Nuestro Sonido. (Uzui Tengen)

Capitulo 4. ~Oyakata Sama~

Capitulo IV.

Amane la esposa del patrón se había encargado de llevar a la joven Akira a su residencia, Oyakata Sama le había explicado sobre la existencia de los demonios y el Líder de estos. Kibutsuji Muzan, el demonio más fuerte junto a sus subordinadas, las doce Lunas demoníacas, unos demonios tan fuertes y los más cercanos a Muzan, estaba conformado por seis menguantes y 6 crecientes, las crecientes eran tan peligrosas que tan solo una de ellos contaba con la fuerza mínima de tres pilares y eso solo era la fuerza mínima!. Los pilares son los cazadores de demonios con una fuerza fuera del rango humano, cada uno lleva un entrenamiento tan estricto que casi nadie lograba resistir y era por eso que solo se contaba con la existencia de 6 pilares.

-Oyakata Sama....-
-¿Si hija mía?-
-¿Por qué no siento nada? ¿Por qué desde que tengo razonamiento no puedo saber con exactitud cómo reaccionar? Mi abuela murió y aún que no fuera mi abuela de sangre yo la tenía en un lugar muy especial en mi corazón pero.... ¿Por qué no siento dolor? Lo sentí en su momento pero ahora.... Ahora me siento normal-
-Hija mía... Los humanos, cada uno de nosotros tenemos diferentes formas de experimentar un duelo, por lo que sé tu vida ha Sido bastante difícil desde tu nacimiento y por lo cual no has tenido tiempo de procesar y aprender lo que son tus emociones, estar rodeada de gente que solo te observa como una mina de dinero no ayuda en nada a tu corazón.- tomó el cabello de la joven y acaricio su cabeza. - Desde ahora hija, abre tu corazón para mí, para mis hijos y para el mundo-

La voz de Oyakata Sama era tan tranquila, tan suave y reconfortante, su voz parecía que te hacía estremeser el corazón y remover todos tus sentidos. ¿Que es esto?.

-Trataré Oyakata Sama!-  este sonrió feliz.
-Bien hecho hija mía.-

Después de que Akira estuviera unos días en la casa del patrón, estuvo aprendiendo sobre cada uno de los 6 pilares. Gyomei Himejima el pilar de la roca,  Shinazugawa Sanemi el pilar del viento, Obanai Iguro el pilar de la serpiente, Rengoku Kyujuro el pilar de la flama, Kanae Kocho la pilar de las flores y....

-Tengen Uzui... Pilar del sonido- susurró mientras leía aquel pergamino dónde se encontraba la información sobre aquellas personas. -Asi que si se convirtió en Pilar- sonrió.

-Akira San-
-¡Amane Sama!- La mujer sonrió.
-el patrón te ha enviado a la indicada para ser tu maestra.
-¿Kannae San?- preguntó Akira al ver entrar a la pilar que se caracterizaba por sus broches de mariposa.
-Ara ara.... Pero mira que belleza de Tsuguko nos hemos encontrado Shinobu! - exclamó Kanae mientras golpeaba el hombro de su pequeña hermana.

Akira desconfiada de quellas dos mujeres se escondió detrás de Amane mientras se aferraba con fuerza a su kimono.

-Ellas son las hermanas kocho, ellas te entrenaran para el momento en que la selección de cazadores llegue-
-Un gusto... Me presento, soy Yamada Akira, Oiran de la casa Ogimoto- Dijo orgullosa saliendo detrás de su protectora pero le sorprendió el rostro de las hermanas Kocho al escuchar aquello.
-¿OIRAN?- gritó la hermana más joven y Akira solo asintió.
-Cariño.... ¿Que tal si olvidas eso eh? ¿Que tal si olvidas tu rango en aquella ciudad?- acarició la cabellera negra de la niña.
-¿Olvidar?- Kanae asintió.
-A partir de hoy solo serás Yamada Akira y estarás orgullosa de ello-

Las hermanas Kocho llevaron a la joven a la finca mariposa dónde entrenaría, la pilar de la flor era una mujer bastante bella, tenía un cabello igual de oscuro que Akira pero bastante liso a comparación de los suyos, sus ojos eran lila, llevaba dos coletas, una en cada lado adornadas con sus broches de ala mariposa, su uniforme de caza demonios se complementaba por un haori con forma igual de alas de mariposa. Shinobu tenía menos edad que Akira, era unos 2 casi 3 años menor pero a su corta edad ya era toda una prodigio en cuanto a agilidad y destresa se trataba, su respiración era la respiración del insecto y era obvio que era una próxima pilar, el único problema que tenía era su falta de fuerza pero lo compensaba con su inteligencia y talento con los venenos de Glicinia. Tenía el cabello negro con toques púrpura, sus ojos igual eran púrpura y tenía una estatura más baja que Akira.

Las hermanas Kocho habían estado entrenando a la joven Akira que aprendía con gran determinación pero había un problema, la katana era un arma que no podía dominar bien, era buena en velocidad y era ágil en las peleas de cuerpo a cuerpo, pero la Katana se le hacía un arma bastante larga para utilizar así que optaron por elegir otro tipo de entrenamiento, la respiración de la flor no la podía dominar ni tampoco la del insecto, eso complicaba el entrenamiento y la selección final de cazadores sería en menos de un año.

-Akira...te tengo un pequeño obsequio- Kanae había tomado bastante cariño a la niña pero sentía una tristeza tremenda al ver que en el año que llevaban practicando nunca había demostrado cuando estaba feliz o cuando estaba triste y mucho menos cuando sentía dolor, era muy educada, disciplinada, seria y obediente.
-¿Kanae Sama?- preguntó Akira pero la mayor frunció el seño.
-Onee san para ti!- ordenó.

Akira se había sorprendido tanto que dejo escapar un pequeño asombro de sus labios, ella la única familia que había tenido era la vieja Yuriko a quien llamaba abuela y ahora contaba con una hermana mayor.

-Onee san...- susurro mientras un brillo se formaba en sus ojos, por primera vez sentía que su corazón se aceleraba y una sonrisa se formaba en su rostro sin siquiera darse cuenta.
-oh vaya!!! Pero si eres bellísima sonriendo Akira!. Shinobu! SHINOBU!!! ven a ver esto! Yamada me ha sonreído! - gritaba con emoción la mayor.

Apartir de hoy lo que había prometido al gran Oyakata Sama se estaba cumpliendo.

¿Que les pareció?
Es una novela bastante lenta en los primeros capítulos pero vale la pena!