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La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, iluminando suavemente la habitación. Madeleine se preparaba para enfrentar uno de los días más difíciles de su vida. La noticia de su partida había sacudido a la casa temprano en la mañana, y ahora se encontraba despidiéndose de los pequeños con un nudo en la garganta.

—No es un adiós, chicos nos veremos pronto — murmuró con voz entrecortada, luchando por mantener la compostura mientras los miraba con tristeza, pero intentaba sonreírles para darles algo de consuelo.

La entrada de Kento a la sala de estar de Satoru fue rápida, trayendo consigo una atmósfera de tensión adicional—Me llevaré a Madeleine ante la situación que tú estás permitiendo — anunció Kento con solemnidad, su tono no dejaba lugar a dudas sobre la seriedad de sus palabras.

Satoru se quedó atónito, como si un balde de agua fría hubiera sido arrojado sobre él de repente. Miró a Kento con incredulidad, esperando que fuera alguna especie de broma de mal gusto

—¿Qué estás diciendo? — preguntó Satoru, su voz temblorosa revelando su confusión y desconcierto ante la situación

Sin embargo, la expresión seria en el rostro de Kento dejaba claro que no estaba jugando. Sus palabras resonaron en la habitación, pesadas y cargadas de significado.

— Ante la denigración que estás haciéndole a la chica me temo que tome la decisión de llevarla conmigo — explicó Kento, suspirando con pesar mientras repetía la información.

Satoru se sintió abrumado por la realidad de la situación. Temía las palabras de Kento, temía perder a Madeleine de una manera que nunca había imaginado. La idea de que ella se fuera, llevada por otro, le causaba un profundo malestar, pero también despertaba una chispa de determinación en su interior—Ella tiene opinión propia... No te la puedes llevar solo así — declaró Satoru con determinación, su voz resonando con un matiz de desesperación.

— Creo que el único que comenzó a ignorar su libertad de opinar fuiste tú al dejar que usará ese ridículo uniforme y usar esas tontas reglas como si tú y esa rubia fueran seres superiores y sabes que estuvo mal — continuó, ajustándose las gafas con gesto serio — y no estoy haciendo lo mismo que tú, yo si le pregunté — centro su mirada en el — y me dijo que si

Las palabras de Kento golpearon a Satoru como un puñetazo en el estómago. Si lo que decía era verdad, entonces le había fallado estrepitosamente  Madeleine. Una sensación de impotencia se apoderó de él, mezclada con un profundo pesar por la situación.

"Madeleine..." susurró en voz baja, su mente abrumada por el remordimiento y la tristeza.

...

Eran las 10:00 am en punto y ella estaba con su maleta en la entrada, Madeleine se preparaba para partir, Kento estaba terminando de despedirse de sus sobrinos y ella estaba parada junto a Suguru esperando su turno

—No pensé que harías esto Mads— comentó Suguru, mirándola con comprensión  —pero no te juzgo

Madeleine no respondió, sintiéndose abrumada por la tristeza y la incertidumbre. Aunque sabía que dejar la casa sería difícil, también entendía que las cosas ya no serían las mismas con la llegada de la señorita Angelique.

Con un nudo en la garganta y los ojos llenos de lágrimas, abrazó a Suguru con sinceridad, reconociendo el profundo vínculo de amistad que habían compartido durante tantos años— Te extrañaré mucho Suguru — murmuró, aferrándose a él con fuerza como si nunca quisiera soltarlo

—Sé que nos volveremos a ver — respondió Suguru con voz suave, devolviendo el abrazo con cariño — no te despidas así

Se separaron con relutancia, pero sus ojos aún brillaban con complicidad y afecto, prometiéndose un reencuentro en el futuro.

𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑺𝒊𝒓...- 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝒔𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora