veintidos

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Fred ayudó a Freddy a bajar del otro lado de la pared.

Miraron en todas direcciónes y no encontraron a nadie.

— Está es la mansión privada del señor Deuz. — dijo el robot.

La sangre le bajó desde la cabeza hasta la punta de los pies
De todos los lugares en los que pudo haber entrado, justo ahí; — ¿¡Por qué me lo dices ahora que ya estamos adentro!?

— No preguntó, amo. Además, aquí no vive nadie. Y el señor Deuz no se encuentra aquí.

— Bien... — eso tranquilizó un poco a Freddy.

Complace me (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora