Nuestro ser Mercurial [Bellamione]

Capitulo 11

Los jardines de Malfoy Manor fueron considerados los mejores de todo britania mágica. Esto se debió en parte al agudo ojo de Narcissa Malfoy por la belleza, el color y las flores caras; y en parte al equipo de "elfos de jardín" que Lucius le dio en su primer aniversario. Los tres elfos de la casa habían sido especialmente entrenados en las artes de la jardinería, y podían hacer cualquier cosa con una parcela de tierra y algunas semillas.
No fue de extrañar que fuera un lugar favorito para bodas. Al menos una vez al año, alguna relación de los Malfoys inundaba a Narcissa con regalos y casualmente solicitaba celebrar la ceremonia en los jardines. Narcissa rara vez se aprobó, pero de vez en cuando se permitía a una pareja afortunada usar los jardines más alejados de la casa para el evento.
Hermione, que se acercaba al final de su segundo año en la escuela, sonrió mientras alisaba la bata de vestir plateada. Era costumbre usar los colores de su familia para los eventos sociales de Pureblood, por lo que ella, Draco y su padre estaban todos vestidos con plata Malfoy.
Su madre, vestida con impresionantes túnicas de plata Malfoy y su negro negro original, ató una banda verde firmemente alrededor de la cintura de Hermione.
"Estás creciendo tan rápido", dijo, sonriendo sobre el hombro de Hermione ante su reflejo en el espejo. "Detén eso".
Sonriente, Hermione apoyó su mejilla contra el "Lo siento, no puedo" de su madre.
Su madre besó su mejilla suavemente y luego se alejó. "Si alguien te pregunta por qué no has estado en la escuela..."
"Les diré que es porque el Padre no confía en el profesor Dumbledore para mantenernos a salvo". Hermione frunció el ceño ante su reflexión: "Ojalá me dejaras volver", suspiró, "Voy a fallar mis exámenes a este ritmo-"
"No lo harás", disparó a su madre, ahora trabajando dos peines hechos por duendes en la gruesa melena de Hermione, "es mejor tenerte aquí, sabiendo que estás a salvo. Cuando los ataques a Muggleborns se detengan, puedes volver".
"Draco debería volver, al menos".
"Eso también plantearía preguntas. Estás más seguro aquí, lejos de ese desastre". Narcissa convocó un frasco de un cofre abierto en la cama de Hermione, y comenzó a esparcir algo grueso y de olor dulce en el cabello de Hermione. Los ringlets se formaron instantáneamente.
Parece una muñeca, pensó.
"Te ves muy bonita", respondió la voz familiar en su cabeza. Una voz que se suponía que debía permanecer en silencio cuando no estaban solos.
"Alto a eso", gruñó Hermione.
Narcissa suspiró: "No estoy tirando en absoluto, cariño. Solo uno más... ahí. Todo listo". Cerró el frasco y rastrillaba a Hermione con un ojo de evaluación. "Perfecto", dijo finalmente, rompiendo en una sonrisa. "Si no recibimos cinco solicitudes de compromiso antes de fin de día, me sorprenderé".
Un rubor furioso se extendió por los rasgos de Hermione, mientras Bellatrix aullaba con risas en la cabeza.
"Ahora, vamos a buscar a Draco y a tu padre. Nuestros huéspedes llegarán en breve".
La boda de Priscilla Drew con Anthony Burke fue encantadora, tradicional y totalmente aburrida. Hermione reflexionó más tarde que habría odiado ser Priscilla. En lugar de centrarse en la novia, estaba en los anfitriones. Durante toda la ceremonia, los invitados gorjearon sobre las flores, especialmente las flores de cerezo suavemente brillantes que llovieron sobre ellas desde el glorioso dosel rosa de arriba.
Durante la recepción, se hicieron más brindis al anfitrión que a la pareja, y la gente se les acercaba para darles las gracias.
"¿Por qué siguen diciéndome que soy el siguiente?" susurró Hermione a su padre.
Se rió y envolvió un brazo alrededor de ella: "Porque piensan que mi pequeña leona se va a conformar con la primera propuesta que escucha".
"Ugh. ¿Por qué cuando una chica se mama, piensan que lo único que le importa es el matrimonio?"
Hermione pensó en privado que Bellatrix tenía razón.
Draco, que estaba sentada al otro lado, suspiró audiblemente. Al igual que Hermione, él también había sido sometido al contenido de la tienda de productos de belleza de Narcissa. Su cabello estaba resbaladizado contra su cabeza. Había tanto gel en su cabello que Hermione estaba agradecido de que el día estuviera nublado. Si el sol hubiera salido, estaba segura de que todos seguramente habrían quedado cegados.
Mirándolo desde el rabillo del ojo, Hermione sonrió. Ella había echado de menos estar cerca de él. Pasaron todo el tiempo que pudieron juntos en Hogwarts, pero desafortunadamente sus horarios eran tan diferentes que "tanto tiempo como pudieron" resultó ser unas pocas horas durante el fin de semana.
Desde su ausencia forzada de Hogwarts, Draco y Hermione habían sido compañeros constantes del otro. Estudiaron juntos (Narcissa había marchado a Hogwarts justo después de regresar a casa y exigieron copias de los planes de lecciones de los profesores), tocaron juntos, idearon planes para su futuro juntos... Era casi como los viejos tiempos. Excepto que cuando construyeron un fuerte de mantas en la esquina de The Lookout, creando así su habitual "escuido secreto para compartir", Hermione se encontró reteniendo el mayor secreto que tenía. Es cierto que cuando compartió lo sola que estaba en Gryffindor, especialmente ahora que Harry estaba pasando la mayor parte de su tiempo con los Weasley, Draco sintió que era un intercambio justo por su confesión del enamorado que tenía por el profesor McGonagall.
Pero la culpa invadió a Hermione cada vez que decidía mantener su secreto un poco más.
"No puede saberlo", vino la fría respuesta. "Todavía no. Se lo dirá a Cissy".
La indignación hizo que las mejillas de Hermione se pusquilizaran, y ella forzó una sonrisa mientras su padre miraba hacia arriba para sonreírle a sabiendas. Ella debe haberse perdido algo que se dijo. No sabemos que él le diría a mamá, ella contradijo. ¡Y deja de leer mi mente!
"No puedo evitarlo. Tus pensamientos son muy fuertes hoy. Aquí estoy, tratando de dormir, y todo lo que puedes hacer es angustia".
Todavía estaban descubriendo lo que Bellatrix podía y no podía "ver" en la mente de Hermione. La mayoría de sus pensamientos y recuerdos estaban protegidos, especialmente si usaba Oclumency (para desaprobación de Bellatrix). Pero sus sueños se podían leer muy fácilmente, al igual que cualquier tren de pensamiento que Hermione no protegió primero.
Por supuesto, ni siquiera la Oclumencia podría mantener a Bellatrix fuera por completo. Aunque la bruja encarcelada era incapaz de leer los pensamientos de Hermione, todavía era bastante capaz de hablar. En sus días más impacientes, era propensa a cantar canciones desagradables una y otra vez hasta que Hermione comenzó a "hablar" con ella de nuevo.
Angst no es un verbo.
"Es cuando se aplica a los adolescentes".
Rodando los ojos, Hermione volvió sus ojos hacia los novios. Estaban agarrando las manos para la ceremonia de encuadernación, cada uno disparaba cintas de su varita para envolver sus manos unidas.
¿Alguna vez te casaste? Hermione sabía que era una pregunta complicada. Mientras Bellatrix estaba perfectamente feliz de contar historias humillantes sobre Narcissa y volverse poética sobre la gloria del Señor Voldemort, odiaba hablar de sí misma. La mayoría de las conversaciones en esa área duraron unos minutos antes de que Hermione sintiera el mismo malestar rodante en su estómago.
Aparentemente, Bellatrix estaba de humor hablador hoy. "Sí. Creo que todavía lo estoy".
¿Crees?
"Sin embargo, era una novia mucho más guapa. Pusieron mi foto en el Profeta. Debería haberlo guardado, ahora que lo pienso".
¿Con quién te casaste?
La molestia de Bellatrix atravesó a Hermione tan inesperadamente que la morena jadeó. Su padre miró interrogantemente, y ella le mostró una sonrisa. "Bonita", susurró, asintiendo a donde las cintas alrededor de los novios habían comenzado a brillar con luz dorada. Afortunadamente, su padre lo compró y volvió su atención a la ceremonia.
La voz de Bellatrix estaba bordeada de algo duro cuando finalmente respondió a la pregunta. "Rodolphus LeStrange. Qué idiota. Es gracias a ese estúpido medio ingenio que nos atraparon".
¿Y enviado a Azkaban? Le pregunté a Hermione cuidadosamente.
Bellatrix la ignoró: "Pero rara vez lo veía. Prefería la compañía de putas, oh, superadla, existen, a su esposa, y yo preferiría-". Al parecer, ella decidió que era mejor no terminar esa frase: "Digamos que el matrimonio fue infructuoso, y un día tengo la intención de anularlo".
Oh.
Una risa sonó en su cabeza: "No todo es romance y pelusa, pequeña paloma. La mayor parte de la vida es vinagre. Así que sería mejor aumentar tu tolerancia ahora".
Ahora tengo una tolerancia bastante alta.
Hubo una fugaz sensación de calidez, y luego desapareció. A su paso creció un frío gélido que levantó la piel de gallina por toda la piel de Hermione.
Lo siento.
Hubo un suspiro: "No lo seas, no es culpa tuya. Nunca es culpa tuya".
XX
Parecía que Bellatrix siempre temblaba. Fue la peor parte de este lugar, el frío mordaz que picaba pero nunca se adormeció. Afortunadamente, su cama tenía un encanto cálido. Al igual que la fina manta de lana que llevaba como capa.
Se sentó al pie de su cama en la pequeña celda, con los pies metidos debajo de su cuerpo para calentarse. La puerta de acero tenía una pequeña ventana circular en la parte superior, lo suficientemente grande como para que alguien metiera su varita. Tal vez un cucharón lleno de gachas o guiso acuoso. En Navidad recibieron un chorrito de té débil y un trozo de pastel de frutas seca.
Las paredes estaban tan juntas que si se sentaba en su cama podía apoyar sus hombros contra una pared y presionar sus pies hacia la otra. El espacio entre el borde de su cama y la pared era tan pequeño que tenía que girar de lado para caminar.
Hoy se sentó frente a la ventana con barras. No había vidrio, así que cada vez que llovía, el agua venía a verter. Como resultado, su celda casi siempre estaba húmeda, el pie de su cama casi siempre empapado. El moho había florecido en las paredes y el techo. El almizcle enfermizo y dulce de moho manció el aire y la hizo sibilancias.
Un tazón de metal rojo se sentó en el alféizar de la ventana, recogiendo agua potable. Esta fue su posesión más preciada. Sostenía su gachas por la mañana, su guiso por la noche, las raciones diarias de agua que repartían al mediodía y a la hora de acostarse. También recogió agua de lluvia para beber durante el día, porque ninguna persona podía vivir del chorrito de agua dos veces al día que recibía. Cuando el hedor de una vida sin bañarse se volvió demasiado, sumergió un rincón de su uniforme en él e hizo todo lo posible para limpiarse. En su cumpleaños cada año lo usaba para lavarse el pelo. Cuando perdió los estribos, lo tiró a través de la habitación, pero siempre lamentó las astillas y rasguños en el esmalte después.
Lentamente, desplegó las piernas y se puso de pie. La piedra helada debajo de sus pies la hizo hacer una mueca de dolor, pero estaba agradecida de ponerse de pie y sacudir los alfileres y agujas de sus extremidades.
Con estrechar la mano, le tiró del tazón rojo y bebió sedientamente de él. El agua estaba fría y sabía moho, pero calmaba la picazón de garganta en su garganta.
Los movimientos hicieron que la piel agrietada de sus manos se estirara dolorosamente. Las grietas que recientemente se habían vuelto a abrir en costras, y siseó mientras nuevas cuentas de sangre se guijarreaban en sus nudillos.
¿Está todo bien?
Ella maldijo en privado. Aunque Hermione aún no había aprendido a entrar en la mente de Bellatrix (estaba constantemente agradecida por eso, la chica se escandalizaba demasiado fácilmente), era muy consciente de las emociones de Bellatrix. "Estoy bien, velándose. Solo un poco de dolor".
Lo siento.
Las comisuras de sus labios se quisieron en algo parecido a una sonrisa. "No me importa. ¿Cómo está la boda?"
Aburrido. Draco está charlando con algún jugador de Quidditch, el padre está hablando con el novio y la madre no ha dejado al Sr. El lado de Gibbon para el último...
Cabeza amartillada a un lado, Bellatrix interrumpió: "¿El anciano Gibbon o el más joven?"
No estoy seguro...
"Muéstrame".
Siempre fue una sensación extraña mirar a través de los ojos de Hermione. Fue muy simple, pero después de años de encarcelamiento en el Mar del Norte, rodeado de niebla y niebla que vino de la mano con Dementors, el vibrante mundo de Hermione parecía demasiado... brillante.
Mientras Hermione se torcía la cabeza para recibir a los invitados, Bellatrix se centró en su hermana y su compañera.
"El anciano entonces. Hmm". ¿En qué jugaba Narcissa? Edwin Gibbon había sido una de las "familias grises" en la última guerra. Aquellos que se negaron a ponerse del lado del Señor Oscuro o de la Orden del Fénix. Era bien sabido que muchas de las Familias Grises daban su lealtad a Gibbon, y quienquiera que eligiera aliarse con ellos seguramente también lo haría.
Algo está pasando, ¿verdad?
"Por supuesto que lo es. Siempre pasa algo. Pero esto es importante para nosotros".
¿Por qué?
"Todavía no lo sé".
Pero por primera vez desde que el carismático Lord Voldemort le besó la mano y la invitó a unirse a su legión, sintió que su convención vacilaba. Sucedió tan rápido que más tarde esa noche, mientras Hermione soñaba con montar a caballo por el bosque, negó que hubiera sucedido alguna vez. Ella era leal a su señor. Ella siempre sería leal.
Pero eso no cambió el hecho de que había vacilado.