Cierto hombre caminaba en la penumbra de la enorme casa, sosteniendo un candelabro que iluminaba débilmente el camino. Recorrió los amplios pasillos hasta llegar al salón principal, donde se detuvo frente al imponente retrato de la mujer que tanto amaba
Rochelle Gojo...
Era una figura digna de admiración: brillante, fuerte, inteligente y dotada de una belleza que parecía emanar naturalmente. Antes de unirse al clan Gojo, Rochelle provenía de una familia de linaje noble, lo que la convirtió en una mujer con una clase y elegancia innatas
Rochelle era la compañera perfecta para el joven Satoru Gojo. Se conocían desde la infancia y habían compartido la mayor parte de sus vidas juntos, por lo que el matrimonio no fue más que un paso natural en su relación. Eran una joven pareja con un futuro prometedor: pertenecientes a la alta sociedad, habitantes de una hermosa mansión, rodeados de personas que los adoraban y en la dulce espera de su primer hijo
A pesar de tenerlo todo, también estaban destinados a enfrentar el dolor y el sufrimiento. Los Goode, la familia de Rochelle, habían logrado ocultar hábilmente la delicada situación de salud de la joven.
Cada esfuerzo representaba un deterioro notable en su salud, lo que convertía el simple acto de traer un bebé al mundo en una tarea agotadora. Rochelle pasó los primeros tres días y noches después del parto sumida en un profundo sueño, agotada por el esfuerzo.
Imaginen ahora el desafío de traer a seis hijos al mundo. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Rochelle no se arrepentía en absoluto. Cada bebé que nacía representaba una fuente inagotable de felicidad para su amado esposo.
Para ella, cada niño era más que una bendición; eran la compañía que aseguraría que su esposo no se sintiera solo cuando ella partiera a un lugar mejor.
Pero sabía que criar a seis maravillosos hijos no solo implicaba alegría y bendición, sino también la necesidad de educación, recursos financieros y, sobre todo, el amor maternal incondicional.
Todo esto lo compartió con su cómplice más cercano:
Suguru Geto, el cocinero con quien se convirtió en íntima amiga al descubrir que compartían una conexión profunda.
Suguru fue la única persona, aparte de su familia, que conocía la gravedad de su condición. Él entendía que Rochelle anhelaba encontrar a alguien que pudiera amar a sus hijos y a su esposo con la misma pasión y devoción que ella sentía.
Así fue como Rochelle puso sus esperanzas en encontrar a una chica dulce, cariñosa, inocente y dedicada. Y entonces, Madeleine captó su atención.
Madeleine había estado trabajando en la casa durante unos años, llegando justo al nacimiento de Toge. Era una joven delicada y leal, siempre dispuesta a ayudar si se lo pedían.
Rochelle sabía que Madeleine estaba lo suficientemente enamorada de su esposo y sabía que podría ser posible un amor correspondido
Entonces, en el silencio de la noche, con el candelabro en mano, aquel hombre de confianza, se paraba frente al retrato de la mujer que había sido su amiga y amor no correspondido durante años:
Rochelle Gojo.
La luz parpadeante de las velas proyectaba sombras sobre los delicados rasgos de Rochelle en el retrato, recordándole a Suguru cuánto la había amado y cuánto había sufrido su pérdida.
Para Rochelle, Suguru era más que un simple cocinero; era su confidente más cercano, su cómplice en los momentos difíciles y su apoyo incondicional. Juntos, habían compartido secretos, risas y lágrimas, y él había sido testigo de primera mano de la lucha de Rochelle contra su enfermedad.
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𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑺𝒊𝒓...- 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝒔𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖
FanfictionSi no consigue una esposa para que crie a sus hijos le quitaran el apoyo económico ¿Qué deberá hacer? portada: @__goji