Nathan

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POV Daniela
¿O Diana? ¿Quién sabe?

-La puntería tampoco la perdiste, hija de puta.-

Me conocía.

Esa mujer que creí haber encontrado de casualidad me conocía de años. No sabía como. Quería entender como.

Recordé como me pareció conocida desde un inicio. Como me encantó ella. Y como al besar sus labios y recorrer su cuerpo tuve la sensación de antes ya lo había hecho.

Y Julieta.

Yo le pregunté. Le pedí que me hablara de mi pasado y ella solo decía que nunca supo si yo tuve mas familia.

Me dolía la cabeza.

Tanta preguntas y ninguna respuesta. Y un intenso dolor en el lado derecho de mi cabeza que hacía que maldijera en cada movimiento.

-Necesito saber, necesito entender que está pasando.- comencé a recoger las fotos de la cama y las puse en mi bolso.

-¿A dónde vas?- levanté la vista hacia María José. Se ponía cada vez más pálida, estaba perdiendo sangre con mucha rapidez.

-A mi casa. Con mi esposa.- apretó los labios como si quisiera evitar decirme algo.

-Puedes hacer lo que quieras. Pero suéltame antes, necesito curar esta mierda.- habló despacio. Tomé una toalla que estaba en el suelo.

Me senté junto a ella en la cama. Coloqué su pierna herida sobre las mías.- Esto te va doler.- enrede la toalla en forma de torniquete, y la apreté con fuerza, para disminuir la hemorragia.

Ella gritó.

Gritó tan duro que parecía no tener fuerza después. El dolor que sentía era grande, yo lo sabía.

Acaricié su rostro. Su piel se había humedecido por lágrimas y sudor. Junté mi frente con la de ella. Mis manos ensangrentadas mancharon sus mejillas. Ella temblaba de dolor.

También de miedo. Lo vi en sus ojos.

-Dime quién eres.- repetí- Dímelo para que todo esto termine, María José.- sus labios estaban secos.

La pérdida de sangre, junto al dolor, provocaban que también perdiese la consciencia poco a poco.

-Déjame ir.- susurró- Por favor, Daniela.

-¿Cómo me llamaste?-

De pronto, me abordó la imagen de misma, muchos años más joven, vestida con toga y birrete.

Un hombre decía el nombre de 'Daniela Walsh' al micrófono. Yo me levantaba. Ese mismo hombre me esperaba con un título y varios honores. Universidad de California, San Francisco. Facultad de Derecho.

Todos me aplaudían.

El dolor de cabeza que tenía aumentaba cada vez más, y más.

-No te mueras, hermosa.- le dije- No te mueras.

Salí prácticamente corriendo de ahí.

Julieta debía responderme un par de cosas.

Daniela.

Daniela.

Miles de voces diferentes estaban diciendo ese nombre en mi cabeza. Y la jaqueca aumentaba.

Dark Times; ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora