Parte 5: Malintencionada

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Vex no era lo que muchos denominarían una yordle feliz... pero sí... osea, podía ser feliz siendo infeliz y causando infelicidad... o algo así...

Recientemente se había reincorporado a los Jinetes de las Sombras del Rey Arruinado porque... porque no tenía nada mejor que hacer...

"Uaaahhh"

"¿Aburrida?" - preguntó Karthus

"Aburrida y con sueño..."

"¿Por qué no viajas en busca de causar malestares o algo por el estilo?"

"Mucho movimiento..."

"Pues usa tus portales para crear pesimismo"

"Nah..."

"¿Vas a quedarte todo el día sin hacer nada?"

"Tampoco es como si el resto de jinetes estuviese haciendo gran cosa... ¿dónde está Shaco?"

"Cosechando almas en Demacia"

"Demacia, Demacia, Demacia... ¿qué tenéis con Demacia?"

"¿Por qué no vas y lo compruebas?"

"Nah... paso..."

"¡Veeex!"

"¿Alguien acaba de gritar mi nombre con efusivi..."

Con una gran fuerza y agilidad Gwen apareció de la nada, levantándola mientras la abrazaba con un enorme cariño.

"¡Vex! ¡Estás tan tierna como siempre!"

"¡Bájame! ¡Deja de darme amor y bájame de inmediato!" - dijo entrando en pánico

"¡Qué mona!"

"¡Karthus! ¡Haz algo!"

"Buenos días, princesa Gwendoline"

"Buenos días, señor Karthus"

"¡Haz algo que no sea saludarla!"

"¿Ya está armando ruido desde tan temprano?"

Por la puerta del castillo apareció la Reina Sangrienta, avanzando tan tranquila como usualmente le gustaba ir.

"Hoy es el día en que se reincorpora a los jinetes"

"Y pensar que va a sustituirme..."

"Piensa que ser tutor de la joven princesa es un honor más grande"

"Desde luego, pero hubiese preferido a Ledros o Matyr como mi reemplazo"

"¡Eh! ¡Qué estoy delante!"

"Hola, Vex, te veo muy cómoda"

"¡Maldita bruja!"

"Vex, no le hables así a la señorita Zorina" - le dijo Gwen mientras se sentaba un poco lejos de los consejeros - "Debes ser educada"

"No quiero..."

"Una señorita debe ser educada con la gente"

"Mememe..."

"¿Qué has dicho?"

"Gwen, suéltame, me estás cortando la respiración"

"Eso no es cierto, la señorita Zorina dice que cuando a alguien se le corta la respiración deja de hablar y se vuelve morado"

"........"

"Tú todavía estás muy pálida"

"Maldita..."

"Nada de maldiciones"

La yordle estaba exasperada. Una niña la estaba abrazando y poniéndola sobre su regazo.

Se sentía al borde de vomitar. ¿Cómo podía estar haciendo algo tan horrible como darle cariño y amor? Uff... asqueroso...

Pero Vex no era solo una enana poderoso, era inteligente.

"Gwen... emm... ¿no estás aburrida?"

"¿Aburrida? ¿Por qué debería estarlo?"

"Porque llevas muchos días en estas Islas... hay sitios más interesantes..."

"Pero aquí hay sitios divertidos, ayer vi unos cerditos que..."

"¿Y Demacia? Demacia es muy... emm... interesante..."

"¿Demacia?"

Gwen había recibido algunas lecciones sobre Runeterra, aprendiendo cuales eran los principales estados que la componían.

Aunque tampoco es que supiera mucho de esos lugares.

"¿Qué hay en Demacia?"

"Hay caballeros... reinas... palacios... estatuas vivientes..."

"Suena muy bonito"

"¿No sería mejor ir a Demacia que estar en estas islas?"

"Quizás podría ir con papá o..."

"O podrías ir sola" - le dijo mirando hacia otro lado - "Quiero decir, no es un lugar para nada peligroso..."

"¡Vex!"

Zorina irrumpió cuando la vio esbozar una sonrisa maliciosa.

"¿De qué estáis hablando?"

"Nada, no estábamos hablando sobre..."

"¡Vex me estaba hablando de lo bonita que es Demacia!"

"Maldición..."

"¿Demacia?"

"¡Sí! Podríamos ir algún día a verla, ¿podemos?"

"No"

Con una sola palabra la Reina Sangrienta rompió todas las ilusiones que la muñeca viviente se había hecho.

"¿Por qué?"

"Porque tu padre dejó bien claro que de momento no saldrás de las islas"

"Pero... pero..."

"Pero nada" - dijo tajantemente - "Ahora vámonos, aún hay mucho que explorar"

Gwen se marchó algo cabizbaja mientras Vex observaba todo maliciosamente pensativa.

Las Desventuras de GwenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora