Aprender a amar ~Harry x Cedric

Capitulo 36

Lamento la tardanza, tuve unos problemas personales y ya no pude publicar jeje. por lo mismo este mes es solo un capitulo, pero prometo que el siguiente ya serán los dos capítulos, promesa 

En este capitulo pondré una parte de lo que pasa en el libro (lo que está en cursiva) y lo que este normal ya es mío, ¿va? Va. Si no han leído los libros no se preocupen, las escenas son parecidas a las de la película. Eso seria todo y sin mas que decir ya los dejo leer.

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"Entretanto en el resto del castillo habían colgado los acostumbrados adornos navideños, que eran magníficos, a pesar de que apenas quedaban estudiantes para apreciarlos. En los corredores colgaban guirnaldas de acebo y muérdago; Dentro de cada armadura brillaban luces misteriosas; y en el vestíbulo los doce habituales árboles de Navidad brillaban con estrellas doradas. En los pasillos había un fuerte y delicioso olor a comida que, antes de Nochebuena, era tan potente que incluso Scabbers saco la nariz del bolsillo de Ron para olfatear

La mañana de Navidad, Ron despertó a Harry tirándole la almohada"

- ¡Harry despierta ya es navidad!

- Mmmm voy...- Dijo Harry mientras se estiraba.

El se encontraba acostado cómodamente en su cama abrazando su osito dado por Cedric.

- Awww que tierno, ¿ese es el regalo que te dio Cedric?.- Pregunto Ron haciéndose el tonto.

- Sip.- Dijo Harry poniéndose sus lentes y dejando al oso a un lado de su almohada.- También me dio un frasco con una llama de fuego.

- ¿Cómo para que?

- Según el para descongelar mi frío corazón .- Dijo Harry rodando los ojos.

- ¡Ja! Muy buena.- Harry le lanzo una almohada que Ron esquivo y abrió uno de los paquetes. -otro jersey de mama. Marrón otra vez. Mira si tu tienes otro.

Harry tenia otro. La señora Weasley le había enviado un jersey rojo con el león de Gryffindor en la parte de delante, una docena de pastas caseras, un trozo de pastel y una caja de turrón. Al retirar las cosas, vio un paquete largo y estrecho que había debajo.

-¿Qué es eso? -preguntó Ron mirando el paquete y sosteniendo en la mano los calcetines marrones que acababa de desenvolver.

-No sé...

Harry abrió el paquete y ahogó un grito al ver rodar sobre la colcha una escoba magnifica y brillante. Ron dejó caer los calcetines y saltó de lal cama para verla de cerca.

-No puedo creerlo -dijo con la voz quebrada por la emoción. Era una Saeta de Fuego, idéntica a la escoba de ensueño que Harry había ido a ver diariamente a la tienda del callejón Diagon. El palo brilló en cuanto Harry le puso la mano encima. La sentia vibrar. La soltó y quedó suspendida en el aire, a la altura justa para que él montara. Sus ojos pasaban del número dorado de la matrícula a las aerodinámicas ramitas de abedul y perfectamente lisas que formaban la cola

-¿Quién te la ha enviado?- preguntó Ron en voz baja. -Mira a ver si hay tarjeta -dijo Harry.

Ron rasgó el papel en que iba envuelta la escoba.

-¡Nada! Caramba, ¿Quién se gastaría tanto dinero en hacerte un regalo?

-Bueno... Estoy seguro de que no fueron los Dursley. -dijo Harry, atónito