La tarde transcurría con una calma encantadora, el sol doraba suavemente los jardines mientras una brisa fresca acariciaba los pétalos de las flores. Los invitados se deleitaban con los exquisitos bocadillos y el champán, sumidos en charlas animadas y risas.
Sin embargo, en medio de la elegancia y la alegría, Madeleine se sentía como un pajarillo inquieto.
Desde la mañana, había dedicado meticulosamente su tiempo a prepararse para la ocasión especial.
Su vestido blanco, confeccionado a medida, abrazaba delicadamente su figura, realzando cada curva con gracia y refinamiento. El peinado, cuidadosamente elaborado, permitía que algunos mechones de cabello enmarcaran su rostro juvenil, resaltando su belleza natural. Apenas un toque de maquillaje realzaba la suavidad de sus mejillas con un rubor sutil y daba a sus labios un tono rosado, que parecía capturar la esencia misma de la inocencia.
Al contemplarse en el espejo, sintió una mezcla de emoción y aprehensión.
Estaba radiante, lista para enfrentar la reunión, pero también abrumada por la incertidumbre de lo que podría depararle el encuentro con los Gojo, en especial con el señor de la casa.
Cada detalle de su atuendo y su apariencia había sido cuidadosamente seleccionado, pero no podía evitar sentir un cosquilleo en el estómago ante la idea de encontrarse con aquellos a los que servía, pero a quienes también consideraba su familia. Cuando Kento la llamó para informarle que habían llegado, un escalofrío recorrió su columna vertebral, preparándola para enfrentar lo que vendría a continuación.
—Madeleine — Kento le sujeto la cintura — Ellos están aquí y los pequeños quieren verte — la ronca voz de aquel hombro susurraba en su oído
La escena estaba llena de calidez y emoción cuando Madeleine, guiada por Kento, se acercó a los pequeños Gojo. A pesar de la incomodidad que sentía al caminar con los tacones, su rostro se iluminó con una sonrisa genuina al ver a los niños correr hacia ella.
Con la gracia de una dama, Madeleine recuperó su compostura al llegar de nuevo a la celebración. Buscó discretamente con la mirada a los pequeños, ansiosa por reunirse con ellos. No tuvo que esperar mucho, ya que Nobara y Yuuji no tardaron en identificarla y correr hacia ella con gritos de alegría —¡Madeleine! — Megumi, siempre el más precavido, se adelantó para abrazarla, seguido de Junpei y Toge, quienes no se quedaron atrás en mostrar su afecto.
Los niños se lanzaron hacia Madeleine con una energía contagiosa, abrazándola con fuerza y demostrando cuánto la habían extrañado. Aunque su comportamiento pudiera haber parecido un tanto inusual para los invitados, Madeleine y los niños Gojo estaban completamente absortos en su propia burbuja de amor y felicidad, ajena a las miradas curiosas que los rodeaban.
Los niños Gojo rodearon a Madeleine con una mezcla de algarabía y sorpresa al verla vestida de blanco.
—¡Madeleine! —exclamó Nobara, con los ojos brillantes— Luces como una princesa.
—Oh, Nobara, eres muy amable —respondió con una sonrisa cálida— Pero la única princesa aquí eres tú.
Los demás niños se sumaron al coro de elogios, expresando su alegría por volver a ver a Madeleine.
—Te extrañamos demasiado —dijo Toge tímidamente, permitiendo que Madeleine le acariciara el cabello.
—Y yo a ustedes, mis niños —respondió Madeleine con emoción, sintiendo la calidez del momento.
Entonces, Junpei, con una expresión de sorpresa en el rostro, hizo una pregunta que llamó la atención de los invitados—¿Madeleine, por qué estás de blanco? ¿Te casarás con tío Kento?

ESTÁS LEYENDO
𝑫𝒆𝒂𝒓 𝑺𝒊𝒓...- 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝒔𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖
FanficSi no consigue una esposa para que crie a sus hijos le quitaran el apoyo económico ¿Qué deberá hacer? portada: @__goji