CAPÍTULO 6

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—No te preocupes, entiendo y ya todo está olvidado —toma el mentón de Gulf y alza su cabeza para que lo viera a los ojos, pero al hacerlo se perdió totalmente en ellos—, eres precioso —Mew no soporto más y lo beso...

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Un hombre lloraba abrazando a su esposo.

—Amor, no llores, siempre estaré a tu lado —besaba Strong a Mew en la corona de su cabeza—. Vamos, llévame al jardín —pide como último deseo.

—Te cansaras, amor —niega Mew.

Llévame, por favor, quiero que lo último que vea seas tú y mi hermoso jardín —Mew asiente y lo carga en forma nupcial y lo lleva a la terraza donde se veía todo el hermoso jardín lleno de varias flores; orquídeas, rosas, lirios, claveles de muchos colores y hermosos girasoles.

Me hubiera gustado tanto llenar este jardín de hermosos niños tuyos y míos —dice con nostalgia—, pero no estoy triste, amor, sé que tú cumplirás ese sueño —Mew negaba—. Amo ver mis flores, incluso tus girasoles —sonríe y Mew devuelve la sonrisa.

Si no te gustaban, entonces ¿por qué los planteaste? —pregunta Mew.

Bueno, tu los amas, por eso los plante —voltea a ver el jardín—, quiero que me prometas algo —Mew negaba, sabiendo que era lo que iba a pedir—. Encuentra tu alma gemela Mew comenzó a llorar—. Yo tengo claro que me amas profundamente y fuí el amor de tu vida, sin embargo, la vida me regaló muy poco tiempo a tu lado, pero sé que llegará el hombre que te hará feliz por el resto de tu vida y, ¿sabes?, estoy feliz y agradecido con la vida por el tiempo que viví a tu lado, y por eso quiero que busques tu felicidad. No quiero que te conviertas en alguien amargado —Mew seguía llorando y negando.

Mi felicidad eres tú, amor, ¿quieres que me vaya contigo? —Strong lo voltea a ver.

¡Te lo prohíbo, Mew Supassit Jongcheveevat! —se molestó al oír lo que Mew intentó decir—, busca esa alma gemela, que yo seré feliz por eso, nunca te debes preocupar porque no lo vaya a aceptar. Dónde quiera que esté, seré feliz si esa persona te está haciendo inmensamente feliz —Mew comenzó a llorar y abrazar más fuerte y acurrucarse en el pecho de Strong—. Vamos, amor, prométeme que lo harás, quiero irme tranquilo de que tú serás feliz —comenzó a acariciar el cabello de Mew.

No puedo prometerte eso, tu eres mi felicidad y sin tí... no sé cómo voy a poder seguir adelante —Mew lloraba y gritaba de impotencia al no poder ayudar a su amado esposo.

Claro que lo harás, y si no, yo te mandaré a esa persona. Nunca nadie de aquí supo valorar tus girasoles, ¿verdad? —Mew solo asintió, pero sin ver a Strong—. Bueno, el día que veas a alguien admirando tus girasoles como si fuera la mejor maravilla del mundo, sabrás que he mandado a tu alma gemela, prométeme que no lo dejaras ir —Mew comenzó a asentir.

Te lo prometo, mi amor, te amo y haré lo que tú digas, pero no me dejes —comenzó a llorar aún más fuerte que incluso sentía que no podía respirar.

Sé feliz, amor, te lo mereces —Mew dejó de sentir las caricias en su cabeza y al levantar la vista, se encontró con el semblante tranquilo de su ser amado.

Strong se había ido tranquilo con la promesa de que Mew iba a tratar de ser feliz.

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