la calle.

La ex mansión Agreste.

La verja del frente estaba corroída, el patio lleno de hojas que el viento había traído de los árboles aledaños. Ventanales y puertas rotas; paredes manchadas de horrendos grafitis. De todas las propiedades de mi familia, este fue el único bien que no recuperé, mejor dicho: no me interesó recuperar.

Avisté frente al portón, el puñado de feos osos de felpa, flores, tarjetas y cartas con contenido cursi; dirigidas o bien a mi madre o a mi padre, por parte de sus fans ignorantes.

Ellos no conocieron a la drogadicta, ni al hipócrita mujeriego.

La culpabilité vous ramène à la maison La culpa te trae a casa—. Reconocí esa mordaz voz.

—Lo mismo digo—le miré por el rabillo del ojo. De pequeños hasta la adolescencia éramos primos idénticos, pero al crecer eso cambio.

Él era tan hermético y huraño.

—Tengo interés en la propiedad—prosiguió con voz neutral—en cambio tú, eres presa del remordimiento.

—¡Tú y tía Amelie dejaron sola a mi madre! ¡Dignos imitadores de Pilato! —Lo confronté—tuvieron el descaro de aparecer en su funeral...—él mantenía la vista al frente, con sus manos entrelazadas a su espalda; eso me enfureció— solo para insultarme y culparme de su suicidio.

—Te dolió que te dijéramos la verdad.

—¡Félix, mírame cuando te hablo! —le tome del brazo con brusquedad. Él no opuso resistencia y me sostuvo la mirada—¡ustedes se avergonzaron de relacionarse con ella, al verla en tan misero estado!

—Adrien—se zafó de mi agarre y sacudió la manga de su chaqueta. ¡idiota! — buscas desesperadamente eximirte de culpas—repudiaba su actitud desabrida—tanto te cuesta admitir que ella se quitó la vida por tu obsesión de hacerte con la empresa de tú padre...

El Hada de las Costuras // Adrinette// +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora