Uno

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El mundo era un caos, las clases sociales estaban más que separadas.

Los pobres eran realmente pobres, eso era la mayoría de la población. Y los ricos podían literalmente bañarse en dinero.

Todo gracias a un gran empresario, un hombre de casi cuarenta que dedico su vida a adorar el cuerpo de un chico al que amaba.

Fred. A quien encarceló y usó como modelo para los robots sirvientes que circulaban en cada casa de adinerados. O en establecimientos dedicados al placer.

El azabache era tan real como cualquier humano, y vivía encarcelado, en una mansión casi hecha de oro. No podía irse.
Y siendo sinceros. No quería quedarse.

Mientras tanto Freddy vivía en su propia prisión; la sociedad.

Complace me (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora