Parte 7: Compañera de juegos

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La Reina Sangrienta y Gwen se encontraban en un páramo algo cercano de la corte del Rey Arruinado, tras la breve visita al Bar Sin Nombre.

Ambas parecían estar teniendo una conversación de poca relevancia o importancia.

"Entonces, ¿tú también eres madre?"

"Sí, aunque mi hijo ya es bastante mayorcito"

"Quizás podríamos jugar algún día juntos"

"No, él está ocupado con sus deberes de las islas... atrapando almas corruptas..."

"¿Por qué papá insiste en hacer eso?"

"Porque las almas corruptas merecen un castigo, ¿y quién mejor que los espectros de las Islas de las Sombras?"

"¡Aunque a veces se cuela alguna inocente!" - gritó Shaco

"Sí, a veces..."

"........"

"Oh, sí..."

Zorina lanzó un rayo de magia color carmesí contra el extraño bufón. Luego se levantó para acercarse algo enojada.

"¿Tú dónde te habías metido?"

"Estaba de excursión"

"¿Excursión? Se supone que eres un Jinete de las Sombras, no estabas ni en las islas ni en ese condenado Instituto"

"No, estaba en Ixtal"

"¿Ixtal? ¿Otra vez con esa reina del tres al cuarto?"

"Pues..."

"Tú único rey debe de ser..."

La mujer notó que un par de figuras se acercaban, motivo por el que decidió dejar sus regaños para otro momento, acercándose a Gwen.

"Gwendoline, te traigo una sorpresita"

"¡¿Una sorpresa?! ¡¿De qué se trata?!"

"Te he traído una amiguita para jugar"

"Una... ¿amiga?"

Zorina la cogió de la mano y la llevó ante dos fantasmas femeninos.

Una era alta y con una especie de armadura, falda y capucha espectral. Por otro lado una niña pequeña de pelo algo largo.

"Hola, Morella"

"Zorina" - le hizo una reverencia - "Esta debe de ser la joven Gwendoline"

"Hola, me llamo Gwen, es un placer"

"Yo soy Morella, la Matrona Espectral"

"........"

"Y esta de aquí es Sabina"

"Hola" - saludó con una sonrisa - "¿Quieres que nos columpiemos?"

"Co... ¿columpiarnos?"

La Bromista Espectral alzó sus manos mientras desataba sus poderes, levantando ramas desde el suelo e invocando un par de columpios.

Ambas niña fueron corriendo a montarse, siendo la primera vez que se subía a uno.

"Parecen pasarlo, ¿puedo ir también?"

"No, Shaco, estás castigado"

"Pobre niño" - dijo Morella acariciándole la cabeza - "Pero has sido malo"

"Jope..."

"Ha sido una buena idea que trajeses a Sabina"

"Mejor esto a que esté molestando a otros espectros... la pobre se aburre un poco de vez en cuando, ¿sabes?"

"Sí, Gwendoline ahora tiene en la cabeza salir de las islas"

"¿Cuál es el problema con eso?"

"Su majestad quiere que primero se apegue un poco más a las islas, ya que no deja de ser la princesa de estas tierras"

"Bueno... si él lo dice..."

"Tiempo al tiempo, ¿no crees?"

Mientras las mujeres hablaban Sabina y Gwen estaban disfrutando de balancearse mientras tenían su propia conversación.

"Se supone que debí haber nacido hace mil años... pero técnicamente tengo un año..."

"Entonces soy mayor que tú"

"Pero yo soy más alta"

"La altura no es lo más importante"

El tronco sobre el que estaba el columpio de Sabina se retorció antes de hacerse más alto.

"¿Ves? Ahora soy la más alta"

"¿Cómo haces eso?"

"Puedo controlar el árbol de mi columpio, eso incluye modificarlo"

"Es un poder raro..."

"¿Qué poderes tienes tú?"

"Emito una niebla que me hace inmune a los fantasmas... y puedo invocar unas tijeras gigantes..."

"¿Tijeras gigantes? ¡Eso mola mucho!"

"Gra... gracias..."

Las dos parecían divertirse, mientras que una yordle no tan alegre apareció acercándose a la Reina Sangrienta.

"Hey, ¿qué se supone que estáis haciendo?"

"Oh... hola Vex..."

Las Desventuras de GwenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora