Cuando el corazón manda...

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Desperté con el sol en mi rostro y me levanté enseguida, habían pasado ya varios meses despues de lo que había senido por él aunque sinceramente no sentía que mis sentimientos hacia él hubiesen disminuido.

Muy por el contrario parece que todo el tiempo que no nos vimos iso que lo extrañara mas, cada vez que ibamos a su casa inventaba alguna excusa para no ir, no quería verlo porque sabía que cualquier rato se me escaparía lo que tantas veces había querido decirle.

Ademas no abría mi correo porque sabía que él me hablaría, ni siquiera respondía sus mensajes al celular ni nada de eso, lo único que quería era alejarme de a poco para que no doliera tanto.

Me sentía rara, sucia, saber que me gustaba mi primo me hacía pensar que era la persona mas sucia del mundo en esos momentos, ni yo misma podía creer lo que estaba sintiendo, ademas de eso no podía sacarlo de mi mente.

Era una sensación extraña, por alguna razón era la primera vez que sentía algo así de fuerte por alguien aun sabiendo que no debería. Muchas otras veces me había enamorado mucho de alguien, y los había podido olvidar fácilemnte, por qué con él no era igual? Qué tenía él de diferente a los demás? Por que no podía alejarlo de mi mente?

Muchas veces creí que la única razón por la que deseaba tanto explicale mis sentimientos era porque en el fondo sabía que estaba prohibido y eso en cierta forma me atraía porque sería mas dificil de conseguir que cualquier otro chico.

Después de pensar en esto durante casi una hora estaba aun recostada en mi cama con las cobijas por los suelos, ya era de mañana y hacía mucho calor así que me levanté, me encontréa mi mami de camino al baño y le di un "beso de buenos días" como ella decía.

- "El desayuno esta listo en la mesa, tienes que comer porque ya es tarde" decía mientras se ponía en la puerta del baño impidiendo que entrara.

- "Al rato bajo, primero me quiero bañar mami" .

- "Nada de eso, primero comes, el baño puede esperar tu salud no".

Fue ahi que recuerdos de la semana pasada venían a mi cabeza.

Estube dos días internada en el hospital debido a una fuerte gastritis que según dijo el médico fue causada por mi mala alimentación, o mejor dicho, porque no comía mucho.

Estudiaba en un colegio de la tarde así que se me hacía algo difícil eso del almuerzo y a veces lo comía y otras veces no, por eso mi mamá me había regañado ya varias veces pues pasaba toda la tarde sin comer nada y eso había causado que me enfermara así.

Lo único que pude hacer fue bajar la mirada y bajar a desayunar, mi mamá se había esforzado con el desayuno, había de todo para comer, me serví un poco de jugo y me preparé un sandwich, para mí eso era suficiente.

Terminé de comer y subí corriendo a mi cuarto, agarré mi celular y vi un mensaje, me sorprendió mucho ver que era de Javier, dudé durante algunos segundos para abrirlo.

"Ola linda, me entere q estuviste enfermita la semana pasada y prdon x no habert visitado, cmo no respondias a mis sms me preocupe, bueno si ves esto kiero q sepas q t xtraño y q espero q t mejores, un beso."

No podía creerlo, simplemente lo creí imposible, aun despues de haberlo ignorado durante tanto tiempo se preocuba por mí, sabiendo que tal vez nunca vería su mensaje, o que no lo respondería.

Definitivamente que en esos momentos no supe que hacer, luego recordé que iba a bañarme y sería una buena excusa para estar sola al menos por un rato y aclarar mis ideas aunque sinceramente ni sabía que pensar, lo único que quería era coger ese teléfono y llamarlo enseguida, solo quería escuchar su voz de nuevo.

Aunque por otro lado tenía que ser fuerte y cumplir mi promesa de olvidarlo.

Mientras el agua corría por mi cuerpo pensaba en la extraña sensación que recorría por mi cuerpo cada vez que leía el mensaje de Javier, sentía un cosquilleo algo parecido a la felicidad de saber que a pesar de todo se preocupa por mi.

Cerré la llave del agua y me sequé enseguida con una gran toalla, salí corriendo hacia mi cuarto y me encerré con seguro en la puerta, cogí mi celular y empezé a escribirle un mensaje de repuesta, no quise ser grosera así que le agradecí por su preocupación y le dije que ya estaba bien, nada mas que eso.

Mientras me vestía sentí vibrar mi celular en la cama, la única persona que podia ser en esos momentos era Javier, terminé de vestirme y me lanzé a mi cama para ver su mensaje.

Lo único que decía era que se alegraba de que esté mejor y que me extrañaba, cada una de esas palabras me dolían mucho y sentía como si clavaran un puñal en lo mas interno de mí, con los ojos aguados, a punto de llorar, sonreí y susurre un "Yo tambien".

Decidí no responderle porque si lo hacía probablemente terminaría escribiendo tonterías y se enteraría de todo lo que sentía y me metería en graves problemas.

Salí de mi cuarto, bajé a la cocina a ayudar a mi mami en el almuerzo, odiaba verla hacer todo el trabajo a ella sola y aunque decía que lo único en lo que podía ayudarla era en servir y poner la mesa me gustaba quedarme con ella, poruqe ademas compartíamos un momento muy agradable juntas, cosa que casi nunca pasaba.

Me había distanciado de mi mami desde que entré al colegio, pues ella salía por la mañana con mi hermana y yo me quedaba sola, por la tarde no la veía porque estaba en el colegio y en la noche solo la veía durante un momento, ademas de eso yo tenía clases los sabado y se me hacía imposible faltar.

Una vez que la comida estubo lista comimos las tres juntas y levanté la mesa, me dirigí a la cocina y lavé los platos, para esto siempre llamaba a Johanna; mi prima, ella vivía junto a mi casa y por eso siempre pasabamos juntas.

Me gustaba hablar con ella porque a pesar de que era mayor que yo por casi tres años me entendía perfectamente, siempre le decía entre risas que era como la hermana mayor que nunca tube, pasábamos todo el día viendo películas en su cama y hablábamos de todo un poco.

Estaba dispuesta a contarle a ella lo que había pasado con Javier, pero no lo hice, esto se quedaría conmigo hasta cuando muera, nadie debía enterarse de nada, y a pesar de que confiaba en ella ciegamente no se lo conté.

Los días pasaban y a veces sentía que ya lo había olvidado por completo, pero despues recordaba tantas cosas y me daba cuenta de que no era verdad, aun lo quería. Por qué se me hacía tan dificil sacarlo de mi cabeza?

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