Corrí sin mirar atrás, aún sabiendo que tenía policías armados detrás mío, no podía dejar de pensar en Dari, ya casi ni me preocupaban los policías, el frío invadía mi cuerpo y hacía que mi mente se bloqueara, rayos, estaba a punto de colapsar. Los policías gritaban, pedían que me detuviera. Yo me dezlicé detrás de un arbusto, y ahí quedé, sólo podía ver como la lluvia caía sobre mi rostro y sentía que el lodo me consumía. Vi como aquellos policías pasaban de largo, yo sólo cerré los ojos por un momento, estaba muy cansada. Desperté nuevamente, intentando retomar fuerzas me levanté, pero mis piernas no soportaron y cayeron arrodilladas, me dirigí hacia donde Dari arrastrándome, sacando las fuerzas de donde no las tenía. Finalmente llegué donde había dejado a Dari, me levanté y sujetando su nuca y su espalda la cargué, pensaba llevármela, pero nada salió como lo planeé, un disparo sonó. Entró por mi espalda y salió por mi abdomen, la sangre por montones comenzó a salir por mi boca, caí al piso, encima de Dari. Volteé la cabeza y quienes estaban detrás de mí eran aquellos malditos policías, casi agonizando, miré sorprendida, mis ojos parecían dos bolas de cristal. Ni bien salió una lágrima de mi ojo izquierdo, uno de ellos apuntó a mi cabeza y disparó, ahí estaba yo, mi cuerpo inmóvil bajo la fría lluvia, mi piel se hacía cada vez más pálida... Yo... Estaba muerta.
Pero... Abrí los ojos, abrí los ojos y no estaba muerta, estaba en una sala, era un departamento, estaba yo y otro chico.
—Amor, ¿Qué deseas cenar? —Me preguntó.
—¿Qué? ¿Quién eres tú? —Pregunté inexplicablemente confundida.
—¿Qué? ¿No me reconoces? Yo soy la muerte. —Dijo sonriendo de forma escalofriante, mientras su cuerpo se abría y salía un asqueroso líquido negro.Lancé un grito y empecé a correr, ahí fue cuando la madera del piso se abrió y caí, acrecentándose más mi grito. Caí sentada en el piso, todo estaba oscuro, pero de repente apareció una luz, una luz que sólo dejaba ver a una chica, una chica... Esa chica era yo. Vi como ataba una cuerda en el techo, se subía en una silla y lanzaba los pies, ahorcándose. Yo corrí rápido intentando decirle que se detenga, sujetando sus piernas, de repente, vi que desde arriba volteó su mirada hacia mí y empezó a lanzar patadas, ella gritaba, yo me asusté y me arrastré bruscamente hacia atrás aún sentada en el piso. En ese momento alguien me jaló desde la pared, yo gritaba y exigía que me soltara, pero la pared me consumió de forma repentina. Miré de reojo, completamente asustada y lo que vi me dejó sorprendida, era Dari. Llorando desconsoladamente me dirigí hacia ella.
—Mina, estoy bien. —Dijo feliz.
—Qué bueno que estás bien Dari. —Susurré.Mientras la abrazaba, cerré mis ojos. Sentí como un líquido rodaba por mis brazos y los abrí de repente. Vi el rostro de Dari y vi como su ojo se deslizaba por su mejilla, parecía cera, todo su cuerpo se derretía viéndose sólo su sangre.
Grité, grité hasta más no poder, quedando todo en completo silencio después, sólo pude escuchar unas pisadas, mi mente ya no aguantaba más, ya estaba perdiendo el sentido. Quien provocaba las pisadas se acercó a mí, yo sólo me quedé ahí, sentada, mirando al piso, el trauma ya era demasiado grave.—Hola Minaicha. —Dijo una voz exageradamente masculina.
Yo sólo miré hacia arriba, asustada.
—Eres una niña mala, ¿Porqué no me respondes? —Susurró. —Aunque por eso estás aquí, por ser mala, egoísta y por cometer tantos pecados. —Dijo sonriente.
—¿De qué me estás hablando? —Dije temblorosa.
—Qué inocente eres —Respondio riendo a carcajadas.Yo me levanté intentando golpear a aquella persona, pero era más fuerte que yo, metió sus manos entre mi abdomen, agarrando mis tripas.
Lancé un chillido y caí al piso.
—Hijo de puta —Grité.
—Qué ironía, fíjate, tú casualmente eras hija de una puta y lo digo de forma literal.
—¿Qué mierda me estás diciendo?
—Cuando viviste hiciste muchas cosas malas, tu padre siempre te maltrató y hasta llegó a abusar de ti varias veces, mientras tu madre intentaba buscarse la vida acostándose con quien se le cruzara por delante. —Dijo de una forma calmada.
—¡MIENTES! Hace mucho no veo a mi madre, mi padre murió hace tiempo. ¿Y cómo es eso de cuando viví? Estoy viva imbécil. —Dije enojada.
— No lo estás, te suicidaste hace 5 años. La Policía te perseguía por haber matado a una niña de 15 años llamada Dariela, todo por envidia. —RespondióYo reí a carcajadas, no entendía lo que pasaba, pero pensaba que él mentía.
—No sabes lo que hablas, deberías ver menos películas, maldito. —Dije totalmemte nerviosa.
—Eres tan inútil, ya veo porqué decidiste acabar con tu vida. Los humanos no saben aprovechar nada. —Susurró.
—Cállate, no te creo, ¡CÁLLATE!— Repetí una y otra vez.Un silvido sonó y escuché el suelo abrirse, salían unos gritos ensordecedores de ahí.
—Bien, ya es hora de cumplir tu pago. —Dijo mirando el reloj de su muñeca.
—¿Qué? ¿Qué estás diciéndome? —Dije temblando.
—Vámonos. —Dijo jalando mi pelo.
—¡NO! ¡Suéltame! —Dije repetidas veces mientras me arrastraba.
—«Tu pago se cumplirá en el infierno» —Repitió varias veces.Desde ahí no recuerdo bien lo que pasó, todo fue tan rápido... Pero la oscuridad me consume y me consumirá por toda la eternidad... Yo... Ya no existo y jamás volveré a existir.
«Piensa en lo que haces, porque jamás sabes, qué te espera después de la muerte»
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Miedo [En Edición]
Paranormal-¿Quién anda ahí? pregunté, pero no tuve respuesta. No estaba sorprendida de que eso sucediera ya que siempre era lo mismo, sonidos extraños, perturbadores. Hacía frío esa noche... Sentía que mis pies se adormecían, lancé un quejido de dolor mient...