treinta y uno

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Brincaron el muro por la que Fredy y el robot entraron, con ayuda era mucho más fácil salir. Era un muro alto.

Corrieron unas cuantas calles lejos, cuidadosos de no ser vistos por guardias.

Fred llevaba la ropa de calle con la que Freddy había andado todo su viaje, y Freddy a si vez llevaba puesto el conjunto de telas finas que Fred traía puestas. Le quedaban un poco grandes, pero al ser un estilo de ropa holgado no se lograba distinguir sí la talla era correcta o no.

Una vez pensaron que estaban lejos del peligro, caminaron con más tranquilidad, Freddy parecía un adinerado con dos robots Fred a su disposición.

— ¿A dónde vamos ahora amo? — preguntó el robot como siempre respetuoso hacia el castaño.

— Obviamente iremos a mi casa.

Fred se le acercó poniendo una mano en su hombro y mirándolo fijo a la cara; — ¿Y dónde se supone que está esa "casa"?.

Freddy rió; — Muy lejos de aquí.

Complace me (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora