Parte 7 Piratas y veneno

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La era dorada de la exploración, cuando la emoción de conocer nuevas tierras o conseguir fortuna en el extranjero fue una de las grandes motivaciones.

Claro, una gran riqueza tiende atraer personas capaces de todo para obtenerlas de forma fácil, aunque pocos se arriesgaban a tratar de robar grandes barcos, la promesa de los grandes tesoros movía a la mayoría de los piratas.

El barco del detective y la bruja se veía acabado pero a la vez demasiado sospechoso y para un pirata experimentado era una señal inconfundible cuando un barco de esas características no seguía su ruta comercial.

— Contrabando o tesoros — Preguntó uno de los piratas.

— Los marineros se ven viejos pero podría ser una coartada — Comentó otro de los piratas.

— Todos están armados, podría ser problemático — Comentó otro de ellos.

Estos tres piratas esperaban la oportunidad, mientras sus compañeros seguían disparando tratando de provocar bajas.

— Disparen las cadenas, no podemos dejar que escapen — Se escuchó al fondo

Solo se escuchó un solo disparo que impactó directamente contra una de las velas dejándolo completamente inutilizada.

— Disparen el resto — Exigió uno de los piratas— Maldita sea, otra vez la pólvora a de estar húmeda, ustedes vayan a la bodega y ayuden a los cañoneros.

Dos piratas bajaron pero no se escuchó respuesta, habían pasado unos minutos y el fuego cruzado ya había costado varias vidas de sus hombres no eran más que 25 piratas, ahora solo estaban 15 piratas en cubierta y 6 de ellos yacen muertos.

— Tienen a un tirador experto, maten a ese bastardo— Gritó uno de ellos, no sin antes recibir un disparo en la frente por salir de su escondite.

Solo 8 piratas continuaron el ataque y no había respuesta de ninguno de los que habían bajado a recargar los cañones.

— No tenemos opciones, ustedes acompáñenme debemos disparar los cañones y acabar con los tiradores — El capitán de los piratas bajó con el arma preparada junto a dos de sus hombres.

Cuando el capitán bajo le horrorizó lo que había bajo cubierta, en diferentes partes había cuerpos sin vida.

— Muéstrate cobarde — Grito uno de los piratas.

— Espera ese aún se mueve, es el pequeño Juan — señaló uno de los piratas.

Juan era solo un niño no mayor de 11 años que este grupo de piratas había acogido, cuando los piratas se acercaron él estaba retorciéndose de dolor pero no decía nada, alguien le había cosido los labios, este tenia el cuerpo cubierto así que les sorprendió lo que habían visto, la mirada de desesperación del chico era evidente el trataba de decir algo, o al menos señalar con la mirada.

El capitán comprendió y comenzó a quitarle la tela del costal que tenía encima, el chico tenía las manos atadas, los talones cortados era una advertencia demasiada cruel pero no mayor al percatarse que tenía el vientre abierto y las tripas por fuera, incluso uno de los piratas vómito asqueado ante la escena.

El capitán comprendió que el chico estaba destinado a morir en agonía, así que decidió terminar con su sufrimiento, pero a pesar de sus quejas el capitán sólo le disparó en la cabeza terminando su vida.

Cuando el chico dejó de moverse, dejó caer ambos brazos, no las tenía atadas, él sostenía tres esferas extrañas que en pocos segundos provocaron una estruendosa explosión terminando con la vida de los últimos tres piratas.

La estrella del norteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora