La estrella del norte

Parte 4 El sabio de la montaña

La inmortalidad es realmente dolorosa y más cuando tienes que confrontarla sola.

Mildred después de muchos años al fin había encontrado a sus padres y su encuentro no fue el más grato de todos.

Una anciana guiaba a la pequeña al panteón del pequeño pueblo, la anciana decidió dejarla sola.

— Hola mamá, papá — Mildred espero un momento — hoy cumplo 20 años, es bueno verlos el día de mi cumpleaños—

Mildred estaba neutral en ese momento, no sabía realmente cómo reaccionar, muchas veces se había imaginado reunirse con sus padres en un emotivo encuentro donde los cuatro se reunirían en un campo de flores corriendo hacia un encuentro mutuo, riendo de felicidad como la familia que son.

Se había imaginado compartir un columpio en familia y ella les contaría todas las aventuras que había tenido en Islandia, había salvado a mucha gente, había formado grandes amistades y apenas hace unos días había conocido una gran amistad esa bruja se llamaba Margaret, era una mujer enorme y muy fuerte y dio lo mejor de sí para salvar a todo el pueblo de una desgracia.

— Por dónde empezar — Mildred decidió sentarse — hace siete años llegué al puerto, estuve semanas escondida hasta que decidí disfrazarme —

— Fueron unas semanas terribles, el frío era muy fuerte y el invierno estaba casi encima, explorar en esas fechas era casi imposible, lo intenté una vez y mi pequeño amigo me tuvo que salvar, por cierto es un fantasma— Mildred se miró las manos llenas de callos — No sabia que trabajar era tan complicado y más sin magia, tenía que estar oculta —

— Me tomó más de medio año haciéndome pasar por chico para poder juntar lo básico y empezar a buscarlos — Mildred saco unas flores secas — Las reuní en el camino se supone que sería un regalo para Susie, pero por ahora será mejor para que ustedes me recuerden —

La chica continuó relatando su travesía en las tierras heladas, hasta que la noche comenzaba a llegar en ese panteón helado.

— Niña debes volver adentro, una tormenta se avecina — La anciana le habló a la pequeña Mildred.

Esta se despidió una vez más y regresó a la aldea.

La anciana era la líder de la misma, esa noche la acogió en su casa, muchos de los aldeanos habían llevado regalos, carne y algunos presentes para su salvadora.

— La sopa esta lista — Era un guisado de carne y patatas

Mildred lo estaba disfrutando, pero no tenia ganas de hablar.

La anciana había ido a buscar unas cosas — esto pertenecía a tus padres —

— Cómo es que terminaron en este lugar tan lejos — Mildred pregunto —la verdad, soy una adulta de 20 años, a pesar de mi apariencia —

— Una inmortal — Hace años no conocía a otro — A ellos los encontraron al pie de las barrancas aun estaban con vida así que los trajeron al pueblo pero estaban muy débiles no sobrevivieron por las heridas, solo la mujer despertó un momento y todo el tiempo pregunto por Mildred y Susie quería saber de ellas y hasta hoy comprendo esas palabras —

— Gracias por no dejarlos abandonados— Mildred dijo sin emociones —

— El, tu padre estaba aferrado a este libro, lo leí tratando de encontrar información de los familiares, lo demás se perdió en la nieve, pero solo era parte de una investigación sobre el control de la magia — En cuanto terminó de decir esto Mildred corrió hacia la anciana y la abrazo.

Mildred comenzó a llorar , algo que no se había permitido desde hace años.

— Déjalo salir pequeña — La anciana no dejó a la pequeña hasta que esta se quedo dormida del cansancio.