Parte 16 Deudas de honor

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Después de estar usando su magia 2 días continuos para tomar la mayor distancia posible de ese puerto Mildred al fin podía descansar en su camarote, sus invitados ya no serian una preocupación pues esos collares no se pueden romper más que con magia y su pequeña acompañante no podrá usarla durante un buen tiempo.

Su aventura todos esos años en el norte le mostro una realidad que pocos ven a simple vista, la esclavitud.

Ese collar y ese hechizo fue creado con la finalidad de domesticar fieras salvajes, someterlas y romperlas hasta la obediencia total, con el tiempo no faltó quien lo usara en otras personas a ella le parecía despreciable así que en ocasiones ayudaba a unos cuantos a librarse de esa pesadilla, aprendio el hechizo, como deshacerlo y era algo muy simple, o al menos cualquier bruja o ser que usara magia podría deshacerlo.

Nunca pensó que se vería obligada a usarlo en contra de dos personas, a las cuales pudo considerar amigos hace un tiempo pero ahora tenía miedo, tenía miedo que le hicieran algo a su hermana, tenía miedo de despertar y ser atacada.

Al menos confiaba en que la magia podría protegerla hasta solucionar el problema.

Mildred cambió completamente su actitud con sus invitados, no más comodidades, ambos dormirán fuera en la cubierta del barco, las tareas de limpieza del mismo ya no la haría los golems ahora sus invitados tendrán que ganarse el sustento.

Si bien Mildred no tenía malas intenciones, quería dejar en claro quien estaba al mando.

Al tercer día de viaje Mildred ya no sabia que pensar, el barco a pesar de ser nuevo estaba más reluciente que nunca, no había una pizca de suciedad en el barco, tanto Erizo como Oscar estaban más que acostumbrados, ella esperaba quejas o molestias de parte de una bruja, ella sabía que la mayoría eran flojas atenidas a que su magia les podría resolver todos sus problemas o al menos Oscar quien parecía provenir de una familia noble tenía una perspectiva del aseo algo exagerada, en un determinado momento a Mildred le pareció exagerado.

La relación de ambos había decaído el primer día pero ahora parece que se había fortalecido al grado de volver a ser esos compañeros obsesionados con el ejercicio, Mildred comienza a pensar que si siguen como van terminaran rompiendo esa correa a pura fuerza bruta.

Los días pasaban y más que un par de esclavos ambos estaban en un riguroso plan de entrenamiento militar, Mildred no podía hacer más que observar a la distancia, pero este par en vez de romperlos solo se estaban fortaleciendo, pero ahora su duda era saber que los motivaba.

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Días antes.

Oscar había tratado de quitarse ese collar para mascotas durante varias horas pero era inútil.

— Cómo es que puedes estar tan calmada ante esta situación — Se quejo Oscar.

— Porque ella ha aceptado protegernos — Afirmó tranquilamente Erizo.

— A esto le llamas protección, más bien humillación — Oscar seguía tratando de quitarse ese collar a pesar de su obvio cansancio.

Erizo miraba como sus manos aún seguían acalambradas por el impacto de su propia magia, era extraño habría jurado que seria aun mas doloroso, pero como fuera ella se sintió incapaz de usar algún hechizo por más simple que este fuera.

— Y ¿Cómo te sientes? — Oscar preguntó un poco preocupado.

— Estaré bien — Erizo se miró las manos — Es solo pasajero—

El silencio se volvió apoderar una vez de este par por varias razones, Erizo estaba inquieta por su magia y Oscar trataba de entender qué pasó exactamente, él tenía una misión simple de captura, ahora él era el objetivo de una organización clandestina que lo querían ver muerto y su única salvación a simple vista era la misma bruja que le habían encaminado atrapar.

— Erizo, que pasó en el muelle — Oscar habló muy seriamente.

— Parece que tienes enemigos, encontraron el barco con la tripulación, atraparon a todos hubo pelea en el barco y parece que torturaron a otros dudo que existieran supervivientes— Erizo mencionó sin tapujos — Primero pensé que eran simples ladrones o piratas pero robaron mis cosas y solo una bruja o mago hábil puede robarlas, atrape a uno de ellos, cuidaba el barco, lo obligue a confesar, inicie un pequeño incendio en un extremo del barco para llamar la atención y una trampa explosiva en el barco por eso logre rescatarte sin problemas—

— Eso fue muy concreto — Oscar reflexiono — Debí sospechar desde el inicio, fui un tonto confiando, ellos querían saber quien nos ayudo pero no hable —

— Eso ya nos da mucha ventaja — Erizo hablo tranquila — Estaremos a salvo—

— Debemos contactar a los cuarteles — Oscar comentó seguro.

— Me temo que no será posible — Erizo volteo a verlo — Deduzco que la tripulación hizo exactamente eso, así los localizaron, tiene algún informante o un cómplice capaz de tener acceso a las cartas e informes antes que lleguen a los cuarteles, no tienes ninguna forma de identificarte sin el sello, solo te tacharan de loco y te encerraran haciendo más fácil el trabajo de los asesinos—

— Pero ya debieron haber mandado a investigar — Oscar comentó inquieto.

— El tiempo que estuvimos incomunicados, el hecho de buscar ahora a la hermana de Mildred también solo deja claro que ya no te consideraban objetivo —Erizo pensó un poco — Hay una posibilidad que ya nos den por muertos —

— Hasta ahora— Oscar pensó — Va a complicar las cosas, espero ahora te entiendo vamos a capturar a su líder y su banda cuando intenten matar a la hermana de Mildred—

— Podría ser peligroso, y dudo que salgamos vivos — Erizo comento— Pero con la ayuda de Mildred será mas fácil, dejemos que ella pelee y nosotros nos encargamos de lo demás—

— ¿Crees que nos quiera ayudar? — Oscar comentó

Erizo se rio un momento — Recuerdas que te iba a presumir como esposo trofeo —

— No me lo recuerdes, cómo es que mi... todo fue una ilusión — Oscar mencionó decepcionado.

Oscar se quedo pensando — Por que te arriesgas tanto por un desconocido —

— No me gustan las deudas y más las de honor — Erizo suspiro — Me salvaste la vida dos veces y por ahora solo te he salvado una sola vez, con esto cerraré esa deuda y con Mildred también, la reconocí de inmediato mi primera intención fue apuñalarla pero ni eso podía hacer, me detuve un poco pues salvo mi vida y trato mis heridas, aun pensaba que era peligrosa y solo resulto ser solo una farsa lo que me contaron de ella—

— Yo no lo había visto así — Oscar comentó — Acaso esta misión...

— Posiblemente, solo la están usando— Erizo comento de mala gana.

— Creo que te comprendo — Oscar suspiro un poco — Pero dudo que ella pueda confiar en nosotros—

— Vez este collar — Erizo señaló en su cuello — Ella nos está dando una oportunidad, que si fuera mi caso ya estaríamos en el fondo del mar con una roca en las piernas.

— Recuérdame no hacerte enojar — Oscar mencionó derrotado mientras miraba cómo se oscurecía aún más con un futuro realmente incierto por ahora no le tocaba más que confiar en su amiga.

La estrella del norteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora