Ella estaba en una esquina, hechada en el piso, sin ánimos. Yo quedé frizada, sólo mirándola a ella, tan solitaria, infeliz. Hice un tipo de silbido para llamar su atención, y con un par de silbidos más, ella miró hacia la ventana y pudo verme. Rápidamente corrió hacia mí y tendió su mano, chocó su mano contra el vidrio y llorando me dijo:
––¿Qué haces aquí? ¿¡Viniste por mí!? ––Preguntó contenta.
––¿Pensaste que te dejaría? ––Respondí.
––No... Sólo que...
––¡Nunca dudes de mí! ––Interumpí.
––Pero... ¿Cómo me ayudarás a salir de aquí? ––Preguntó confundida.
––No sé, tendré que planear algo. ––Respondí.
––Tienes que apresurarte, en cualquier momento saldrán. ––respondió preocupada.
––Ahora vuelvo ––Contesté.
––¿Dónde vas? ––Preguntó ella asustada.
––Sólo espérame. ––Le respondí.
Tuve la idea de buscar a la persona que se encargaba de abrir y cerrar todas las puertas, sabía que esa persona tendría la llave de todas las puertas interiores e incluso la puerta de Dari. Caminé lentamente por el pasillo que seguía a mano derecha después de la habitación de Dari, pude notar la silueta de dos guardias, de esquina a esquina en dos puertas que quedaban al final del pasillo. Aparte de eso, dos guardias más iban en dirección contraría hacia mí, me escondí, doblé a otro pasillo que quedaba a mano izquierda, pude escuchar unos gritos perturbadores que sobresalían de una de las habitaciones, de repente pude ver como una mujer con el rostro desfigurado y con el pelo despeinado corría rápidamente hacia mí, me tiré al piso y ella siguió de largo. Lo más extraño es que nadie se dio cuenta. Olvidando lo sucedido continué mi camino por el mismo pasillo. Ahí no habían guardias. Alcancé a ver una puerta roja que sobresalía entre todas las demás, me acerqué y con la poca luz que había pude leer que decía administración, pero no podía entrar, después me descubrirían quienes estuvieran dentro. Así que miré por la ventana y no estaba el encargado de las llaves. Pude escuchar el sonora de unas llaves pasando hacia otro pasillo, era él, miré de reojo y corrí suavemente hacia el otro pasillo, debía planear algo rápido para quitarle las llaves, hice un silbido de atracción para llamar su atención, pude verlo mirar hacia atrás, pero pensó que sólo fue una alucinación, debía hacer algo rápido, hice otro silbido y pude llamar su atención, cuando miró hacia atrás pudo ver mi silueta y me alumbró con una linterna que llevaba.
––¡Ey! ¡Ven aquí! –– Gritó el hombre.
Yo corrí y él me persiguió, entré por el pasillo más cercano y el también entró pero no me vio.
––Así que quieres jugar pequeña... Ven, no te haré daño, sólo te llevaré a tu habitación, ven aquí. –– Decía él intentando llamarme.
Se acercacaba cada vez más, y pasó de largo por dónde yo estaba escondida. Ahora era mi oportunidad, estaba de espalda hacia mí.
––Vamos, irás a tu habitación y todo se resolverá. –– Afirmó con un tono sarcástico.
Tomé un tubo que llevaba en su pantalón, me miró de reojo y sin darle tiempo de hacer algo, lo golpeé fuertemente en la cabeza varias veces, sólo podía escuchar como lanzaba quejidos horribles y la sangre correr por las paredes y el pasillo, eso me hizo saber que aún no estaba muerto, así que levanté nuevamente el tubo y lo choqué violentamente contra su cabeza, ahí fue cuando lanzó su último quejido de dolor. Tomé las llaves, junto con ello el tubo y muchas cosas más que me sirvieran, entre esas cosas había un arma. No dudé en tomarlas aunque no sabía usarla.
Corrí hasta el pasillo de Dari y me dirigí hacia su puerta, ella se alegró de que había llegado.
–– Pensé que no llegarías. –– Afirmó
––Nunca te dejaría. –– Contesté.
––Oye... Tienes sangre en tu rostro, no me digas que... ––Dijo.
––Tuve que matar a alguien, era necesario. –– Respondí mientras buscaba la llave que combinaba con su cerradura.
––No debiste hacerlo Mina. –– Respondió preocupada.
––Hablaremos de esto cuando salgamos de aquí. –– Contesté.
Mientras intentaba abrir la cerradura un guardia pasó por ahí y pudo verme.
–– ¡Oye! –– Exclamó.
–– Rápido Mina, vamos. –– Dijo Dari desesperada.
El guardia se acercaba cada vez más y mis intentos de abrir la cerradura eran fállidos. La felicidad llegó a mí cuando vi la cerradura abrirse. Halé a Dari y corrimos, el guardia corrió detrás nuestro, pero Dari y yo corríamos más rápido. Llegamos hasta la puerta principal y habían más guardias, le dije a Dari que se agachara y ella accedió. Yo tomé. el arma y disparé a todos los guardias que estaban en la puerta, luego se acercó el que nos perseguía y me apuntó con un arma exigiendo mi rendición, yo. tomé mi arma, y le disparé siete veces antes de que hiciera algo. Dari siempre se cubría los ojos para no ver tal masacre causada por mí.
–– Creían que estaba loca, ahora lograron hacerlo realidad. –– Afirmé mientras la miraba y la tomaba de la mano.
Abrimos la puerta y pudimos salir, ahora había otro problema, el tipo que cuidaba la puertas de hierro a la salida. Fue fácil, le apunté con el arma en la cabeza y le pedí que abriera. Tomé de la mano a Dari y salimos juntas de ese horrible lugar.
Pacientes han escapado. Pacientes han escapado dejando doce guardias muertos y uno herido, se ha detectado que son peligrosas. Se escuchaba por una bocina resonando en todo el centro.
Dari y yo corrimos, sin saber como sería nuestra nueva vida.
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Miedo [En Edición]
Paranormal-¿Quién anda ahí? pregunté, pero no tuve respuesta. No estaba sorprendida de que eso sucediera ya que siempre era lo mismo, sonidos extraños, perturbadores. Hacía frío esa noche... Sentía que mis pies se adormecían, lancé un quejido de dolor mient...