Dos

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— ¿Hoy puedo salir? — preguntó Fred al ver que Deuz entraba en la mansión, que era en realidad una cárcel con muchos lujos.

— ¿Porqué quieres salir? Es perfecto aquí.

Deuz paseo por la casa, rozando las paredes con la yema de los dedos, como sí fue la primera vez que lo hacía.

Llegó hasta dónde estaba Fred y lo abrazó por la cintura, quién tranquilamente se dejó abrazar. Pues la última vez que se había resistido le había ido muy mal.

— ¿Vamos a la habitación?

Fred mordió su labio inferior, no quería ir.

— Disculpe la interrupción, señor Deuz. — habló su secretaria después de haber abierto la puerta con suavidad —, Los nuevos compradores llamaron, dicen que están aquí, no quieren esperar más.

El moreno suspiró molesto, soltó a Fred y camino a la puerta. La cerró con llave como siempre.

Y el silencio se hizo en el lugar.

Complace me (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora