La luz de su vida se había marchado.
La mujer que amaba había partido, dejándolo solo en la oscuridad de su dolor.
La sensación de abandono lo envolvía como una sombra persistente, recordándole que el destino podía ser cruel incluso en los votos de amor eterno.
Hasta que la muerte los separe pero... ¿aun así la dejaría ir?
—Es lamentable lo que le paso a Rochelle pero... recuerda que tienes 6 hijos que cuidar — a anciana a su lado le susurró discretamente, como recordándole sus deberes y responsabilidades en medio de su duelo.
—Lo sé— murmuró él, con la voz cargada de tristeza y resignación. La carga de cuidar a sus hijos se sumaba al peso de su corazón roto, pero sabía que no podía permitirse rendirse. Aunque la mujer que amaba se había ido, su amor por sus hijos seguía siendo su razón para seguir adelante, incluso en los momentos más oscuros de su vida.
...
Después de 5 años pudieron salir adelante
Después de cinco años de lucha y sacrificio, Gojo Satoru había logrado salir adelante. Ahora, era conocido como el viudo más codiciado del pueblo, pero su estatus no era suficiente para ocultar las dificultades que enfrentaba como padre de seis hijos malcriados e imperativos: Yuuji, Megumi, Nobara, Yuta, Toge y Junpei.
Eran descendientes de la nobleza, llevaban en sus venas la sangre real, aunque no ostentaran títulos relevantes. Sin embargo, la anciana amargada de su abuela los vigilaba de cerca, pues era ella quien administraba la fortuna de los Gojo.
Todo había sido bueno en esos 5 años, sin embargo...
—Una nueva esposa que eduque a esos mocosos es lo que pido para seguir manteniendo de ellos ¿De acuerdo? Si no yo misma te quitaré a esos niños y los mandaré lejos a un internado en Escocia — La mirada fría de su abuela se encontró con las palabras heladas que resonaban en la habitación.
Satoru suspiró profundamente, sintiendo el peso de la responsabilidad caer sobre sus hombros una vez más. ¿De dónde diablos sacaría a una mujer que aceptara semejante carga? Sentado en aquella silla, se llevó una mano a las sienes, sintiendo el inicio de una incipiente jaqueca mientras se enfrentaba a la inquietante pregunta que le acechaba desde hacía días.
— Señor Gojo aquí tengo su café — una suave voz susurraba del lado izquierdo
— Gracias Madelaine — el hombre de cabello blanco le dedicó una mirada de agradecimiento.
—¿Necesita algo más? — preguntó la servicial chica, sonriendo con amabilidad.
— ¿Los niños acabaron sus tareas? — inquirió él, con interés genuino.
— Exactamente como lo pidió. Cada uno ayudó a repasar las tareas del otro y luego se fueron a sus habitaciones sin ningún problema — respondió la castaña con una sonrisa tranquilizadora
Satoru le regreso la sonrisa — no sé cómo haces que ellos te obedezcan, muchas gracias — el de ojos azules se levantó de aquel sofá — muchas gracias, solo era eso — el peliblanco se centro de nuevo en el periódico mientras ella salía de aquella habitación que tenía como función ser el despacho del Señor
Madeleine Bordieu había sido sirvienta en esa gran casa desde que era una niña. Su madre había servido a la familia Gojo, y ahora, a sus 25 años, Madeleine también formaba parte del personal de la mansión, pero esta vez trabajando para el miembro más joven de la refinada familia.
Quizás él no fuera el más cercano dentro de esa dinastía, pero al ser el menor, era el más mimado.
Cuando Satoru lo conoció, era el hombre más feliz junto a su bella esposa.
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𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑺𝒊𝒓...- 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝒔𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖
FanfictionSi no consigue una esposa para que crie a sus hijos le quitaran el apoyo económico ¿Qué deberá hacer? portada: @__goji