Nuestro ser Mercurial [Bellamione]

Capítulo 13

"Siempre es bueno estar de vuelta en la escuela", dijo Harry, estirándose mientras él y Hermione caminaban por la orilla del lago. El sol moribundo arroja un tono dorado al césped delantero, persiguiendo el frío de la noche.

Dentro de su cabeza, la voz de Bellatrix goteaba de sarcasmo: "Donde todo el mundo piensa que es genial".

Se quedó callada. Podía ver cómo alguien como Harry podría extrañar a Hogwarts durante las vacaciones, pero cada septiembre, cuando subía la escalera de caracol hasta sus dormitorios, sentía como si se abriera un gran abismo de soledad dentro de su pecho.

"No es como si tuviera algo que perderse", dijo Bellatrix. Normalmente se quedó en silencio durante las interacciones de Hermione con Harry. De vez en cuando insertaba algún comentario sarcástico y luego se disolvía en silencio cuando sentía la irritación de Hermione.

Esta vez era cierto. A pesar de las muchas experiencias cercanas a la muerte que Harry había encontrado mientras estaba en la escuela, seguía siendo mucho más acogedor que el lugar de sus familiares.

"Deja de sentir lástima por él", soltó Bellatrix. "Probablemente se lo trajo a sí mismo, el git. ¿Sabes lo que el Señor Oscuro tuvo que soportar a causa de este chico?"

¿Y tú? contrarrestó a Hermione.

Nunca lo admitiría, pero a veces sentía que podía entender los celos de Bellatrix por su amistad con Harry. Principalmente porque sentía las mismas cosas cada vez que Bellatrix hablaba del Señor Oscuro. Sus palabras rebotaron en el cráneo de Hermione.

El Señor Oscuro era un mago maravilloso, el más poderoso de la historia, de hecho. Podría matar a Dumbledore con una sola película si quisiera. ¿Era justo? Ciertamente, solo sabía que el universo tenía una jerarquía adecuada, y ¿por qué no lo haría? Cada paquete tenía un alfa, ¿verdad? ¿No intentó ser profesor en Hogwarts? ¡Eso demostró su dedicación al aprendizaje! ¡Y a los niños! Merlín, amaba a los niños, solía sostener a Hermione de rodillas cuando ella era solo un bebé.

No se dio cuenta de que había estado pateando piedras en el lago hasta que sintió la mano fría de Harry en su brazo.

"¿Todo bien, Mione?" Sus ojos verdes estaban preocupados, y metió las manos en los bolsillos de sus túnicas mientras esperaba a que ella respondiera.

Bellatrix dijo de inmediato: "No deberías dejar que te llame así. Es demasiado familiar".

Ignorándola, Hermione forzó una sonrisa: "Sí, todo es genial". Solo deseaba estar en casa con su familia.

Arrancó una piedra de la hierba y la tiró lo más lejos que pudo sobre el agua. "Es una pena lo de Quidditch". ¡La piedra cayó con un fuerte toque!

"Habría pensado que serías feliz, Harry". Una nueva voz fluyó sobre ellos, y Hermione sonrió mientras su hermano se acercaba a ellos. Su corbata de la casa colgaba suelta alrededor de su cuello, y se balanceó absurdamente hasta su paso.

Harry sonrió: "Bueno, supongo que es bueno que no tengamos que ver tus caras tristes cuando Gryffindor ganara la copa Quidditch".

Encogiéndose de hombros, una sonrisa lenta se extendió por la cara de Draco. "Ojalá tuviéramos la edad suficiente para competir", dijo.

Ella supo inmediatamente de lo que estaban hablando y puso los ojos en blanco. "Como si alguno de vosotros necesitara más oro", gimió.

Se volvieron para mirarla con expresiones impactantes.

"No se trata del Hermione dorado", chisporroteó Harry. Sus mejillas se oscurecieron.

Draco asintió, sacando una manzana del bolsillo de sus túnicas: "¡Se trata de la gloria!" Le tiró la manzana a Harry, quien la arrebató del aire y la devolvió: "¡La emoción!"