Madeleine observaba con melancolía al hombre que se dirigía hacia la casa de la señorita Angelique, ataviado con su mejor traje. Suspiró, preguntándose por qué se sentía así.Después de todo, aquel caballero buscaba brindar un futuro mejor a sus hijos y, al mismo tiempo, permitirse la oportunidad de amar de nuevo tras la pérdida de su amada esposa. Debería sentirse feliz por ellos, por el hecho de que esos niños tendrían una nueva madre y de que el señor finalmente estuviera buscando la luz de la felicidad una vez más.
Sin embargo, esa sensación desconcertante le perturbaba. No le gustaba cómo interfería con su rutina habitual.
—Madeleine — la voz de cierto pelinegro se escuchó detrás de ella —¿Todo bien?
—Mis disculpas, Yuta. ¿Necesitas algo?— preguntó Madeleine, recomponiéndose rápidamente cuando escuchó la voz del menor de cabello oscuro detrás de ella.
—Nobara te busca, quiere saber si puedes jugar con ella — el mayor de los niños intentaba leer a Madeleine, notando su semblante decaído desde temprano.
—Gracias por avisarme, iré en unos minutos, solo quiero asegurarme de que Suguru no necesite nada, ¿de acuerdo? — respondió ella con una sonrisa forzada, tratando de ocultar sus preocupaciones. El menor asintió en silencio.
Pero antes de que Madeleine pudiera alejarse, el niño la detuvo—Espera ¿Sabes que planea papá?
—Eres muy inteligente— se sorprendió Madeleine — Sí, planea algo que estoy segura de que los hará muy felices, pero no le digas nada a tus hermanos, probablemente les dará la noticia más adelante".
Yuta la miró con extrañeza — Ese viejo... nunca nos dice nada hasta que ya tiene todo en sus manos
—No hables así de tu padre — le reprendió ella con una sonrisa — Vamos, aún tienes que terminar tus tareas
—Pero Madeleine son vacaciones — protestó él perezosamente.
—Vamos —lo instó ella, empujándolo suavemente hacia la casa. Aunque ella mostraba felicidad por fuera, el señor de la casa no podía dejar sus pensamientos.
...
—Tomaremos el tém Lady Madeleine — una pequeña castaña levantaba el meñique mientras sostenía la diminuta taza de porcelana
—Muchas gracias, Lady Nobara — respondió Madeleine, tratando de imitar las elegantes acciones de la niña
—No tienes idea de la pesadilla que tuve con mi madrasta — fingió Nobara un aire dramático.
—¿Por qué lo dices, Lady Nobara?— preguntó Madeleine con curiosidad, preocupada por el tono de la conversación.
—¿No lo sabes Lady Madeleine? Las madrastas son malas y terribles personas — afirmó Nobara con convicción — Son brujas
—No diga eso Lady Nobara, no todas las madrastas son malas, estoy segura de que algunas pueden ser bastantes dulces y amables — intentó Madeleine disipar la imagen negativa que la niña tenía, consciente de que su padre estaba en esos momentos negociando con una posible nueva madrastra para ellos.
—¿No sabes del caso de la princesa Cenicienta? ¿O de la inocente Blancanieves? — continuó Nobara, dando un sorbo a su té con gesto elegante — han sido la comidilla del pueblo
—¡Madeleine, te necesito abajo ahora mismo! — gritó Suguru desde las escaleras, interrumpiendo la conversación y dejando a Madeleine con una sensación de inquietud sobre lo que le esperaba
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𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑺𝒊𝒓...- 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝒔𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖
FanfictionSi no consigue una esposa para que crie a sus hijos le quitaran el apoyo económico ¿Qué deberá hacer? portada: @__goji