VII

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Esa noche Harry no vio nada ni escuchó nada y eso lo desconcertaba. ¿Cómo era posible aquello? Ya eran demasiadas las noches que Harry se la pasaba en vela a causa de sus demonios que se alimentaban de su cordura y de su alma. Pero en cambio esa noche Harry durmió como un bebé.

El joven despertó relativamente contento pero sin quitar su cara neutra -A veces seria-de siempre y se preparó para salir y comprar cigarrillos antes de ir a la plaza a la que siempre iba.

Al llegar a la única tienda que abría en la mañana de Navidad hizo algo de fila para poder comprar unos cigarrillos y un sándwich. Mientras estaba en esta, observó un cartel pegado al vidrio del pequeño local.

«Se busca» Decía en letras grandes justo debajo de una foto de una chica rubia-De tal vez 18 años- con ojos verdes y una bonita sonrisa. «Vista última vez el 23 de diciembre, si sabe algo por favor comuníquese al número ********»

Harry desvío la mirada, no soportaba ver la foto ya que esta era la chica a la foto que Edward había violado y asesinado cruelmente y haber sido testigo de aquello era una carga enorme para Harry.

No pudo evitar recordar lo que le sucedió.

"Suéltame por favor" sollozó la chica al ser golpeada por primera vez.

"Piedad" Dijo antes de ser violada.

"¡AYUDA!" fue lo último que dijo .

Harry se sentía asfixiado, sentía que todos lo miraban y lo señalaban.
Sentía que todos sabían lo que él había presenciado.

Antes de que le pudiera dar un ataque de pánico ya había llegado su turno para pagar.

Pagó todo rápido y salió lo más pronto que pudo de aquel lugar.

Harry vivía con la culpa de ser cómplice de haberle arrebatado a dos personas la vida, se odiaba a si mismo tanto como a nada y eso le hacía sentir que él no tenía el derecho de tan siquiera respirar. A cada lugar que iba Harry sentía que todos los miraban y lo señalaban acusándolo de su crimen.

Harry vivía con miedo de que Edward saliera en cualquier momento de su retorcida mente y atacara a alguien más y por eso era que no se le acercaba a la gente.

Pero él no podía simplemente no acercarse a Louis y eso le aterraba ya que Harry sentía que en cualquier momento el saldría lastimado. Pero ¿Nunca han sentido la sensación de que sabes que estás haciendo algo malo y aun así lo haces? Se siente muy pero muy bien, y eso te hace creer que eres una mala persona. Pues allí se encontraba Harry, caminando hacia el pequeño parque para un encuentro con Louis sabiendo que en cualquier momento saldrán heridos ambos, pero en tan poco tiempo Louis se había convertido en algo adictivo para Harry y eso los llevaría a la destrucción.

Jugar con fuego es divertido hasta que te quemas.

A tan solo unos kilómetros de Harry se encontraba Louis saliendo de su domicilio para así caminar hacia el parque.

Louis no podía dejar de pensar en aquel joven de largos cabellos rizados, gran estatura, ojos verdes extraordinariamente hermosos, tatuajes y una personalidad simplemente desconocida de la manera que te deja con ganas de pisar territorio desconocido en su mente.

Sin percatarse, Louis empezaba a obsesionarse por Harry peligrosamente.

Un paso en falso y todo acabará de la peor manera.

En menos de lo que Louis habría pensado ya se encontraba a la vuelta de la esquina del pequeño parque. Camino hasta llegar junto a la fuente donde pudo divisar a Harry sentado bajo un árbol leyendo y fumando un cigarrillo.

Delirious ||Larry Stylinson||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora