Parte 8: Un mal deseo

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Gwendoline se encontraba jugando con su nueva amiga, Sabina, mientras que la Reina Sangrienta trataba con la Matrona Espectral.

Tras un rato de juegos apareció Vex, lo cual no agradaba demasiado a la Sangrienta.

"Oh... Vex..."

"¿A qué viene esa reacción tan deprimente?"

"Chsst..."

"Osea, me agrada bastante ser recibida así, ¿pero a qué viene?"

"Vienes a meterle otra vez esas ideas de viajar por Runeterra a la princesa Gwendoline"

"¿Yo? ¿Por qué iba a hacer eso?"

"Para fastidiarme"

"Tonterías, eso llevaría demasiado esfuerzo..."

La yordle notó que había otro ente ahí presente, algo más raro que la reina.

"Y esta es..."

"Morella, la Matrona Espectral"

"Este sitio cada vez tiene más bichos raros" - murmuró con indiferencia - "Eso me agrada"

"Soy la madre de las almas perdidas"

"Eso no me agrada tanto... en verdad no me agrada nada..."

"¿Y qué te trae por aquí? Vex"

"Me hace gracia ver cómo una tipa que se hace llamar así misma reina hace de niñera"

"Institutriz" - le corrigió algo enojada - "Hay una diferencia"

"Sí... más letras"

"Yordle enana..."

"Reina de Corazones... eso sonaba peor en mi cabeza..."

"Jovencita, ¿estás muerta?" - preguntó Morella

"No, no lo estoy... por desgracia"

"Entonces, ¿no se preocuparán tus padres por estar en un sitio como este?"

"Pff... me da igual lo que piensen..."

"Esa no es la forma de hablar con tu familia"

"Desearía que mi familia fuese otra... sinceramente..."

"Y yo desearía poder perderte de vista por una vez..."

Vez entrecerró los ojos, muy molesta con esa tipa rara de rojo.

"Puedes hacerlo si quieres con mi magia de portales, ¿hago uno para que desaparezcas?"

"¿Por qué no haces uno y desapareces tú?"

"¿Portales?" - repitió Morella - "¿Portales a dónde?"

"A cualquier lugar con un poco de magia"

"¿Cualquier lugar?"

"Sí, cualquiera de... Runeterra..."

"Vex..."

"Mmmm..."

"Vex, no puedes"

"¿No puedo qué? ¿Hacer portales? Eso sí que puedo hacerlo"

Sin siquiera hacer un movimiento Vex pudo crear un portal que conectaba con los prados de Jonia, reconocibles para Zorina.

"¿Ves? Es bastante fácil"

"Vex... ni se te ocurra..."

"¿Hacer el qué?"

"Convencer a Gwendoline para que se marche de las islas"

"¿Por qué querría hacer yo algo así?"

"¡Estás sonriendo!"

"Nah... yo no sonrío"

"Vex, te lo advierto, como me entere de que Gwendoline deja estas islas por tu culpa..."

"¿Qué? ¿Qué vas a hacerme?" - le desafió la yordle - "¿Te crees más fuerte que yo?"

Los ojos de la yordle se volvieron un poco verdes, provocando la aparición de un montón de portales por los alrededores.

La sombra que la acompañaba también parecía mucho más grande.

"No me lo creo, soy más fuerte que tú"

"Qué chiste..."

"Soy la Reina Sangrienta... la más poderosa de los Sangrientos... poseo el poder de la Luna Roja de Sangre... niñata..."

"Vieja..."

"Disculpad, no quiero interrumpir vuestra infantil pelea..."

Ambas mujeres miraron a la Matrona, que parecía bastante tranquila pese a casi ser testigo de un combate entre las dos.

"¿Qué pasa ahora? ¿Tú también tienes algo que decir?"

"¿Dónde está la princesa Gwendoline?"

"Ella está..."

Pero únicamente se encontraba balanceándose en su columpio Sabina.

"¡¿Gwendoline?! ¡¿A dónde ha ido?!"

"Estaba columpiándose cuando apareció un portal en mitad del aire"

"¡Vex! ¡¿Qué has hecho?!"

"Oh, venga ya... solo invoqué portales... ella se metió..."

"¡Esto es culpa tuya! ¡Solamente tuya!"

"Yo no era quien tenía que vigilarla"

"Maldición..." - dijo Zorina bastante nerviosa - "Podría estar en cualquier rincón de Runeterra... en cualquier lugar o..."

"Había nieve"

"¿Nieve?"

"El agujero por el que cayó" - dijo Sabina - "Había nieve al otro lado"

"Está en Freljord... ¡está perdida en Freljord!"

Las Desventuras de GwenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora